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¡Necesito orden en casa!
¿Orden en casa? ¡Imposible! Muchos padres nos pasamos la vida recogiendo cosas, juguetes, ropa, zapatos y, a pesar de todo ello, sentimos que nuestro hogar nunca está lo limpio u organizado que nos gustaría. Y, que además, nuestros hijos con TEA, TDAH o cualquier otra neurodiversidad parecen no ser capaces de ser organizados en sus cosas personales ni en la casa. En este post te doy varias claves para entender nuestra mentalidad y actitud ante el asunto del orden en casa y, sobre todo, cómo apoyar y trabajar con nuestros hijos neurodiversos para mejorar sus funciones ejecutivas y su capacidad de planificar y ejecutar tareas básicas que requieren de varios pasos (como ordenar sus cosas).
¿Orden en casa? ¡Imposible! Muchos padres nos pasamos la vida recogiendo cosas, juguetes, ropa, zapatos y, a pesar de todo ello, sentimos que nuestro hogar nunca está lo limpio u organizado que nos gustaría. Y, que además, nuestros hijos con TEA, TDAH o cualquier otra neurodiversidad parecen no ser capaces de ser organizados en sus cosas personales ni en la casa. En este post te doy varias claves para entender nuestra mentalidad y actitud ante el asunto del orden en casa y, sobre todo, cómo apoyar y trabajar con nuestros hijos neurodiversos para mejorar sus funciones ejecutivas y su capacidad de planificar y ejecutar tareas básicas que requieren de varios pasos (como ordenar sus cosas).
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Hoy te quiero hablar de ese tema que tanto nos hace perder la calma como madres y padres: el orden en casa. Muchos de vosotros me habéis comentado la frustración de sentir que os pasáis la vida recogiendo cosas, juguetes, ropa, zapatos y que, a pesar de todo ello, vuestro hogar nunca está lo limpio u organizado que os gustaría. Y, que además, vuestro hijo o hija con TEA, TDAH o cualquier otra neurodiversidad parece no ser capaz de ser organizado en sus cosas personales ni en la casa.
Lo primero es que hay que tener en cuenta la edad y el desarrollo de nuestros hijos. Los niños pequeños no tienen los mismos estándares ni capacidades para atender a, arreglar y recoger su entorno como los adultos o los niños más mayores. Esto es así independientemente de si son neurotípicos o neurodiversos. Conviene tener una visión menos adulto-céntrica y más realista de lo que es apropiado en cada estado del desarrollo de nuestros hijos.
Hecha esta aclaración, también es importante tomar conciencia, como padres o cuidadores, de que nuestros hijos neurodiversos pueden necesitar MÁS apoyo con respecto a adquirir las habilidades ejecutivas necesarias para “poner orden”. Y que es algo que, en la mayor parte de los casos, vamos a tener que enseñarles y practicar con ellos de manera explícita.
Te quiero hablar de dos aspectos distintos en torno a este tema, pero que al mismo tiempo, se complementan. Uno es la importancia de entendernos. Es decir, de entender cómo nos aproximamos nosotros al asunto del orden de la casa. De lo que aportamos a hacer de esto un problema más o menos gordo. Y el otro aspecto, tiene que ver con esto que acabo de mencionar, con la necesidad y la responsabilidad que tenemos como padres de apoyar y trabajar con nuestros hijos neurodiversos para mejorar sus capacidades de ordenar sus cosas.
Pero antes de entrar en materia, te quiero invitar a la Tribu Mamá en Calma, una comunidad de madres de hijos con TEA, TDAH y otras neurodiversidades donde nos apoyamos para soltar el estrés y vivir nuestras maternidades diferentes con mayor disfrute y aceptación. Tienes toda la info en www.maguimoreno.com/tribu.
Entonces, vamos a empezar por nosotros. Lo primero que te quiero decir es: no somos ni ordenados ni desordenados. No uses esas etiquetas ni contigo ni con tus hijos.
Lo que tenemos son una serie de hábitos, muchos de ellos anquilosados desde hace mucho tiempo, desde lo que vivimos como niños en la casa de nuestros padres. Yo no soy ordenada, tengo hábitos de orden muy establecidos. Esta distinción es importante porque evita identificarnos con una identidad que vemos como fija. Y no lo es. Cambia tus hábitos y cambiará esa etiqueta.
Lo segundo es que, todos los hábitos cumplen una función emocional. Es decir, los hacemos porque nos llevan a sentirnos de alguna manera que buscamos.
Es muy común para las personas que se consideran ordenadas, que haya una necesidad emocional de CONTROL que estamos satisfaciendo al limpiar, arreglar, colocar y recolocar. Te lo digo por experiencia propia. Esto no es ni bueno, ni malo. Es lo que es. Es un vehículo que te funciona, es decir que te hace sentir mejor, aunque solo te dure un rato.
La dificultad viene cuando las personas de tu alrededor no tienen ese vehículo, es decir que el orden les resbala. Y el desorden no les afecta. Ahí surge el conflicto, el resentimiento y también el victimismo. “Si mis hijos o mi pareja fueran más ordenados, yo sería feliz”. Pues esto ni es cierto ni es saludable. Estás poniendo condiciones a tu felicidad (e invitando al estrés).
¿Qué podemos hacer? Tomar conciencia de la necesidad que se esconde detrás de limpiar y ordenar tanto. No puedo poner orden en mis hijos, o en mi vida, así que lo pongo en mi casa. Suena un poco duro decirlo así, pero es claramente una proyección o un desplazamiento mental de algo que no podemos controlar del todo a algo que sí.
Limpiar y ordenar se convierte en un ansiolítico, en una manera de gestionar nuestra ansiedad y sentirnos más en control. Y esto también les pasa a muchas personas neurodiversas y les puede pasar a nuestros hijos… tener todo bajo control (colocar sus coches en fila, ordenar los juguetes de una cierta manera o clasificar piezas de legos obsesivamente) reduce su nivel de ansiedad. O más bien no tener todo bajo control genera una ansiedad difícil de manejar. Y se convierte en un bucle que se retroalimenta.
¿Quiere decir esto que tenemos que dejar de limpiar o de ordenar en casa? No, claro que no, pero sí que podemos y debemos tener claridad sobre qué otras maneras, que otras actividades nos podrían llevar a una satisfacción de esa necesidad emocional de control pero que no conlleven un coste tan elevado de estrés o de conflicto en casa. ¿Ejemplos? Hacer manualidades o actividades en las que seas tú la única que marque los tiempos, el ritmo y, vamos, todo.
A nivel práctico, y a corto plazo, para no sentirte tan impotente y frustrada, para que dure el orden algo de tiempo en tu casa, puedes marcar momentos para recoger al final del día o cuando tus hijos estén dormidos o antes de salir para dejarles en el cole. O, si tienes espacio, marcar zonas o habitaciones “leoneras” como se llamaban en mi casa, donde los hijos pueden dejar desorden a su aire, pero de donde no se puede extender el desorden a otras partes.
El segundo aspecto del que te quiero hablar hoy tiene que ver con ser realistas y responsables para ayudar a nuestros hijos y capacitarles a ordenar sus cosas. Hay que trabajar en algo que se conoce como funciones ejecutivas. No puedes esperar a que aprendan solos, hay que enseñarlo de manera explícita. Y de manera sistemática, porque hay muchas habilidades que se esconden detrás del simple verbo “ordenar”.
¿Qué son las funciones ejecutivas? Es la capacidad de completar tareas de principio a fin. Es como la voz interna que nos da retroalimentación e instrucciones y funciona principalmente de forma visual. Por eso cuando les decimos a nuestros hijos ordenar tu habitación, si no son capaces de visualizar cómo es su habitación ordenada y los pasos para llegar a ella, esa palabra no la computan. No les sirve de nada. Repetirselo mil veces no ayuda y es contraproducente de dos maneras: te causa frustración a ti y a ellos, y además tu hijo se vuelve dependiente de que se lo recuerdes constantemente.
1. Apoyos visuales.
En casa usamos apoyos visuales para fomentar las funciones ejecutivas de todo tipo. A nivel de creación de rutinas de orden, por ejemplo, tenemos un cartel a la entrada de la casa donde hay una lista de tareas a hacer en cuanto llega Adrián del colegio. Este tipo de recordatorios en lista pueden tener imágenes, pictografías, texto o una combinación dependiendo del perfil de comunicación y de comprensión de tu hijo o hija.
Por ejemplo, colgar la mochila en su sitio, quitarse y poner los zapatos en otro, lavarse las manos, vaciar su lonchera etc..
Ahora ya lo hace automáticamente porque sabe que hasta que no lo haga no hay tele.
Otra manera de recoger visualmente que nos funciona muy bien, no solo con mi hijo, sino también conmigo misma y con mi marido es recoger o clasificar en espacios delimitados. Por ejemplo, las llaves van en esta cajita al lado de la puerta. La clave es ponérnoslo y ponérselo fácil, para que se convierta en una rutina automática, que ya ni pensamos ni ellos tienen que pensar (y por lo tanto, hay menos luchas y resistencias).
Otro ejemplo muy típico es usar los sistemas de estanterías modulares y organización con cajas grandes… puede que los coches o los juguetes dentro de cada caja están amontonados, pero se recoge todo más rápido y fácilmente si solo hay que meterlos en cajones grandes.
Backward chaining o análisis de tareas. Tareas divididas: desglosadas por tiempo o por pequeños pasos hacia una meta mayor.
Importante hacer fotos del orden final; por ejemplo, del escritorio recogido. Para que puedan contrastar según van recogiendo cosas y, sobre todo, para que entiendan visualmente la meta y por lo tanto puedan planificar los pasos para llegar a ella. En muchos casos y para empezar, también necesitan nuestra ayuda en la planificación de estos pasos. Te pongo un ejemplo sencillo: hacer la cama.
También se puede desglosar visualmente tareas como hacer la cama. En una foto, tu hijo, guarda el pijama debajo de la almohada. En la siguiente estira las sábanas. En la final, estira la manta o el colchón. No se trata de que lo haga perfecto, sino de que lo haga.
3. Hacerlo interesante. También se puede hacer de recoger un juego con cronómetro o contando contando o clasificando cosas que guardamos, también intentando aprovechar si nuestros hijos tienen intereses específicos con números, o cierto tipo de clasificaciones, etc. Lleva su tiempo y esfuerzo pero merece la pena porque es una habilidad importante de por vida. Dejarles decidir a ellos (con cada vez menos supervisión), por ejemplo, ¿Quieres recoger primero tus coches o hacer tu cama?
En esto como en todo, hay que tomar conciencia de nuestras expectativas. Ni es fácil ni es un tema que se solucione rápido. Y seguramente también tenemos que soltar expectativas de que vayan a llegar a ser tan organizados como nos gustaría a nosotras.
A las madres, en particular, nos cuesta mucho soltar el control de ciertos aspectos en el hogar. Por ejemplo, las tareas de la casa.
A menudo, a pesar de lo mucho que nos quejamos al respecto, nos resistimos a que otros recojan la cocina “porque no lo hacen bien” (y por bien, nos referimos a nuestros propios estándares de excelencia). O nos resistimos a que nuestros hijos hagan su cama, porque la dejan hecha un desastre. Sin darnos cuenta de que de esta manera están aprendiendo habilidades cotidianas básicas, están ejercitando su necesidad emocional de sentirse capaces, están aprendiendo lo que supone trabajar como parte de un equipo, y están ejercitando sus capacidades o habilidades de función ejecutiva.
Finalmente, la mejor manera de avanzar con las funciones ejecutivas es practicar, practicar y practicar. No queda de otra. Afortunadamente la vida nos da a diario muchísimas oportunidades para que nuestros hijos colaboren en las tareas de la casa, pero también para practicar nosotros y nosotras una mejor gestión emocional propia.
Para dejarnos de enfadar por cosas que ellos no pueden evitar o que simplemente aún no saben hacer, o no saben hacer independientemente. Dejemos de proyectar sobre ellos nuestras propias frustraciones. ¿Como? Teniendo claridad sobre lo que es nuestro y lo que es suyo y evitando el contagio del estrés.
Lo nuestro puede tal vez ser un mal día en el trabajo, o cansancio, o una necesidad imperiosa de control que manifestamos en el hogar (y que es muy común y totalmente comprensible). Lo suyo puede ser lo mismo: un mal día en el colegio, cansancio o desregulación sensorial, y una falta de rutinas interiorizadas y aprendidas del orden casero.
Como madre o padre, tu responsabilidad es sobre todo entender que hay detrás del desorden de nuestros hijos neurodiversos (debilidades innatas en las funciones ejecutivas por ejemplo con el TEA y el TDAH) y buscar maneras como las que te he comentado aquí y muchas otras para ayudar a tu hijo a mejorar sus habilidades. Pero también tienes otra responsabilidad, esta es hacia ti mismo, de entender que se esconde bajo tu organización y/o limpieza constante (o tu desorden constante) y que necesidades emocionales estás intentando satisfacer de esta manera. Y, sobre todo, buscar otras formas de hacerlo que te permitan estar menos estresada con el tema del orden en casa.
Bilingüismo y neurodiversidad
Hablo con la fonoaudióloga bilingüe Ana María Jaramillo sobre la adquisición del lenguaje verbal y el bilingüismo para niños con TEA y otros trastornos de la comunicación. Este es un tema mucho más común de lo que se piensa, tanto para hogares donde se hablan más de una lengua, como para contextos en los que se habla un idioma diferente fuera de casa. Contrariamente a lo que se piensa, el bilingüismo no causa problemas en personas neurodiversas sino que ayuda a conectarse y a desarrollar la parte social y familiar.
Hablo con la fonoaudióloga bilingüe Ana María Jaramillo sobre la adquisición del lenguaje verbal y el bilingüismo para niños con TEA y otros trastornos de la comunicación. Este es un tema mucho más común de lo que se piensa, tanto para hogares donde se hablan más de una lengua, como para contextos en los que se habla un idioma diferente fuera de casa. Contrariamente a lo que se piensa, el bilingüismo no causa problemas en personas neurodiversas sino que ayuda a conectarse y a desarrollar la parte social y familiar.
¡Escúchala aquí!
En esta charla hablamos de:
Cómo explicar la gran diversidad de expresión verbal en personas con autismo, desde los no verbales hasta las personas sin grandes diferencias en su uso del lenguaje hablado
Mitos falsos sobre el desarrollo del lenguaje y el bilingüismo
La importancia del tiempo de exposición
El bilingüismo tardío o retomado después de una pausa
Cómo usar intereses restringidos para aumentar el uso de otro idioma
Tips prácticos a diario
Puedes encontrar más información sobre el trabajo de Ana María en www.vozspeechtherapy.com y en sus redes:
Instagram: https://www.instagram.com/anamariaslp/
Facebook: https://www.facebook.com/vozspeechtherapy
Su email de contacto: anamaria@vozspeechtherapy.com
Organización diaria con un hijo neurodiverso
Te doy 4 claves para organizar nuestra vida diaria como familias de hijos neurodiversos, con ejemplos de mi propia vida. Para que puedas identificar reajustes que os lleven a un mayor bienestar y a un menor estrés diario.
Te doy 4 claves para organizar nuestra vida diaria como familias de hijos neurodiversos, con ejemplos de mi propia vida. Para que puedas identificar reajustes que os lleven a un mayor bienestar y a un menor estrés diario.
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La clave de toda organización es la claridad. Sin claridad no podemos priorizar. Y si no priorizamos, nos vamos a agobiar. Eso está demostrado porque los compromisos, las responsabilidades y la vida contemporánea en general ya te van a poner mucho, DEMASIADO, sobre la mesa.
Tu bienestar no viene de cumplir con todo (que es lo que solemos hacer y lo que nos lleva a la ansiedad crónica y al malestar físico) sino de decidir. Y para decidir, hay que aprender a soltar.
Es decir, a priorizar: dar la mayor relevancia a lo que realmente es importante y de esa manera identificar lo que no es tan importante o lo que nos lleva más tiempo del que estamos dispuestas a emplear y buscar maneras de que se nos escape menos el tiempo y de que realmente podamos llevar el ritmo de vida que se acerque a lo que nos gustaría aunque no dependa totalmente de nosotros.
Hace poco leí un libro bastante conocido de Tim Ferriss que se llama “La semana laboral de cuatro horas” y que es un libro que me resistí a leer durante muchísimo tiempo porque asumí que era un paradigma de productividad al máximo y me pareció que en mi caso me iba a crear más auto exigencias.
Pero lo cierto es que ha sido un libro que me ha abierto los ojos de cara a tener más claridad aún sobre lo que es prioritario, sobre lo que puedo soltar o delegar, sobre lo que puedo hacer de manera más eficiente (en menos tiempo), y lo que puedo automatizar.
Ha sido un experimento en hacer una especie de análisis de significado en mi vida para identificar aquello a lo que le estoy dando mi tiempo y mi energía y tomar conciencia de así es como quiero vivir cada día. Ya sé que hay muchos aspectos que no dependen totalmente de nosotros (como por ejemplo el hecho de tener un hijo/a neurodiverso), pero hay muchos que sí. Muchos más de los que pensamos. Así que vamos a ello.
La premisa del libro es que hay cuatro pasos para organizar mejor nuestra vida cotidiana: definir, eliminar, automatizar y liberar. Es un esquema sencillo que nos permite evaluar y hacer un poquito de limpieza en torno a las rutinas y a los tiempos que empleamos haciendo qué actividades.
El primer paso es definir y esto es fundamental porque si no sabemos lo que queremos pues, como decía antes, iremos a la deriva, en plan reactivo en vez de con más planificación y preparación lo cual es además fundamental para nuestros hijos con autismo, TDAH y otras neurodiversidades.
¿Cómo empezamos a definir? Te voy a dar dos ejercicios prácticos.
El primero es hacer una evaluación de cómo empleamos nuestro tiempo en este momento: horas de trabajo, horas de colegio, horas de terapias, horas de otras actividades extracurriculares, horas de intendencia en casa, horas que se utilizan para la vida social, horas de entretenimiento, o digamos a las libres etc.
Algo que utilizo yo es un calendario múltiple que es un calendario de pared en el que aparecen varias columnas, una para cada miembro de la familia. Puede ser semanal o mensual. O en vez de columnas, puedes usar colores diferentes para cada uno.
Esto nos permite tener una visión global de nuestra semana e identificar los posibles conflictos y los posibles momentos de mayor tensión o de mayor estrés potencial. Así es más fácil que puedas llegar a identificar si hay demasiadas terapias un cierto día, si hay actividades extras que realmente sobrecargan demasiado a los hijos o a nosotras mismas, si hay momentos perdidos de espera por ejemplo en los que podrías estar adelantando ciertas cosas.
Desde ahí puedes ya incluso hacer reajustes sencillos, aunque no todo dependa de ti (obviamente hay temas de disponibilidad de terapeutas, obligaciones horarias de trabajo, etc). Además facilita la comunicación con tu pareja o cualquier otra persona que te ayude a diario.
El segundo ejercicio para tener mayor claridad es hacerte dos preguntas: qué 20 % de actividades de compromisos de rutinas me están causando el 80 % de mis problemas y de mi frustración o estrés? y la segunda pregunta que sería la otra cara de la moneda es que 20 % de actividades de compromisos de rutinas me están causando el 80 % de mi felicidad o de mi sensación de plenitud? Esto se conoce como la ley de Pareto o el principio del 80/20 y básicamente lo que dice es que el 20 % de las causas llevan al 80 % de los resultados en la mayor parte de los casos.
Esto se puede aplicar a muchas facetas de la vida y a mí me ha abierto mucho los ojos con respecto a en qué empleo mi tiempo y mi energía y que resultados me trae. O cuáles son las actividades que le traen el mayor beneficio a mi hijo. No te cuelgues demasiado con los números; no es tan importante el cuantificar un 20 un 80 además es muchas veces imposible.
Con esto simplemente te quiero indicar que cuando te pones a ver la lista de cosas y de actividades por ejemplo que realiza tu hijo te vas a dar cuenta que hay solo una o dos que realmente le están ayudando de verdad: que le gustan, que aprende, y que le ayudan por ejemplo a regularse sensorialmente y emocionalmente.
El punto aquí es que a menudo rellenamos nuestras vidas y las de nuestros hijos con mucha paja, como decimos en España. Con muchas actividades porque sí, sin pararnos a reflexionar sobre si son las adecuadas.
Un momento a la semana en el que se ve muy claramente la necesidad de definir es precisamente el fin de semana porque en principio son dos días libres a nivel escolar y laboral para nosotros y para nuestros hijos y muchas veces llegamos a los fines de semana sin un plan.
En nuestro caso es algo que nos ha costado llegar a darnos cuenta de que nuestro hijo funcionaba peor sin un plan y sin una estructura de tiempo de actividades. Entonces ahora hemos decidido que el sábado es el día en el que el realiza muchas actividades deportivas porque le gustan porque le vienen bien a nivel sensorial a nivel de integración psicomotora a muchos niveles. Y los domingos son días en los que hay más flexibilidad y podemos hacer actividades como familia por ejemplo ir a caminar o ir en bicicleta. Hemos de hecho definido que con nuestro tiempo libre como familia queremos estar en naturaleza queremos estar al aire libre lo máximo posible esto no tiene porqué ser así para ti y ni para tu familia.
El segundo paso es el más difícil desde el punto de vista emocional, que es eliminar. ¿Por qué es difícil?
Es importante entender, no solo con la cabeza sino también a nivel emocional, que dejar de hacer cosas, soltar, priorizar, supone HACER MENOS y esto nos puede costar. Podemos sentirnos con miedo a perdernos cosas, a que nuestros hijos se atrasen, a que ganemos menos, a que perdamos oportunidades. En definitiva, el famoso FOMO, Fear of Missing Out.
Pero hay que tener en cuenta que hay un punto óptimo, después del cual lo único que conseguimos es más cansancio y extenuación. Por eso es importante definir no solo lo que queremos hacer sino hasta qué punto lo queremos hacer y aquí es donde entra la eliminación.
3 ejercicios o maneras de eliminar: delegar, reducir, y simplificar
Delegar
A las madres, en particular, nos cuesta mucho soltar el control de ciertos aspectos en el hogar. Por ejemplo, las tareas de la casa. A menudo, a pesar de lo mucho que nos quejamos al respecto, nos resistimos a que otros recojan la cocina “porque no lo hacen bien” (y por bien, nos referimos a nuestros propios estándares de excelencia).
Simplemente te invito a que consideres si puedes dejar que otros te ayuden. Si esos otros son tus hijos y sobre todo tus hijos neurodiversos, recuerda que les estás dando la oportunidad de que aprendan habilidades cotidianas básicas y mejoren sus capacidades o habilidades de función ejecutiva.
En mi casa yo ya no pongo ni recojo la mesa, entre otras tareas. Lo hace mi hijo y/o mi marido. Ya es parte del ritual de comer. Si la mesa no está puesta, no se come. Ha llevado su tiempo, y todo un proceso de enseñar a mi hijo, no te lo voy a negar, pero merece totalmente la pena aunque al principio suponga un uso extra de nuestro tiempo.
Reducir.
Esto ya lo he comentado antes cuando hablaba de los planes sociales en fin de semana. Un ejemplo muy típico son las comidas o las comilonas familiares los domingos. No tienes porque eliminarlas del todo pero tal vez reducirlas sobre todo si son momentos de mucha tensión con tu hijo diferente.
Lo que más nos cuesta no es tanto el hecho de dejar de hacer algo, sino los sentimientos a menudo incómodos que eso nos produce. Sentimientos de que he/hemos fallado, que estamos decepcionando a alguien, que la eliminación va a ser para siempre (sobre todo cuando tiene que ver con nuestros hijos neurodiversos). Un ejemplo de esto es dejar de asistir a fiestas de cumpleaños si nuestros hijos no las llevan bien.
A menudo no queremos dejar de llevarles porque es casi como un mini duelo, pensamos que si no van ahora, nunca más recibirán invitaciones. Y esto no es así. Hijo deja puede estar pasando por una época de más estrés demás a mayor ansiedad o simplemente de mayor de regulación sensorial y en este momento y por la edad de sus coetáneos o por el tipo de fiestas que se dan pues no le viene bien asistir. Esto no quiere decir que tu hijo ya no vaya a estar nunca más aún en la fiesta de cumpleaños.
Tampoco quiere decir que la respuesta sea siempre eliminar al 100%. Siempre hay una tercera vía… que pueden ser muchas: 1) ir por un tiempo limitado (y explicar a tus hijos hasta cuando), 2) ir con uno solo y no los dos (cuando sea posible, claro), 3) averiguar antes de tiempo que tipo de entretenimiento va a haber en la fiesta y, si sabes que es demasiado estimulante para Mateo, pues de nuevo limitar el tiempo, 4) prepararle mucho antes con historias sociales (lo que se hace y cuando por ejemplo con la tarta..). Al final se trata de estar muy pendiente de sus señales y decidir cuándo es hora de irse por el beneficio suyo y tuyo (aunque haya que perderse la tarta o lo que sea).
Otro ejemplo muy típico es reducir el consumo de tecnología. Por ejemplo, yo no tengo las notificaciones habilitadas de mis e-mails para que me avisen en cuanto entra un e-mail. Sino que revisar mis e-mails los correos solo dos veces al día, solo dos veces al día, y de esa manera me ahorro muchísimo tiempo y me distraigo muchísimo menos.
Simplificar
Lo que más le cuesta a nuestros cerebros es sopesar muchas opciones para decidir. Por eso simplificar es reducir al máximo el tiempo que pasamos y que gastamos teniendo que considerar todas las opciones disponibles, que en nuestra vida contemporánea son muchas, para tomar una decisión.
Te pongo un ejemplo muy sencillo: la ropa que nos ponemos. Hábitos como mirar la previsión del tiempo la noche anterior y dejar fuera la ropa que nos vamos a poner son básicos, pero nos ahorran mucho tiempo y energía emocional en el momento a menudo estresante de la mañana cuando tenemos que preparar a los niños para salir a una hora. Los apoyos visuales les ayudan a ellos. Por ejemplo, hacer listas muy simplificadas de: hora a la que tienen que haber acabado desayunar, hora a la que tienen que estar vestidos, y una lista muy sencilla de cosas que pueden meter en su mochila.
Si quieres saber más de apoyos visuales, te invito a que escuches el episodio 56 de mi podcast en el que entrevisté a María Elena Del Río. De hecho los apoyos visuales son en sí mismos una simplificación de la realidad, y nos sirven tanto a nosotros como a nuestros hijos.
La tercera clave es automatizar (batching, hábitos, tecnologías), es decir hacer aquellas tareas que no podemos o queremos eliminar de manera más eficaz y eficiente. ¿Cómo? Con 3 aspectos: lo que se llama batching (que es básicamente agrupar tareas similares o repetitivas), cambio de hábitos, y aprovechar las tecnologías.
Con el batching, te voy a poner otro ejemplo muy típico: la planificación de comidas. Yo desde hace un año solo planifico una vez al mes las comidas principales de cada día. Utilizo un calendario mensual que me lleva media hora montar. Y luego tan solo tengo que tener en cuenta las comidas de cada semana para hacer una compra semanal. De esta manera me ahorro MUCHO tiempo. He simplificado al máximo: los desayunos son más o menos iguales, las comidas también (sobras del día anterior, ensaladas o bocadillos) y las cenas (que son nuestra comida principal del día) son las únicas a las que les pongo más atención.
De esta manera he incrementado la variación, la variedad de los ingredientes y de las comidas, teniendo en cuenta la época del año y lo que está en temporada. Además, al cabo de los 12 meses, ya tengo menús de comidas listos para volver a usar al año siguiente.
Para darme más flexibilidad, dejo 1 día a la semana vacío por si salimos a cenar, o comer sobras congeladas. De nuevo estos menús los puedes guardar, o los puedes adaptar, y de esta manera no vas a tener que volver a pasar horas pensando qué haces de comer o de cenar.
Sobre el cambio de hábitos para automatizar por ejemplo, la organización de tu ejercicio físico o lo que sea en tu vida diaria.
Y con el tema de las tecnologías, te invito a que seas tú la jefa y no al revés. Aprovecha los avances tecnológicos que te permiten por ejemplo programar la lavadora, o el lavaplatos con antelación, o dejar comida cocinando en el InstaPot o en hornos programables.
Todo aquello que te libere de tener que estar TÚ misma pendiente y por lo tanto usando un tiempo que podrías dedicar a otras cosas. Pedir la compra online, sacar libros digitalmente de la biblioteca sin tener que desplazarte hasta allí (aunque a mí por ejemplo, me gusta más ir)… hay un número cada vez mayor de facilidades tecnológicas que nos permiten ahorrar tiempo, energía y a veces hasta dinero.
Yo últimamente hasta me he comprado un aspirador-robot programable que aspira la planta baja de mi casa cada mañana a la misma hora, esté yo en casa o no. Pero por favor no dejes que la tecnología te esclavice. Esto se aplica particularmente a nuestro uso del teléfono móvil. Ten en cuenta que están diseñados para ser adictivos, y aunque tú vayas a tu móvil para mirar algo muy concreto, lo más probable es que te distraigas y empieces a mirar otras cosas. De nuevo puedes utilizar la propia tecnología para poner límites al uso que haces de esa tecnología. Muchísimos móviles tienen ya incorporados apps o software que te permite monitorear tu uso o poner límites a ciertas aplicaciones como por ejemplo las redes sociales.
Vale y la cuarta clave es la liberación. Y aquí realmente está el núcleo de la cuestión: para qué queremos organizarnos mejor que vamos a hacer con el tiempo que recuperamos como lo vamos a emplear tanto para encontrar momentos de autocuidado para nosotros mismos como para conectar jugar pasar más tiempo de presencia con nuestros hijos neurodiversos.
Porque el riesgo y lo que suele pasar es que rellenamos el tiempo que hemos ganado por todos estos avances tecnológicos y por las facilidades que tenemos ahora comparado con hace 100 años a nivel de la logística diaria de nuestras vidas, rellenamos estos momentos con o bien más trabajo o bien con distracciones con adicciones (como las redes sociales).
Por eso esto es como la pescadilla que se muerde la cola, acabamos liberándonos para volver a definir. Definir que queremos hacer con esos minutos o esa hora y media extra que hemos podido conseguir por esta restructuración de nuestros días. Volvemos al principio.
Qué queremos hacer con este tiempo.
Porque la paradoja es que muchas veces llenamos nuestros calendarios, nuestras agendas nuestros días y los de nuestros hijos precisamente para evitar el tiempo libre, precisamente para evitar los ratos para leídos, precisamente para evitar tener que afrontar esos momentos de conexión que a veces se dificultan tanto con nuestros hijos neuro diversos.
Y hoy me quiero despedir invitándote a que consideres de nuevo para que para que me quiero organizar mejor para que quiero tener más tiempo en mi día a día para que quiero tener más energía día tras día solo tú puedes contestar a estas preguntas de una manera que tenga sentido auténtico para ti así que te recuerdo los pasos o las claves para llegar a una mejor organización consentido con conciencia en tu vida como madre o padre de un hijo neuro diverso y son:
define: planifica tu semana y la de todos en casa y usa el principio del 20/80 para priorizar,
elimina: delega, reduce y simplifica
automatiza: batching, hábitos y tecnologías,
y, finalmente, libérate. Esa definición de cómo queremos vivir nuestra vida y nuestra maternidad.
La vuelta al curso escolar
Hoy te quiero dar claves de cara a ayudar a que tu hijo o tu hija se reincorpore a su rutina escolar del curso escolar. Pero también te quiero dar claves para hacer que este momento de transición sea más llevadero para ti como madre, padre, familiar o cuidador de esa persona neurodiversa.
Hoy te quiero dar claves de cara a ayudar a que tu hijo o tu hija se reincorpore a su rutina escolar del curso escolar. Pero también te quiero dar claves para hacer que este momento de transición sea más llevadero para ti como madre, padre, familiar o cuidador de esa persona neurodiversa.
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Hay mucha información ahí fuera en redes sociales sobre todo lo que podemos hacer y lo que debemos hacer para ayudar a nuestros hijos a reincorporarse a la escuela o en cualquier otro momento de gran transición. Pero lo cierto es que hay poca información sobre cómo esto nos afecta a nosotros los padres y sobre cómo una actitud más presente y una mejor gestión de nuestras emociones, una mejor preparación emocional nuestra, puede llevarnos a mejores resultados no solamente para nosotros sino también para nuestros hijos… así que vamos a ello.
6 claves para ayudar a que tu hijo o tu hija neurodiverso se reincorpore a su rutina escolar del curso escolar
1.Como madres y padres, podemos y debemos crear una sensación de seguridad en medio de todos los cambios.
Ser la roca en medio de la oleada. Precisamente la vuelta al colegio es un momento de mucho estrés y nervios para todos y al mismo tiempo también puede ser un momento de esperanza o de alivio.
En particular para las familias de niños neurodiversos, es un desafío importante por todos los cambios que conlleva sobre todo cuando le sumamos el reto que tienen las personas dentro del espectro con la incertidumbre, con los cambios de planes, con lo desconocido.
Esto se hace aún más difícil cuando hay un cambio de colegio o incluso cuando hay simplemente un cambio de profesor o profesora. Y NOSOTROS tenemos un papel fundamental de cara a disminuir la ansiedad de nuestros hijos.
Recuerda que la ansiedad es muy contagiosa, si tú estás nerviosa constantemente, tu hijo/a lo notará aunque no sepa muy bien por qué. Con esto no te quiero hacer sentir peor, sino que entiendas que ponerte nerviosa por tu hijo/a no solo no le ayuda a él ni a ti, sino que hace daño al ambiente en casa y a todos. Practica las respiraciones conscientes, planifica si eso te hace sentir mejor, haz ejercicio aunque sea caminar brevemente todos los días… en los episodios 10 y 16 te doy más claves al respecto del estrés y la ansiedad.
2.Involúcrate y fomenta una buena comunicación con la escuela y el personal docente.
No podemos simplemente llevarles a la escuela, soltarles y esperar que todo vaya a ir bien
Uno de los principales escollos en este tema es precisamente el hecho de la adecuación del colegio a las necesidades de nuestros hijos.
Nosotros como padres tenemos que estar involucrados, tenemos que de alguna manera intentar hacer equipo con el entorno escolar. Por ello mantener una comunicación constante, fluida y asertiva con el colegio es súper importante. Por ejemplo, estar al tanto de los emails, los boletines, las fechas es crucial y al final es nuestra responsabilidad.
Y también intentar buscar soluciones a los problemas que puedan surgir sobre todo al principio del curso escolar, cuando nos demos cuenta de que hay algunas situaciones nuevas, hay algún cambio de comportamiento… porque hay que tener en cuenta que no siempre nuestros hijos exhiben los mismos comportamientos en el colegio y en casa entonces mantener esta comunicación fluida es súper importante para ambas partes, tanto nosotros en casa como los profesores en la escuela.
Algo concreto que te pueda ayudar en esa comunicación con el colegio y que depende 100 % de ti es la creación de una ficha o un perfil sobre tu hijo. Sobre cómo se manifiesta ese diagnóstico en tu hijo de manera que puedas dar esa información al colegio y a la nueva profesora. Información que puede incluir cosas como sus rutinas, sus preferencias y las cosas que no le gustan los disparadores de crisis.
Esto además hace que cada año al principio del curso escolar nosotros como padres nos sentemos y reflexionemos sobre cómo ha cambiado nuestro hijo desde la última vez que lo hicimos. Y es importante actualizar esta ficha por lo menos una vez al año o incluso más veces pero si lo hacemos una vez al año te invito a que lo hagas antes del comienzo del curso escolar.
Es un momento para sentarte y reflexionar qué habilidades nuevas tiene mi hijo o qué habilidades ha mejorado por ejemplo en torno a la comprensión a la lectura en torno a las habilidades sociales. Cómo se manifiestan ahora sus crisis puede que haya cambiado puede que sea capaz de utilizar ciertos mecanismos de autorregulación puede que utilizando fidgets o chewys o herramientas sensoriales le ayuden en estos momentos de crisis. No tiene porque ser algo muy largo, no tiene porque ser una ficha muy larga pero sí que hay pautas muy prácticas y muy concretas que puedan utilizar también los docentes en la clase para ayudar a tu hijo.
3.Observa y entiende las necesidades sensoriales de tu hijo/a y, de paso, también las tuyas.
¿Para qué? Para ayudar al cuerpo y al sistema sensorial de tu hijo (y el tuyo) a calmarse y relajarse físicamente. Si nuestros hijos tienen estrés que está generado por estas nuevas demandas sociales y/o académicas. Si está nervioso, si lo notamos más inquieto por las tardes o al contrario muy cansado, que utilicemos la observación, que observemos, seamos buenos detectives para intentar entender sus necesidades. Y que tengamos empatía, sobre todo que tengamos esa comprensión de que hay nuevas demandas.
Si está nervioso o cansado pues por la tarde, ofrecerles actividades tranquilas o actividades que le ayuden a regularse. No exigirle más, no exigirle objetivos adicionales durante por lo menos esta primera etapa de adaptación o de readaptación.
Es importante validar sus estados emocionales y sus necesidades kinestésicas de movimiento. Puede que sea al contrario. Anima a tu hijo a jugar, moverse, trepar, saltar y moverse mucho. Algunos niños buscan y prefieren la presión de contacto profundo, mientras que otros buscan actividades musculares y de resistencia para ayudar a calmarse y asentarse. Si aún no tienes un espacio sensorial para él o ella en casa, un lugar donde pueda ir a soltar energía o regularse, este es un buen momento para crearlo y ayudarle a usarlo.
Y si no estás segura de cuál es la mejor dieta sensorial para tu hijo, una evaluación sensorial de terapia ocupacional puede ayudarte a través de este proceso.Todo esto que te acabo de contar también se aplica a ti, como persona, aunque seas neurotípica y seas adulta. Entender nuestras necesidades sensoriales nos ayuda a ser empáticos con las de nuestros hijos.
4. Apoyemos mediante herramientas cognitivas como la anticipación.
Esto también se aplica a nosotros mismos. Anticipar nos ayuda también a nosotros. Es importante el uso de apoyos visuales que pueden ser fotos pueden ser Pictogramas pero también pueden ser visitas a la escuela incluso aunque no podamos entrar dentro el mero hecho de ir de rehacer o hacer el camino que vamos a llevar todos los días.
Sobre todo si tu hijo hija tienen problemas de rigidez mental en cuanto por ejemplo a los trayectos puedes empezar con esto desde casi el principio del verano alternando rutas para ir al colegio y explicando que a veces vamos a ir por esta parte y a veces vamos a ir por esta otra parte incluso dándoles nombres o hablando de este es el camino donde pasamos por la tienda que vende libros, por ejemplo. Y este es el otro camino en el que pasamos delante de la casa de la abuela por ejemplo.
Es importante que adaptes toda esta anticipación a al grado de comprensión y al grado de desarrollo de comunicación verbal de tu hijo o hija pero que también de alguna manera estés ampliando su nivel de tolerancia y por eso de hecho el tema de los trayectos es un muy buen momento para probar diferentes trayectos y ver cuáles son las reacciones y las dificultades.
La anticipación se puede hacer con cosas desde como el trayecto que lo que acabo de comentar ahora hasta con calendarios con horarios con códigos de colores aquí de nuevo donde es muy importante la comunicación con el centro para que de la medida de lo posible tengas esta información incluso antes de que empiecen las clases y puedas adaptar esa información a un soporte visual que le funcione a tu hijo y puedas probar a ver cuál es el que mejor le funciona todo esto con tiempo se puede hacer.
También se puede hacer con fotografías de las profesoras o incluso de los compañeros si es posible o fotografías del comedor dentro del colegio del patio se puede hacer con muchísimos aspectos no todos van a ser igualmente importantes para tu hijo de aquí lo importante que conozcas bien a tu hijo y de conozcas bien esos momentos de mayor tensión mayor estrés para él o ella durante el día escolar y puedas de esa manera enfocarte en familiarizarse lo más posible. Otra idea es que uses las llamadas “historias sociales” en las que creas una narrativa sobre la vuelta al cole con palabras y también imágenes.
Te recuerdo que, aunque todo esto se aplica a tu hijo/a, también se aplica a ti y a tu bienestar. Anticipar, preparar, organizar, investigar, probar no solo le ayuda a él o ella, sino que también te ayuda a ti. Te enfoca en lo importante, te da opciones, te adelanta posibles problemas o desafíos y finalmente te da la oportunidad de que practiques tus propias herramientas de gestión de tiempo, de emociones, de comunicación con los demás, etc.
5. Crea una adaptación de la rutina y de los horarios en casa
Esto es igualmente importante para tu hijo y tu hija para ti y para el resto de la familia no podemos esperar al último momento para realizar cambios por ejemplo en los horarios de acostarse por la noche esto es algo que si ya sabemos que no estoy Jose va a tener que levantar antes de lo que lo está haciendo ahora pues ir realizando estos cambios poco a poco.
Y no solamente para ellos sino también para nosotros. Nosotros también tenemos que adaptarnos también tenemos que llevar a cabo cambios en nuestra rutinas. Este es un muy buen momento en el comienzo del año escolar, para replantearse si estamos durmiendo las horas que necesitamos o si estamos comiendo lo que realmente no sienta mejor qué es lo que estamos haciendo en esos momentos libres sobre todo al final de nuestro día.
6. Es importante validar sus emociones y crear oportunidades para que tu hijo/a se comunique contigo.
Entendiendo que todo comportamiento es comunicación y que por eso debemos estar muy atentos. Nuestros hijos se están constantemente comunicando con nosotros, nos demos cuenta de ello o no, sean verbales o no. De aquí la importancia, de nuevo, de que tú estés bien emocionalmente, de que estés bien físicamente y a nivel de energía, de que estés bien a nivel de comunicación con el resto de la familia y el colegio.
Te invito a que uses este comienzo del curso escolar como una oportunidad de hacer una auditoría general para poder realizar los ajustes necesarios. No sigas simplemente por inercia. Este es un buen momento para replantearte muchas cosas y realizar los cambios que sientas que necesites, tu, o tu familia.
Te repito las 6 claves:
1. Sé la seguridad y calma que tu hijo/a necesita y que tú misma necesitas también.
2. Involúcrate y fomenta una buena comunicación con la escuela.
3. Observa y entiende las necesidades sensoriales de tu hijo/a.
4. Anticipa y usa apoyos visuales.
5. Adaptación de las rutinas en casa (¡con antelación!).
6. Valida sus emociones y fomenta la comunicación en casa.
Y te dejo esta reflexión: ¿qué pasaría si fuésemos capaces de observar y dejar estar al nerviosismo que surja en nosotros o en nuestros hijos? ¿Qué pasaría si aceptásemos que no podemos controlarlo todo? ¿Que tal vez, nuestro hij@ necesita expresar su frustración o ansiedad ante los cambios y las demandas sociales y académicas de la escuela? ¿y nosotros también necesitamos expresar y gestionar nuestra ansiedad?
Sí, ya sé, es difícil…. Por el que dirán las otras madres, por las miradas, por el pánico que nos entra cuando nuestro hij@ “monta una escena” en el patio del colegio. Pero al final, mientras la seguridad y la integridad física de todos no se vea afectada, los momentos de crisis son sólo eso…. MOMENTOS de crisis. Para ti y para tu hij@. Pasarán. Y habrán cumplido su función.
¿Podemos minimizarlos? Claro. Podemos evitarlos con estrategias de prevención? Claro. De nuevo, para nosotros y para nuestros hijos.
Pero la clave sigue siendo que, observemos y que aceptemos que lo que está sucediendo es un mecanismo de gestión emocional. Como madres o padres, en esta vuelta al colegio te invito a que tomes nota de como experimentas TÚ los cambios y las incertidumbres de otro año escolar más.
Viajar con hijos neurodiversos
Si te gustan los viajes no tienes porque sacrificarte y dejar de viajar por tener un hijo con autismo, TDAH o con cualquier otra neurodiversidad. Si viajas de vez en cuando pero lo has ido dejando por el hecho de la diferencia de tu hijo te voy a animar a que lo retomes. Porque viajar es una escuela de aprendizaje para nuestros hijos (y para nosotros!).
Si te gustan los viajes no tienes porque sacrificarte y dejar de viajar por tener un hijo con autismo, TDAH o con cualquier otra neurodiversidad. Si viajas de vez en cuando pero lo has ido dejando por el hecho de la diferencia de tu hijo te voy a animar a que lo retomes. Porque viajar es una escuela de aprendizaje para nuestros hijos (y para nosotros!).
En este post te doy 10 claves prácticas que puedes (y en muchos casos debes) aplicar cuando sales de casa por unos días y tu hijo tiene desafíos de comunicación, de socialización y/o de atención.
¿Prefieres escucharlo? ¡Escúchalo aquí!
Si te gustan los viajes no tienes porque sacrificarte y dejar de viajar por tener un hijo con autismo, TDAH o con cualquier otra neurodiversidad. Si viajas de vez en cuando pero lo has ido dejando por el hecho de la diferencia de tu hijo te voy a animar a que lo retomes. Porque viajar es una escuela de aprendizaje para nuestros hijos (y para nosotros!).
Les ayuda con muchísimos aspectos que son un déficit para ellos como la flexibilidad, la teoría de la mente, las funciones ejecutivas como la planificación, la adaptabilidad y un largo etc. Esta es la gran paradoja de los viajes: que para todas las personas, tanto neurodiversas como neurotípicas, supone un tira y afloja, una especie de vaivén o de sube y baja entre la necesidad de predictibilidad, pero también de diversidad.
¡Es todo un juego de malabarismos! Porque lo que nos gusta más a unos puede ser también lo que nos causa incomodidad a otros (sobre todo a personas con autismo): ir a un sitio nuevo, cambiar de rutinas y/o horarios, probar comidas nuevas, conocer a personas diferentes, etc….
Pero en su lado más positivo, al viajar estamos ejercitando esas capacidades de adaptación innatas a todos los seres humanos y por lo tanto aumentando nuestros niveles de tolerancia a las cosas, las personas, las comidas, los horarios diferentes. No siempre es fácil ni cómodo, ni para ellos ni para nosotros. Pero los beneficios, a la larga, son significativos.
Adrian nació como bebé expatriado. Nació en Sudáfrica cuando su padre y yo vivíamos en Mozambique. Desde entonces ha residido en tres países diferentes y ha visitado más de 13 países en total. Nació en una familia bilingüe, bicultural y nómada por elección. Y nuestro estilo de vida no ha cambiado realmente tanto a pesar de su diagnóstico. Aunque obviamente tenemos algunos factores en cuenta (por ejemplo a nivel de seguridad, de acceso a servicios de salud, de educación), pero serían los mismos si nuestro hijo fuera neurotípico. Él se ha acostumbrado a pesar de sus rigideces y de sus dificultades de comunicación.
Aunque solo viajes una o un par de veces al año, en este post te voy a dar:
10 Claves prácticas que puedes hacer cuando sales de casa
1. Seamos realistas: Ni idealices ni descartes.
Viajar con niños en general no es siempre cómodo ni lo podemos comparar a los viajes de placer que nos echamos antes de ser padres. Cuando, además, los hijos tienen necesidades adicionales o perfiles específicos, exige mucha más preparación y claridad sobre los motivos y las necesidades de TODAS las personas que viajan. No solo las tuyas o las de los adultos en el grupo. Pero tampoco solo las de tu hijo, a exclusión de los demás. Al final se trata de maximizar el disfrute para todos, aunque no sea por igual, ni simultáneamente.
2. Tiene que haber un equilibrio entre disfrute y aprendizaje.
De nuevo, esto es para todos, no solo para tu hijo neurodiverso. Incluso si siempre viajas al mismo lugar y te quedas en la misma casa, con las mismas personas…. una de las razones principales por las que viajamos es para salir de la rutina, para cambiar de aires. Y esto siempre lleva una adaptación. Tanto tuya, como de tus hijos.
En esta adaptación, aunque sea mínima, siempre hay aprendizajes. No olvides que viajar nos amplia los horizontes y nos invita a conectar con nuestro entorno cada vez que lo hacemos, aunque sea siempre al mismo lugar. Una mezcla de nuevo y conocido es necesaria para tu hijo, y también para ti. Lo conocido pueden ser rutinas, horarios (que no cambias aunque estés de viaje) o incluso un muñequito, o una prenda, o algo que nos haga sentir “como en casa” aunque no lo estemos.
3. La tercera es preparación, preparación, preparación.
Si como neurotípico ya te preparas y planeas algo más ante un viaje, cuando viajas con alguien neurotípico esto se debe aumentar a la enésima potencia (sin caer tampoco en la rigidez y el estrés porque ya sabemos todos que una cosa son los planes y otra la realidad).
Investiga el lugar al que vas a ir a visitar habla con tu hijo sobre ello pues mirar mapas ver vídeos juntos hay muchas maneras de crear también interés y de ir informando a nuestros hijos sobre el lugar al que planeamos ir.
4. Ofrece información anticipada, especialmente que sea de interés para tu hijo (tanto de forma como de fondo).
A Adrián le fascinan los aviones, los trenes, en fin… todo tipo de maneras de viajar y entonces le explicamos con detalle el viaje cuánto vamos a tardar como vamos a ir las diferentes paradas…. Pero siempre añadiendo la coletilla de “este es el plan, pero tal vez las cosas sean algo diferentes.
Tú no tienes que preocuparte porque mamá y papá podrán gestionar cualquier cambio y tú también”. Le preparamos para posibles imprevistos retrasos cambios de planes con las historias sociales y con pequeño problema pequeña reacción. No podemos controlarlo todo pero podemos preparar al máximo la situación porque al final la comunicación y la información siempre ayudan en este tipo de situaciones.
5. Inclúyele en los planes.
Pregunta que le gustaría hacer. Dale algunas opciones (pero no muchas, porque eso lleva a la saturación y a la indecisión). Si tiene intereses especiales, encuentra un equilibrio entre lo que quiere hacer él y lo que quieres hacer tú, tu pareja o el resto de tus hijos. Poner límites específicos o usar el “primero esto, luego-su actividad” ayuda. Nosotros por ejemplo, siempre intentamos incluir lugares con agua (ya sea piscina o mar) porque a nuestro hijo le encanta y le regula mucho a nivel sensorial.
6. Inclúyele en los preparativos.
Dependiendo de su edad y de su desarrollo, puede ayudar desde hacer una lista de cosas que se quiere llevar, hasta hacer su propia maleta o decidir qué objeto personal se lleva. Son situaciones en las que podemos practicar las funciones ejecutivas con ellos, o practicar contar números, o decir colores, o practicar la escritura (para esas listas). ¿Cuántos calcetines necesitamos según los días, el clima? Se puede hacer divertido, y es una oportunidad de comunicar, de dialogar, e incluso de jugar juntos. Es decir, no hacerlo TODO por ellos sino probar a involucrarse porque al final son habilidades para la vida misma.
7. Cuando surjan situaciones de crisis o intensidad emocional, HABLA MENOS y usa apoyos visuales.
Escribe. Garabatea. Dibuja. Ten claridad sobre lo que necesitas que entienda en esa situación, pero también sobre sus necesidades en ese momento (está cansado, aburrido, saturado sensorialmente, tiene hambre, pensaba que ibais a ir a otro sitio, hay mucho ruido, tiene miedo?). tenemos que ser auténticos detectives para ver mas alla de los comportamientos de nuestros hijos y entender su función.
8. Enfócate en TU gestión emocional.
A veces nos ponemos en lo peor y no es para tanto. O nos tensamos cuando percibimos una rigidez en nuestro hijo. No podemos recurrir a soluciones o pensar en alternativas cuando estamos atacadas de los nervios. Sencillamente entramos en bucle con nuestro hijo y nos desregulamos.
Entiende que primero hay que PAUSAR, luego ver y entender qué está pasando, para poder probar diferentes soluciones. Lo que solemos hacer es que algo no sale como esperábamos o nuestro hijo entra en crisis, y rechazamos eso que esta sucediendo, activando nosotras mismas la respuesta del estrés. Así que de nuevo, enfócate tu primero en calmarte (y por supuesto mantener a tu hijo seguro) para desde ahí ver la situación con mayores opciones. Los viajes nos dan muchas oportunidades para practicar esto.
9. Ten claridad sobre lo que buscas con ese viaje.
¿Paz y tranquilidad? Que te dejen sola? (Viajar en familia no es la mejor manera de conseguirlo!). Cambiar de aires? Ir a sitios que ya conoces y que te gustan? ¿Practicar idiomas? ¿Comer comida exótica? Todas estas razones y muchas más son válidas, pero no siempre van a ser compatibles con las necesidades de nuestros hijos. Por ejemplo, a mi marido y a mí nos encanta la falta de planes cuando viajamos por placer, el dejarnos llevar según nos apetezca. Pero la falta de estructura (por lo menos en parte del día) es como criptonita para Adrián. Es una búsqueda y reajuste constante. Pero nos merece la pena y su flexibilidad ha aumentado muchísimo.
Además ha descubierto intereses nuevos que ahora podemos integrar en los próximos viajes. Es decir, nos gustaría tener menos planes, pero sabemos que a él le vienen bien y estamos dispuestos a encontrar un punto medio que nos sirva a todos más o menos.
10. ¡Déjate sorprender!
A menudo nos ponemos la venda antes de la herida. Pensamos, asumimos que no podemos hacer ciertas cosas por nuestros hijos, cuando en realidad esto no es así. A veces hay que probar… y si no sale bien, dejarlo por un tiempo. Los niños están en constante cambio y desarrollo y lo que no les gustaba hace un año ahora puede que sí. O tal vez aún no, pero no lo sabrás si no lo pruebas y lo expones.
Muchas veces usamos las diferencias de nuestros hijos como excusa para no hacer algo que en realidad no queremos hacer, o nos da miedo hacer. Y eso está bien, pero no uses a tu hijo de excusa. Ten claridad sobre tus propios límites y cuestionátelos también de vez en cuando.
A menudo les exigimos a nuestros hijos neurodiversos tanto, tanta flexibilidad, que aprendan tanto, que hagan esto y lo otro, que prueben cosas nuevas… pero nosotros, los adultos en sus vidas, no queremos tampoco salir de nuestra zona de confort. No le pidas a tu hijo algo que tú no estás dispuesto a hacer. Viajar es un potente espejo para conocernos mejor.
En conclusión, cada viaje es una oportunidad de adquirir, practicar y generalizar nuevas habilidades sociales, comunicativas y de flexibilidad mental. Te puedo decir con total honestidad que en el caso de Adrián su amor por la aventura y los viajes y, lo que yo llamo, el buen vivir, es una combinación de suerte porque su personalidad ayuda pero también de mucha exposición por nuestra parte.
Su diagnóstico de TEA presenta algunas dificultades adicionales a nivel de viajes y no te voy a negar que hemos tenido situaciones de tener que salir corriendo detrás de él en aeropuertos hemos tenido situaciones de crisis en público situaciones de gestión emocional muy intensas como casi todos los padres con niños que tienen autismo pero decidimos hace mucho tiempo que esto no tenía porqué ser una limitación. Claro que en ese momento lo pasé mal. Pero a nosotros nos sigue mereciendo la pena.
Si te merece la pena a ti o no, si le merezca la pena a tu familia o no, lo tienes que decidir tú y los demás adultos responsables, por supuesto.
Conciliación profesional y familiar
Hablo con la mujer todoterreno que es Tati Luis, madre de un niño con autismo, profesional de la imagen corporativa, y facilitadora certificada en disciplina positiva con enfoque en el autismo y la gestión emocional. Desde su experiencia personal y profesional en todos los ámbitos en los que opera, charlamos con total franqueza sobre esa quimera que todos buscamos a diario (sobre todo las madres): la conciliación laboral y familiar.
Hablo con la mujer todoterreno que es Tati Luis, madre de un niño con autismo, profesional de la imagen corporativa, y facilitadora certificada en disciplina positiva con enfoque en el autismo y la gestión emocional. Desde su experiencia personal y profesional en todos los ámbitos en los que opera, charlamos con total franqueza sobre esa quimera que todos buscamos a diario (sobre todo las madres): la conciliación laboral y familiar.
¡Escúchala aquí!
Precisamente sobre este tema tan importante hablo con Pilar Londoño, fundadora de Casazul Colombia y madre de un hijo con autismo. Pilar se ha formado en varios abordajes terapéuticos como RDI y gestión emocional para, desde el empoderamiento y la capacitación a los padres, fomentar la conexión, el aprendizaje y la toma de decisiones que impacten positivamente la calidad de vida de todos en la familia.
En esta charla hablamos de:
El mito de mantener el ritmo en todas las áreas de la vida
Los dos principales obstáculos en la conciliación
La auto-exigencia de la super-woman
El proceso de deshacer expectativas
La importancia de conocer tus puntos de dolor para cambiar
Agendar tiempo de descanso y limitar la Multi-tarea
Si quieres conocer más del trabajo de apoyo de Tati a familias de hijos neurodiversos visita www.tatiluis.com y su cuenta en Instagram @tatiluis.
Cambia tus hábitos, cambia tu vida
Te cuento por qué las rutinas son importantes de cara a nuestra maternidad diferente y cómo realizar sutiles y pequeños cambios que nos llevan a sentirnos mejor a la larga. ¡Y además a enfocarnos en lo que realmente es importante para nosotras y para nuestra familia!
Te doy 4 claves en base al libro Hábitos Atómicos de James Clear. Unas claves que yo misma estoy probando en mi vida y que me han llevado a un mayor grado de presencia con cómo empleo mis dos bienes más preciados: mi tiempo y mi energía.
Te cuento por qué las rutinas son importantes de cara a nuestra maternidad diferente y cómo realizar sutiles y pequeños cambios que nos llevan a sentirnos mejor a la larga. ¡Y además a enfocarnos en lo que realmente es importante para nosotras y para nuestra familia!
Te doy 4 claves en base al libro Hábitos Atómicos de James Clear. Unas claves que yo misma estoy probando en mi vida y que me han llevado a un mayor grado de presencia con cómo empleo mis dos bienes más preciados: mi tiempo y mi energía.
¡Y lo más importante! Como hacer estos cambios sin culpa, sin auto exigencias, sin perfeccionismos y sin ir “en contra” de nosotras mismas. Porque no se trata de ser otra persona, se trata ponérnoslo fácil.
¿Prefieres escucharlo? ¡Escúchalo aquí!
Hoy te quiero hablar del tema de los hábitos y de la palanca que suponen para realizar cambios transformadores en tu vida, y por extensión, en la vida de tu hijo/a y tu familia.
Es un tema fundamental porque muchas veces entendemos a nivel cognitivo el hecho de que nuestra vida cotidiana está llena de actividades que repetimos a diario. Y sin embargo no hacemos el vínculo entre nuestros hábitos y nuestros resultados.
Creemos que las cosas salen así pues…. Porque salen así. Por mala suerte, o buena suerte, o por nuestra personalidad, porque algo se nos da bien (o mal), o por las decisiones de otras personas. Y, claro, todos estos factores (muchos de los cuales no están bajo nuestro control) pueden tener un papel. Pero al final, como dijo Ghandi:
Tus creencias se convierten en tus pensamientos
Tus pensamientos se convierten en tus palabras
Tus palabras se convierten en tus acciones
Tus acciones se convierten en tus hábitos
Tus hábitos se convierten en tu carácter
Tu carácter se convierte en tu destino
Hoy te quiero hablar sobre cómo funcionan los hábitos, esos comportamientos repetitivos de nuestras vidas, por qué parecen tan difíciles de cambiar y cómo podemos hacerlo. Para que tu destino está a merced de hábitos que eliges tú, y no de hábitos que tienes por inercia.
Y aquí, dos aclaraciones importantes: 1) se trata de poner el foco en lo positivo, en lo que queremos o queremos MAS en nuestra vida, no en lo que no queremos, y 2) enfocarnos en lo que está en nuestras manos. Porque no se trata de caer en el patrón de la queja, que ya sabemos que nos deja medio tirados por el camino. Sino que se trata de empoderarnos, de saber, de creer y de sentir que todos estos deseos dependen de un cambio en nuestra mentalidad y sobre todo en nuestros hábitos, en nuestros comportamientos.
Vale, a lo mejor te preguntarás: y esto ¿qué tiene que ver con mi maternidad o paternidad diferente? ¿Cómo va a ayudar esto a mi hijo o hija neurodiverso?
De varias maneras:
1. Los hábitos son importantes porque nos ahorran tiempo y, sobre todo, energía mental. Ten en cuenta que los hábitos son comportamientos automáticos que repetimos sin pensarlo mucho. Si tus hábitos te ayudan a conseguir esa calidad de vida que buscas, no sólo estarás más cerca de conseguirla, sino que además te ahorrarás mucho estrés, perdida de tiempo, indecisión, agobio, y falta de claridad. ¿Quién se beneficia de esto a parte de ti? Exacto, tu hijo o hija y el resto de tus seres queridos. Con mejores hábitos tendrás no solo mejores comportamientos de cara a tu salud, o a tus finanzas, o a tu planeación, sino que también tendrás mayor bienestar que regalar a los tuyos.
2. Porque como padres estamos, nos demos cuenta o no, dando pautas de comportamiento a nuestros hijos. Si somos modelos de auto-cuidado estamos demostrando a nuestros hijos que cuidarse es importante, que respetar las necesidades propias y ajenas es importante, que es crucial poner en marcha hábitos saludables para cuidarse regularmente. Cuando tus hijos vean que te cuidas a todos los niveles, no solo les demuestras que es compatible con cuidar de ellos, sino que además les animas a que sean responsables de su propio bienestar también, independientemente de su nivel de desarrollo. Te verán hacerlo (además de que lo puedes hacer explícito y explicarles el por qué de ciertos comportamientos) y por lo tanto consciente o inconscientemente lo integrarán.
Y, atención, por este mismo proceso ocurre de manera reversa. Es decir, nuestros hijos, sean neurotípicos o tengan neurodiferencias, también ‘absorben’ nuestros malos hábitos - da igual cuantas veces les digas que recojan su habitación, si ellos no te ven a ti recoger la casa nunca, o te ven dejar las cosas por cualquier lado según entras en casa, pues es poco probable que sean personas con hábitos ordenados.
3. Aquí también es fundamental entender que ni nuestros hijos ni nosotros SOMOS ordenados o desordenados por naturaleza, o gastadores o avaros con el dinero por ejemplo… sino que TENEMOS hábitos de organización o no, o que tenemos ciertos hábitos financieros. Hay una diferencia entre SER y HACER, y los hábitos son una serie de “haceres” de comportamientos que se han solidificado en nuestras vidas y con los que nos identificamos.
En el caso de nuestros hijos neurodiversos, hay una capa más que tiene que ver con su capacidad de aprendizaje y con los prerrequisitos para aprender ciertos comportamientos (por ejemplo, cuando hay fallos en la función ejecutiva de muchos niños con autismo o con TDAH, hay mayores dificultades para la organización, la secuenciación y la realización de tareas). Pero todo esto se puede trabajar de manera explícita y de hecho los apoyos visuales son cruciales para ayudarNOS y ayudar a nuestros hijos a aprender los pasos que les van a llevar a crear mejores hábitos.
Si aún no has escuchado el episodio 56 en el que hablo de los apoyos visuales con Maria Elena del Rio, te recomiendo que lo hagas. Poner el enfoque en los comportamientos y en los requisitos para llevar a cabo estos comportamientos nos ayuda a empoderarnos con nuestros hijos diferentes y a dejar el victimismo de lado.
Te lo vuelvo a repetir porque es importante. TÚ eres la suma de tus comportamientos.
Entender cómo se crean los hábitos nos da libertad y poder, pero sobre todo nos aleja de esa visión determinista de “yo soy así”. ¿Has oído hablar de la mentalidad fija y la mentalidad de crecimiento? Con la primera, que es la más común, nos vemos como entidades fijas, es el yo soy así, o por ponerte el típico ejemplo “a mi no sé me da bien dibujar o pintar con mi hijo”.
Y con la mentalidad de crecimiento apreciamos que somos seres en constante evolución, que nuestro cerebro no deja nunca de aprender, y que, volviendo al ejemplo de antes “yo no he desarrollado aún mis habilidades creativas”.
El hábito, en este caso, te ayuda a desarrollarlas. ¿Cómo? Dándote el tiempo, el espacio y la intención de probar. De repetir. De, en ese mismo proceso de llevar a cabo esa actividad, ser la persona que quieres llegar a ser. La que tiene esos comportamientos. Es decir, cualquier cosa en ti o en tu vida que veas como defectuosa, o que quieras cambiar no es una falta tuya intrínseca, no es un defecto. Es simplemente un área que aún no has probado o en la que tienes hábitos negativos, hábitos que te alejan de lo que quieres experimentar, del tipo de persona que quieres ser. Porque los hábitos crean identidad.
Vale, entonces ¿cómo cambiamos nuestros hábitos o creamos aquellos que nos van a servir mejor, a nosotros y a nuestros hijos?
Aquí te presento un proceso sencillo basado en el libro Atomic Habits de James Clear.
Lo primero y más importante es que empieces con pequeños, pequeñísimos cambios. De lo que se trata es de ir sumando comportamientos nuevos (o modificados) en pequeños incrementos.
Al principio tal vez no verás mucha diferencia, pero llega un punto por el efecto compuesto que los cambios serán evidentes. De esta manera evitas los agobios y los objetivos demasiado ambiciosos. Siguiendo con el ejemplo de la organización en casa, tu pequeño nuevo hábito es guardar tu abrigo según entras por la puerta.
Cuando esto se vuelva automático tu mente utilizará muchísima menos energía en realizar esta tarea y por lo tanto tendrán más energía disponible para por ejemplo empezar a recoger otras áreas en tu casa u otros tipo de actividades de organización en tu casa.
Según James Clear en su libro hay cuatro leyes de cambio de comportamientos que son como un conjunto de reglas muy sencillas para crear mejores hábitos y son: la primera hazlo obvio la segunda hazlo atractivo la tercera hazlo fácil y la cuarta hazlo satisfactorio. Vamos una a una.
a. Que sea obvio
Siempre ayuda empezar por darte cuenta de los hábitos que tienes ahora en tu vida y preguntarte con total honestidad si te ayudan o no a vivir como quieres. Cosas cómo qué hago por la mañana, o por la noche? Tengo una rutina que me sirve? ¿Qué pasos tiene? Sobra o falta alguno? Estos son momentos del día en los que solemos operar en piloto automático y tal vez puedas encontrar cosas que cambiar por ahí. Para hacer un hábito obvio tenemos que crear un anclaje es decir tenemos que crear una asociación y esto se puede hacer de varias maneras. Se puede hacer mediante la localización, el lugar y la hora en el que vas a realizar ese hábito. Ejemplo: las clases o las actividades fijas crean hábitos de manera externa. Cada vez que mi hijo esté en la terapeuta ocupacional, yo voy a revisar mi correo electrónico. O voy a leer un libro.
También se puede hacer mediante el vínculo de un hábito a otro esto es muy eficaz y es la manera que mejor me funciona a mí. Es decir “después de realizar X hábito, voy a realizar Z hábito”. Ejemplo: ‘después de ponerme el café a media mañana, cierro los ojos y respiro 10 veces conscientemente’. O te cuento un hábito que implementamos con mi familia desde hace 2 años: la gratitud al sentarnos a comer. O “al acabar de cenar, cada uno guarda su plato en el lavavajillas”.
Y finalmente podemos hacer el hábito obvio mediante el entorno. El uso de apoyos visuales para niños y para adultos.
b. Que sea atractivo
Básicamente aquí se trata de “engañar” a nuestro cerebro para que se suelte la dopamina en ese bucle que hace que queramos repetir esas acciones por cómo nos hacen sentir.
Entonces una manera es juntar los hábitos que quieres hacer con los hábitos que necesitas hacer o qué crees un ritual de motivación en el que haces algo que te encanta y inmediatamente antes de hacer algo que no te encanta tanto. Sería una formula asi: primero hago un hábito que ya tengo, luego uno nuevo que he decidido realizar y finalmente uno que me gusta.
Ejemplos? Después de dejar a mi hijo en su terapia (algo que ya haces), voy a estirar mi cuerpo o a tomar unas respiraciones conscientes (algo que quieres hacer) y después (solo después) voy a mirar instagram. Que pasa con esto? Pues que ahí ya has metido un hábito nuevo que es el hábito de la respiración consciente o de los estiramientos corporales para conectar con tu cuerpo que además te trae en conexión con el presente con el momento presente con el aquí ahora que es básicamente mindfulness.
Para que luego no digamos que no tenemos tiempo para el mindfulness.
Siempre hay tiempo y yo también siempre digo que uno de los mejores momentos para practicar mindfulness para practicar algo tan sencillo como una respiraciones conscientes es justamente en la transición entre un hábito y otro entre una actividad y otra.
c. Que sea fáciles
No nos lo pongamos difíciles porque de esa manera no vamos a conseguir implementar hábitos nuevos. Los humanos funcionamos con la “ley del menor esfuerzo” esto es así y no es negativo, malo o nos hace vagos.
Es una estrategia del cerebro para ahorrar energía. Hay que reducir la fricción hay que reducir esa dificultad y en mi caso te sugiero que reduzcas el número de pasos que tienes que realizar para llegar a ese hábito es decir que te lo pongas fácil. ¿Como? Preparación y simplificación. primero prepara tu medio ambiente. Ejemplo: ¿quieres comer más sano? Compra verduras preparadas que te sea fácil cocinar o incluso comer crudas. O prepara fruta por adelantado. O simplemente dejar un gran bowl de fruta sobre tu encimera con fruta que se pueda comer sin mucha preparación (plátanos, manzanas, mandarinas, uvas etc). Segundo simplifica tus opciones a elegir.
Aquí entra la regla de los dos minutos que a mí me encanta y básicamente dice algo lo puedes hacer en dos minutos o menos hazlo ya de esa manera no estás posponiendo cosas que son sencillas de hacer y que al cabo de un tiempo se van a volver a automáticas como por ejemplo ir recogiendo según vas creando desorden. En realidad esto tiene que ver con desmenuzar los pasos de una actividad y empezar siempre por lo más sencillo y más rápido e ir creciendo poco a poco desde ahí. Cuando nosotros le enseñamos a lavarse las manos a nuestro hijo Adrián empezamos desmenuzando todos los pasos y enseñándole paso a paso primero, encender el grifo.
Segundo, cómo mojarse las manos.
Tercero como enjabonarse. Cuarto como frotarse las manos en jabonadas.
Cinco cómo aclararse las manos.
Seis Cómo secarse las manos. Todos lo que hacemos tiene varios pasos por ejemplo salir a correr conlleva toda una serie de pasos previos. El problema es que queremos ya salir a correr una maratón.
Y aquí lo que se trata es de empezar poco a poco.
Antes de salir a correr por ejemplo tienes que ponerte las zapatillas.
Las zapatillas pueden estar al lado de la puerta.
A esa manera te recuerdas que tienes la intención de correr.
Y el primer día tal vez solo corres cinco minutos.
Así vamos poco a poco construyendo un hábito de salir a correr.
d. Que sea satisfactorios
Y finalmente la cuarta regla es que sean satisfactorios que esos hábitos te acerquen a ese estilo de vida que quieres vivir a esa persona que quieres ser. Así que no dejes de utilizar los refuerzos prémiate por esos hábitos nuevos que estás implementando. De nuevo entiende que el hábito es simplemente un camino que te lleva a ser de una cierta manera a tener un cierto comportamiento y a sentirte de una cierta manera en tu propia vida.
Por ejemplo, la meditación es un hábito para sentirte más centrada, más tranquila, más en paz contigo misma y con tu vida. El objetivo no es la meditación, el objetivo es cómo te quieres sentir: en paz o tranquila. Básicamente la regla cardinal del cambio de comportamiento es: lo que tiene un premio inmediato se va a repetir y lo que tiene un castigo inmediato se va a evitar.
Esto no es determinista, es parte de nuestra naturaleza humana y no solo humana los animales también actúan así. Evitando el dolor y buscando el placer. Lo primero inhibe la repetición de ese comportamiento y lo segundo refuerza la repetición de ese comportamiento. Usa esto a tu ventaja.
Y ojo, porque a veces utilizamos hábitos negativos un poco saludables precisamente por el placer inmediato que nos dan y aquí es muy interesante, el documento del autor en su libro que el cerebro sobrestima el peligro de algo que parece un desafío inmediato pero que realmente no va a ocurrir como por ejemplo pues que se caiga el avión en el que vas cuando hay turbulencia sin embargo subestima lo que parece un peligro más lejano pero que de hecho tiene más posibilidades de pasar como por ejemplo la acumulación regular y constante de grasa en tu cuerpo después de comer otras años de comer comida poco saludable el hecho de que tus músculos vana de caer en salud después de estar muchos días muchos meses muchos años sentado enfrente de una computadora sin hacer ejercicio y por ejemplo el hecho de que las casas que en las que no hay un hábito de orden siempre acaban desordenadas independientemente de que las organices una vez cada dos meses. Y todo esto SÍ que tiene un impacto acumulativo sobre la calidad de nuestras vidas.
Así que, cuando vayas a agarrar ese helado del congelador pregúntate en este momento si esto no supone un riesgo para mi salud pero ¿qué va a pasar dentro de X años cuando esté con sobrepeso?
Y finalmente contarte que también es importante implementar hábitos que no sean ni demasiado difíciles ni demasiado fáciles tenemos que encontrar un punto óptimo ideal de desafío y al mismo tiempo de satisfacción para ver que estamos haciendo algo diferente y algo que nos está haciendo crecer como personas en nuestras decisiones nuestros comportamientos diarios pero que no sean objetivos y realistas o demasiado ambiciosos que nos hagan perder la motivación muy pronto.
Así que te repito de nuevo las cuatro reglas para hacer el cambio de hábitos algo más fácil es hacerlo obvio hacerlo atractivo hacerlo fácil y hacerlo satisfactorio espero que este episodio te haya dado algunas claves con las que hayas hecho clic y que puedas aplicar en tu vida desde ya te invito sobre todo a que reflexiones sobre el tipo de hábitos que tienes en ciertos momentos de tu día yo es algo que he hecho después de leer el libro de James Clear y que me ha ayudado a cambiar sobre todo en mi rutina matutina cuando me siento frente al ordenador a empezar a trabajar y el objetivo no es estos nuevos hábitos o esta nueva rutina sino como me siento al afrontar mi día de trabajo y también como integro al mindfulness en mi día de trabajo.
Disciplina positiva y neurodiversidad
Hablo con Alicia Rodriguez, psicóloga y especializada en diagnóstico, asesoramiento e intervención clínica de TEA con más de 15 años de experiencia. Además es Educadora de Disciplina Positiva para familias y profesionales, especializada en Metodología Montessori y Pedagogías Activas. Tratamos de temas realmente importantes en torno a la priorización de necesidades y a la conexión con nuestros hijos neurodiversos más allá del mero enfoque en habilidades y comportamientos.
Hablo con Alicia Rodriguez, psicóloga y especializada en diagnóstico, asesoramiento e intervención clínica de TEA con más de 15 años de experiencia. Además es Educadora de Disciplina Positiva para familias y profesionales, especializada en Metodología Montessori y Pedagogías Activas. Tratamos de temas realmente importantes en torno a la priorización de necesidades y a la conexión con nuestros hijos neurodiversos más allá del mero enfoque en habilidades y comportamientos.
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Precisamente sobre este tema tan importante hablo con Pilar Londoño, fundadora de Casazul Colombia y madre de un hijo con autismo. Pilar se ha formado en varios abordajes terapéuticos como RDI y gestión emocional para, desde el empoderamiento y la capacitación a los padres, fomentar la conexión, el aprendizaje y la toma de decisiones que impacten positivamente la calidad de vida de todos en la familia.
En esta charla hablamos de:
Qué es la crianza respetuosa
Por qué y cómo malinterpretamos las necesidades de nuestros hijos
Las consecuencias naturales y lógicas y la gestión de la frustración
La búsqueda de soluciones conjuntas con nuestros hijos
Las ventajas y las desventajas de la disciplina positiva
Las “metas inocentes”
El uso de la proyección de futuro para tener mayor claridad sobre los objetivos ahora
Puedes encontrar más información sobre el trabajo de Alicia en https://aliteando.com y en sus redes sociales:
Instagram: @aliciarodiguezaliteando
Facebook: @aliciarodriguez
Descarga gratuita de su audio-guía “Tres errores (y sus antídotos) en el contexto del autismo” https://aliteando.com/descarga-gratis/
Mencionamos el libro Disciplina positiva para niños con necesidades especiales de Jane Nelsen.
Intervenciones terapéuticas en familia
A menudo nos enfocamos en los abordajes terapéuticos para nuestros hijos neurodiversos como en algo externo. Pero, ¿qué hay del rol nuestro como padres y del resto de la familia en el desarrollo de nuestro hijo con autismo, TDAH y otras neurodiferencias?
A menudo nos enfocamos en los abordajes terapéuticos para nuestros hijos neurodiversos como en algo externo. Pero, ¿qué hay del rol nuestro como padres y del resto de la familia en el desarrollo de nuestro hijo con autismo, TDAH y otras neurodiferencias?
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Precisamente sobre este tema tan importante hablo con Pilar Londoño, fundadora de Casazul Colombia y madre de un hijo con autismo. Pilar se ha formado en varios abordajes terapéuticos como RDI y gestión emocional para, desde el empoderamiento y la capacitación a los padres, fomentar la conexión, el aprendizaje y la toma de decisiones que impacten positivamente la calidad de vida de todos en la familia.
En esta charla hablamos de:
La importancia de desarrollar habilidades de doble vía como la adaptabilidad y la conexión emocional
Entender las necesidades emocionales y de integración sensorial de nuestros hijos
La generalización de escenarios terapéuticos a la vida real
Qué hacer en las etapas transitorias y con los llamados “retrocesos”
Normalizar las dificultades y promover la inclusión
Puedes encontrar más información sobre el trabajo de Pilar en www.casazul.co y en sus redes:
Instagram: @casazulcolombia
Facebook:
Su escuela de padres “Es de autismo” https://materiales.esdeautismo.com/webinar
Ser la madre que tu hijo necesita
En esta charla, Yvonne Laborda, una referente internacional en maternidad consciente, sobre las oportunidades y aprendizajes de la crianza de un hijo diferente. El mensaje es claro y potente: dar presencia, validación e intimidad emocional en la relación con nuestros hijos no sólo ayuda a la relación y a la crianza sino que también nos sana a nosotras mismas.
En esta charla, Yvonne Laborda, una referente internacional en maternidad consciente, sobre las oportunidades y aprendizajes de la crianza de un hijo diferente. El mensaje es claro y potente: dar presencia, validación e intimidad emocional en la relación con nuestros hijos no sólo ayuda a la relación y a la crianza sino que también nos sana a nosotras mismas.
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En esta charla hablamos de:
Lo que esconde el victimismo
Cómo llegar a una aceptación de la diferencia de nuestro hijo
Qué pasa cuando no tenemos el “registro emocional” para poder realmente acompañar a nuestro hijo en su propio camino
Adaptabilidad y autoestima (nuestra y de nuestros hijos)
Dejar de “problematizar” nuestras maternidades diferentes
Los tres niveles de conexión con los hijos
Las cuatro raíces para una crianza consciente
Yvonne ofrece muchísimo contenido gratuito de gran valor mediante su podcast “El diario de Yvonne Laborda” y su web www.yvonnelaborda.com.
Además puedes encontrar formaciones sobre crianza consciente, educación emocional, relaciones y otros cursos en el Instituto Yvonne Laborda: www.institutoyvonnelaborda.com