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Gestión emocional Magüi Moreno Gestión emocional Magüi Moreno

Me molestan los comentarios ajenos

“¿Tiene autismo? Pues no se le nota”, “No te preocupes por la hiperactividad, seguro que se le pasa”, “Ah, tienes a un niño especial, son angelitos”

Seguro que te ha pasado - cuentas a alguien el diagnóstico de tu hij@ y te responden con tonterías, banalidades o clichés. Minimizan, generalizan, o - peor aún - te culpan a ti.
En este post, simpatizo contigo… yo también he estado en esas situaciones y he tenido que oír comentarios ajenos que me han enfadado o herido, o me han hecho sentir muy incomoda. Y también te doy algunas pautas para que comprendas mejor estas situaciones y puedas sobrellevarlas con mayor conciencia y menor reactividad.

¿Tiene autismo? Pues no se le nota”, “No te preocupes por la hiperactividad, seguro que se le pasa”, “Ah, tienes a un niño especial, son angelitos”

Seguro que te ha pasado - cuentas a alguien el diagnóstico de tu hij@ y te responden con tonterías, banalidades o clichés. Minimizan, generalizan, o - peor aún - te culpan a ti.

En este post, simpatizo contigo… yo también he estado en esas situaciones y he tenido que oír comentarios ajenos que me han enfadado o herido, o me han hecho sentir muy incomoda. Y también te doy algunas pautas para que comprendas mejor estas situaciones y puedas sobrellevarlas con mayor conciencia y menor reactividad.

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Hoy te vengo a hablar de un tema muy común y del que muchos padres de hijos diferentes nos quejamos a menudo. La típica situación donde le cuentas a alguien el diagnóstico de tu hijo o hija y te dicen: “uy, seguro? Pues no se le nota” o “ay, que bonito, tienes un angelito en casa!”.

Seguro que te ha pasado y seguro que en la mayoría de los casos te ha hervido la sangre. Te ha molestado muchísimo y ha provocado en ti sentimientos muy difíciles de gestionar. Son situaciones en las que la otra persona: minimiza, generaliza, te culpa o incluso te excusa. Veamos cada una de estas situaciones:

1. Minimizan: Pues yo le veo normal. Los médicos se habrán equivocado. Se le pasará. Aquí lo primero es una falta total de conocimiento por parte de la otra persona sobre lo que supone tener una diferencia neurológica o de desarrollo. No siempre son visibles a primera vista. La gente cae enseguida en los clichés y las generalizaciones, como veremos en un momento. Y, además, este tipo de comentarios, paradójicamente, crean inseguridad en ti. Y a veces, falsas esperanzas de que el diagnóstico o la sospecha de que tu hijo tiene alguna diferencia de desarrollo sea simplemente un error o un “mal sueño”. 

2. Es un regalo: Tu hijo es especial, es un ángel, sois padres especiales, es una bendición (pues, ¡claro que es una bendición, todos los hijos son regalos de la vida!). Esto a mí siempre me ha sonado como premio de consolación. Además de que la otra persona está super-imponiendo, está suponiendo pues, que por ejemplo, crees en los ángeles o que eres creyente. Es una falta de sensibilidad y de respeto, aunque se ofrezca como una palmadita en la espalda.

3. Re-dirigen y/o culpan: eres una exagerada, siempre llamando la atención con problemas inventados, o “es que no le prestas atención”, o los típicos “la culpa la tienes tú por…. Lo que sea, malcriarle, hablarle en dos idiomas, o llevarle a la guardería, o NO llevarle a la guardería, o mil cosas más”. Esto suele ser más común entre allegados, infelizmente, sobre todo viniendo de padres, madres, tías, o cualquier persona que se crea con el derecho a criticarte o a opinar sobre tu maternidad.

4. Generalizan: “los niños con autismo son….. genios, Rain Man, etc”. O los disléxicos son todos super inteligentes. O los niños con hiperactividad acaban siendo unos cracks creativos. Ya estamos con los premios de consolación otra vez!! La intención positiva es clara: te quieren hacer sentir mejor por el diagnóstico de tu hijo. En seguida la gente se lanza a decir “Albert Einstein tenía autismo”, “Bill Gates, el de Microsoft, está en el espectro autista”, dicen que los grandes artistas tenían todos algo diferente a nivel de cerebro y de socialización. Pero, señores, hablamos de un espectro y de diferencias neurológicas muy complejas. Puedes conocer a un niño con autismo o incluso a varios que se parecen y pensar que todos son así, pero la variación es inmensa. Generalizar es otra manera de robar a los padres de la comprensión que buscan para su situación y para su hijo tal y como son, y no tal y como lo ve la gente en las películas.

No sé tú, pero a mi me ha pasado todo esto, todas estas situaciones, y molestan un montón. Y según quién, cuando y como lo diga duele muchísimo. No es lo mismo que te lo diga una desconocida que te ha preguntado por el comportamiento de tu hijo en público a que te lo diga tu propia suegra, o alguien muy allegado. Tampoco es lo mismo que te lo digan cuando ya llevas años en el camino de ser una madre de un hijo diferente a que te lo digan a los 10 minutos de haber recibido un diagnóstico. Ni que te lo digan con lástima, o con una positividad desbordante y a menudo falsa, o que te lo digan a solas o delante de otras personas.

Hoy te quiero dar algunas pautas para que comprendas mejor estas situaciones y puedas sobrellevarlas con mayor conciencia y menor reactividad. Son apuntes que he sacado de mi propia experiencia como madre, pero sobre todo del coaching estratégico (que dice que toda acción tiene en esencia una intención positiva para el que la hace) y del mindfulness (que nos invita a enfocarnos sobre nuestros pensamientos y sentimientos para tener claridad sobre lo que aportamos a las situaciones).

Pero antes, te quiero aclarar algo fundamental. No son las palabras que usamos, son el significado que les damos.

Así que antes de enzarzarse con alguien por las palabras que está usando, date cuenta del significado que les estás dando TÚ.

Ahora, sí, es verdad que repetidas veces crean realidad. Tema de las etiquetas y la autoidentidad. 

Lo primero que te quiero comentar aquí es que es fundamental entender y separar lo que es tuyo de lo que es del otro. Vamos por partes.  Alguien te dice algo y tu te sientes de una cierta manera. Separa:

1. Lo que te ha dicho la otra persona tiene que ver con EL o ELLA, con su visión de la vida, con sus creencias - a menudo inconscientes - sobre la maternidad, con su historia y experiencias personales, y con un sinfín de otros factores de los que no tienes NI IDEA (ni falta que te hace, a no ser que sea una persona muy querida). Sobre esto no puedes hacer nada, así que no pierdas el tiempo ni la energía en ello.

2. El significado que le has dado TÚ en base a tu visión de la vida, a tus creencias sobre la maternidad, a tu historia y experiencias personales… en base a factores muy contextuales como si estás cansada porque tu hijo se ha levantado pronto, o si has tenido una discusión con tu pareja, o que hace un calor tremendo y está tu hijo al sol. ¿Puedes hacer algo al respecto? SÍ… darte cuenta del significado que le das a esas palabras. Como las estás interpretando.

3. Los pensamientos y las emociones que te surgen en base al significado que le das a esas palabras. Porque en base a ellos vas a actuar de una manera u otra. Lo tuyo son los puntos 2 y 3, Échales conciencia. Y lo que no es tuyo es el punto 1, no te enganches con eso.

Lo segundo es internalizar que, en la gran mayoría de casos, no hay intención dañina por parte de la otra persona. Yo siempre digo, en caso de dudas sobre las intenciones de los demás, pregunta. Muchas veces cuando ponemos un espejo delante de la persona que nos ha dicho algo que nos ha herido, se da cuenta de que no fue la mejor manera de decirlo pero se llega al mensaje de fondo que sí es bienvenido (de apoyo, de empatía, de compasión, de preocupación, etc.). Hablando se entiende la gente.

Tercero, entiende que muchas personas, la mayoría diría yo, se sienten muy incómodas, incompetentes o impotentes ante tu situación como madre o como familia. Se sienten mal, aunque ni siquiera se den cuenta. Y neutralizan esa incomodidad con tonterías, banalidades o clichés como “sois especiales”, etc. Su malestar es SUYO, no lo hagas tuyo.

Al final, los padres y madres queremos sentirnos escuchados, vistos, comprendidos. A menudo no necesitamos que nos digan nada más que “te veo, siento tu dolor, estoy aquí para lo que quieras”… no queremos que nos quiten importancia o dolor a la situación. 

Para terminar, te voy a compartir aquí lo que me dijo una gran amiga mía hace años cuando el conté que acababan de diagnosticar a mi hijo con autismo. Ella me dijo: “lo siento, sé que no es lo que querrías tú para tu hijo”. Y eso, justamente, es lo que necesitaba oír. Ni más más ni más menos. Dio totalmente en el clavo. Porque en ese momento necesitaba que alguien me dijera: “esto es duro, lo siento mucho por TI”. Por TI. La que buscaba acompañamiento y comprensión para con MIS emociones era yo. No buscaba que alguien me minimizara, me negara, me culpara o me diese un premio de consolación. Tampoco buscaba en ese momento que alguien me dijera que todo iba a salir bien. ¿Cómo iba a saber eso mi amiga? Ni que le pusieran una etiqueta más positiva a mi hijo - mi hijo tenía autismo y esa era (y es) la realidad.


Así que la próxima vez que alguien te diga algo sobre el diagnóstico de tu hijo, pausa, respira, y ve con total claridad: que es su opinión, sus creencias, su historia; que eso no es tuyo ni tiene por que serlo; que seguramente está intentando hacerte sentir mejor, aunque el efecto sea el contrario. Y SUELTA. Suelta, suelta, suelta. Lo que no es tuyo no tienes por qué cargarlo.

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¿Qué hago con mi frustración y la de mi hijo?

A menudo la frustración viene de no aceptar que o no está en nuestras manos o tenemos que DECIDIR. Y decidir supone hacer algo y dejar de hacer algo. Y eso nos puede costar mucho.

En este post te doy 3 claves fundamentales para gestionar mejor la frustración y reducir tu estrés.

Pero, ¿qué hago con la frustración que siento a diario?

Cuando tu hijo no te responde, o no te mira a los ojos. Cuando tu hij@ no para. Cuando es impulsivo. Cuando no comprendes por qué es tan sensible, porque llora tanto, o por qué tiene ciertos comportamientos en ciertas circunstancias. Cuando, sencillamente, no entiendes a tu hijo.

A menudo la frustración viene de no aceptar que o no está en nuestras manos o tenemos que DECIDIR. Y decidir supone hacer algo y dejar de hacer algo. Y eso nos puede costar mucho.

En este post te doy 3 claves fundamentales para gestionar mejor la frustración y reducir tu estrés.

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Hoy te vengo a hablar de un tema crucial en la crianza y sobre todo cuando tu hijo es diferente. De hecho es uno de los desafíos mayores para muchas de las madres y padres con los que trabajo y es: ¿qué hago con la frustración que siento? Y que además, siento casi todos los días'

Ejemplos de la vida cotidiana con un hijo diferente hay millones. Cuando tu hijo no te responde, o no te mira a los ojos. Cuando tu hijo se frustra porque no se puede abrochar la ropa y tú te frustras igual. Cuando solo quiere pantallas y juguetes electrónicos y no hay manera de quitárselos. Cuando no eres capaz de salir de casa puntual porque tu hijo tarda mucho o tiene un berrinche. Cuando tu hijo es inflexible y obstinado hasta un punto de saturación. Cuando tu hij@ no para. Cuando es impulsivo. Cuando no comprendes por qué es tan sensible, porque llora tanto, o por qué tiene ciertos comportamientos en ciertas circunstancias. Cuando, sencillamente, no entiendes a tu hijo. No sabes que quiere, no consigues comunicarte… o no consigues mantener su atención. 

Seguro que en algún momento te ha pasado.

Lo primero es diferenciar TU frustración de la frustración de tu hij@. Esto es crucial.

A menudo las dos frustraciones se mezclan. ¿Por qué? Porque ya sabemos que muchos estados emocionales son “contagiosos”. Es común impacientarse cuando vemos que nuestro hijo se impacienta. Y es normal que nuestro hijo frustre cuando nos ve y nos siente a nosotras frustradas, sobre todo por fallos en la comunicación y en la atención conjunta.

¿Qué hacer para ayudar a que tu hijo se frustre menos? Apoyos profesionales, hacer una lista ABC para entender mejor las situaciones que le provocan frustración, y llevar a cabo actuaciones preventivas (que no es lo mismo que sobre-proteger o hacer las cosas por ellos). En este caso, se trata de prepararle a el/ella o preparar la situación para minimizar la reacción de frustración, aumentar el nivel de tolerancia, etc.

Y vamos a hacer una lista ABC para nosotros también. Esto va de obtener la mayor cantidad de información sobre las situaciones, circunstancias, y condiciones en las que nos frustramos. Porque, al hacerla, te vas a dar cuenta de que se suelen repetir. Y mucho. Entonces, para que sirve? Para RECORDARNOS que puede ser un momento álgido y tener así más posibilidades de neutralizar nuestra reactividad. También nos permite ser más amables con nosotros mismos y criticarnos menos por sentir esa frustración.

Te voy a dar un ejemplo que me ocurrió a mi ayer mismo.

Lo segundo es darnos cuenta de las creencias que se esconden detrás de nuestra frustración. Esto no debería de ser así, mi hijo debería, yo no debería, etc. ¿Cómo? Vuelve a esa hoja ABC y, una vez pasado el momento de crisis, recuerda que estabas pensando en ese momento.

Volviendo a mi ejemplo… yo estaba pensando “soy mala madre porque después de todo el día de campamento, le he dejado que vea tele dos horas, y aún así no he acabado todo lo que tenía que hacer de trabajo y ahora encima me toca hacer la cena, y este niño no se entretiene con nada y chun chun chun. ¿Qué se esconde detrás de todo este rollo mental? La creencia de que no lo estoy haciendo bien. De que soy un fracaso. Y, claro, a la luz del día después esto parece una exageración, pero lo cierto es que es una creencia (o un patrón de pensamiento) muy común. La creencia es “tengo que ser perfecta” y el patrón es: mira, mira, todas las maneras en las que no eres perfecta!! Lo ves!! No eres perfecta!! Y además estás a punto de perder los estribos!!

Lo tercero es aceptar. Aceptar que la frustración tiene una función positiva. Te está queriendo decir algo para que cambies algo en tu vida. La frustración viene para decirnos que algo no funciona. Si surge mucho es porque ese algo que no funciona sigue sin funcionar…. Porque no lo hemos cambiado, o por que no hemos hecho las paces con ello (si no lo podemos cambiar). 

Aquí es fundamental entender que hay 3 tipos de asuntos: los tuyos (sobre los que tienes poder - tus pensamientos, tus emociones, tus acciones y reacciones, y los factores externos sobre los que tienen algún nivel de control como por ejemplo a qué hora te vas a dormir o lo que comes). Los de otra persona (sus pensamientos, sus emociones, sus acciones y reacciones, sobre los que tú no tienes realmente control) y los factores externos que les afectan a ellos (sobre los que puedes tener algo de control, dependiendo de lo que sea). Y la tercera categoría es los asuntos de la vida, del mundo, de Dios, de la energía cósmica, de los cambios sociales y políticos o de como lo quieras llamar. Son los asuntos sobre los que ni yo, ni tú, ni otra persona tenemos control. Son los factores medioambientales, si llueve o no, si hace frío o si hay un golpe de estado. Ahora te pregunto? El origen de tus frustraciones son sobre qué tipos de asuntos?


Ya sabes lo que te voy a decir: no te frustres por lo que TÚ no puedes cambiar. Eso es una pérdida de tiempo y energía. 

Si te frustras por que no entiendes a tu hijo, pasa más tiempo observándole, considera usar métodos alternativos de comunicación, invierte en terapias de lenguaje, busca soluciones tanto de apoyo a él o ella como de motivación interna para ti. Lo mismo si te frustras porque tu hijo no te entiende a ti. Pero empieza aceptando que esa frustración tiene una razón de ser - ahí hay algo que merece ser estudiado, modificado y aceptado.

Si te frustras porque tu hijo es como es, lo llevas mal. Te lo digo así de claro. Porque tu hijo es quién es, y no se trata de cambiarlo, sino de ayudarle en los desafíos más prácticos para mejorar su vida, y la calidad de la interacción y la relación contigo.

Así que te resumo: entiende que la frustración es contagiosa, separa lo tuyo de lo de tu hijo, identifica el mensaje de cambio que te trae la frustración y actúa para llevarlo a cabo pero siempre desde la aceptación de que hay cosas que son tuyas y que puedes por lo tanto cambiar, y cosas que no son tuyas y no puedes cambiar. Ahorrate disgustos y frustración en este último caso.

Y ahora, para acabar, te cuento lo que saqué en claro de mi frustración.

Primero, a nivel situacional, que era muy mala hora y tanto yo como mi hijo estábamos cansados e irritables. A modificar: a esas horas no intentar nada nuevo ni hacer multitasking. Segundo, que tengo que seguir prestando atención a mi auto-exigencia. A modificar: o hago la cena o juego con mi hijo, no puedo estar a todo y exigirme eso por un sentimiento de culpa es una receta para la frustración. Elegir dejarle ver la tele para poder hacer la cena sin sentirme culpable. O posponer la cena (o pedir pizzas a domicilio) si decido jugar con él. 

A menudo la frustración viene de no aceptar que o no está en nuestras manos o tenemos que DECIDIR. Y decidir supone hacer algo y dejar de hacer algo. Y eso nos puede costar mucho.

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Mindfulness en la crianza

En esta entrevista hablo con la pedagoga y coach de mindfulness para familias Patricia Diaz-Caneja sobre cómo integrar de manera realista la práctica del mindfulness en la crianza cuando tenemos hijos diferentes. Sin perfeccionismo, ni auto-exigencias, sino usando las actividades rutinarias (y los momentos a veces muy difíciles) de criar a un hijo con necesidades especiales. Hablamos de las resistencias más comunes y de cómo superarlas para poder transformar la relación p/madre-hijo desde dentro.

En esta entrevista hablo con la pedagoga y coach de mindfulness para familias Patricia Diaz-Caneja sobre cómo integrar de manera realista la práctica del mindfulness en la crianza cuando tenemos hijos diferentes. Sin perfeccionismo, ni auto-exigencias, sino usando las actividades rutinarias (y los momentos a veces muy difíciles) de criar a un hijo con necesidades especiales. Hablamos de las resistencias más comunes y de cómo superarlas para poder transformar la relación p/madre-hijo desde dentro.

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Te dejo aquí los principales puntos de nuestra conversación:

1:41 Presentación del trabajo y la experiencia de Patricia

2:55 Meditación y mindfulness en el apoyo terapéutico a familias

5:55 El profesional acompaña pero la responsabilidad es de la familia

8:01 “El sujeto señalado” y cómo afecta a la autoestima de nuestro hij@ diferente

9:14 La frustración y la culpa de los padres

11:36 Darnos cuenta de lo que aportamos nosotros a la relación

17:50 Expectativas y normas sociales que nos pasan factura

19:07 Resistencias al mindfulness

27:48 No seas perfeccionista con el mindfulness

31:08 Como nos ayuda a estar más presentes con nuestros hijos

32:38 Empatía y perspectiva: todo es comunicación

40:48 Cómo responder con mindfulness ante comportamientos difíciles

45:50 Flexibilidad e higiene personal emocional

54:35 Despedida y más información

Puedes seguir el trabajo de Patricia en: www.diazcaneja.com y en:

Facebook: https://www.facebook.com/diazcanejaeducacion/ 

Instagram: https://www.instagram.com/patriciadiazcaneja/ 

YouTube: https://www.youtube.com/user/Patriciadiazcaneja  

Además Patricia ha publicado dos libros de mindfulness para niños y familias “Un bosque tranquilo” y “El hada habla”: http://unbosquetranquilo.com

Puedes ver su charla TEDx “Aceptarse a uno mismo para aceptar a los demás”: https://youtu.be/nIRBVX-PWYs 

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Apoyos en las redes sociales

Preciosa e inspiradora charla con Damellys Regifo, creadora del proyecto Madres Azules de apoyo en redes sociales a familias con autismo y otras diferencias neurológicas

Preciosa e inspiradora charla con Damellys Regifo, creadora del proyecto Madres Azules de apoyo en redes sociales a familias con autismo y otras diferencias neurológicas

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Damellys vive en Venezuela y en esta entrevista hablamos de las grandes oportunidades de las redes sociales y los avances tecnológicos no solo para nuestros hijos (como estamos viendo actualmente durante la pandemia con la posibilidad de la teleterapia), sino sobre todo para las madres y los padres. Podemos entablar amistades y hacer crecer redes de apoyo online para no sentirnos tan solo o aislados. Y además podemos recabar información gratuita. Pero para sacar provecho del contenido en redes se necesita una actitud abierta, y haber trabajado la propia aceptación de nuestra situación. 

Aquí tienes los puntos principales de nuestra conversación:

1:36 Presentación de Damellys y de su proyecto Madres Azules

2:43 Qué has aprendido en tu propio camino como madre de dos hijos con TEA.

7:30 Que factores te han ayudado con tu actitud y mentalidad

12:20 La importancia de no olvidarse de nuestro propio bienestar como madre o padre

16:56 Por qué, cómo y cuando creaste el proyecto de Madres Azules 

21:00 Qué tipo de apoyo se ofrece a través de Madres Azules

27:25 El “regalo” de la pandemia: mayor servicios y conexión online 

30:10 Qué pasa después del diagnóstico

33:44 La concienciación sobre y la visibilidad de las neurodiferencias

43: Aceptación vs. mejora de las especificidades de nuestros hijos

46:07 El duelo por la diferencia de nuestros hijos

47:17 Donde encontrar más información

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7 Consejos para unas vacaciones diferentes

Mientras para muchas personas el verano es una época de descanso, de desconexión con la rutina del resto del año…. para las personas con autismo, ADHD o cualquier otra diferencia neurológica puede ser un momento muy difícil. Precisamente porque las rutinas cambian o, peor aún, desaparecen. Los padres y las madres nos enfrentamos a días enteros “sin cole” en los que a menudo no sabemos qué hacer con nuestros hijos.

Mientras para muchas personas el verano es una época de descanso, de desconexión con la rutina del resto del año…. para las personas con autismo, ADHD o cualquier otra diferencia neurológica puede ser un momento muy difícil. Precisamente porque las rutinas cambian o, peor aún, desaparecen. Los padres y las madres nos enfrentamos a días enteros “sin cole” en los que a menudo no sabemos qué hacer con nuestros hijos.

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7 consejos prácticos para unas vacaciones con mayor bienestar para todos

1. No te critiques si el verano es difícil para ti, tu hijo o tu familia.

Recuerda: haces lo mejor que puedes con los recursos que tienes en este momento. El verano o las vacaciones escolares son para muchas familias temporadas menos estructuradas, con un mayor grado de espontaneidad, con menos citas fijas en la agenda.

Sin embargo, para las familias con hijos diferentes, pueden llegar a ser muy duras. Mientras para muchas personas el verano es una época de descanso, de desconexión con la rutina del resto del año…. para las personas con autismo, ADHD o cualquier otra diferencia neurológica puede ser un momento muy difícil. Precisamente porque las rutinas cambian o, peor aún, desaparecen.

Los padres y las madres nos enfrentamos a días enteros “sin cole” en  los que a menudo no sabemos qué hacer con nuestros hij@s. Y ellos se sienten a la deriva, sin la seguridad que les da las estructuras, los ritmos, y las actividades del curso escolar. Así que, mi primer consejo es, no te hables mal, nadie tiene la culpa. 

2. Ajusta las expectativas y entiende las necesidades (tuyas y de tu hijo).

Porque puede que no sean compatibles. A ti te gusta sentarte a leer un libro pero hay que estar pendiente de tu hij@ a todas horas; o te encanta pasear por las tardes, pero tu hijo se pone nervioso con el ruido de la calle; o te encantaría poder veranear con unos amigos y sus familias, pero te echas para atrás por el comportamiento de tu hijo (y por cierto aqui te diría que el desafío es 100% tuyo porque el tema no es necesariamente el comportamiento de tu hijo -a no ser que sea agresivo consigo o con los demás - sino tu reacción).

Entonces, ¿cómo ajustamos las expectativas? ¿Cómo tomamos en consideración necesidades a menudo opuestas o incompatibles? Buscando soluciones consensuadas y negociadas y, sobre todo, explícitas (es decir, habladas y bien entendidas entre los adultos de la familia). Por ejemplo: turnarse con la pareja, o con algún familiar, buscar campamentos o actividades específicas para que tu hij@ esté ocupado un tiempo al día, o sencillamente decidir hasta donde quieres “empujar” a tu hij@ fuera de su zona de comfort, y hasta donde quieres llegar tú con la tuya. Por ejemplo, salir a pasear aunque tu hijo aletee o haga ruidos que te molestan

3. Busca un equilibro entre tiempo abierto y rutinas.

Cuanta más flexibilidad tengas TÚ como Mamá o Papá, menos te vas a estresar y menos vas a sufrir. Y eso ya es positivo para el ambiente del hogar.

Las rutinas para los hijos con necesidades especiales es lo óptimo porque les da seguridad y una sensación de control sobre sus vidas. Al menos establece horarios para ciertas partes del día, como la primera hora de la mañana y la rutina de acostarse por la noche. A mi me ayuda mucho para darle algo de estructura al día, intercalar actividades no preferidas (terapias o, en el caso de mi hijo, colorear o hacer manualidades) con actividades preferidas (juegos electrónicos, deportes, piscina…).

Dependiendo de la edad de tu hij@, puedes alargar la duración de las actividades no preferidas antes de dar acceso a las preferidas (sobre todo sin son objetos como tablets, etc).

4. Si viajas, entiende y acepta el precio (el tuyo y el de tu hijo).

Si tienes la suerte (como nosotros) de poder viajar por placer, cuando tus niños tienen necesidades diferentes a menudo necesitas mucha más planeación y menos espontaneidad. Esto depende no solo de las necesidades y del perfil de tu hij@, sino también (y sobre todo) de tu nivel de tolerancia. ¿De qué? Pues del estrés, de la incertidumbre, de los cambios, de lo desconocido. De que las cosas no salgan como quieres.

5. Enfócate en entender las emociones en tu casa.

Tu hij@ diferente no siempre va a saber expresar la fuente de sus frustraciones por los cambios de rutina. Pero también muchas veces nos enfocamos en la ansiedad de nuestros hijos (sea mayor o menor de lo que imaginamos) como distracción de nuestra propia ansiedad. Es como lo del cuidado. Paradójicamente nos enfocamos en los demás para no tener que lidiar con lo nuestro.

Con esto no te quiero decir que la ansiedad o el nerviosismo de tu hij@ no sea real, o que lo ignores. En muchos casos podemos y debemos como padres, preparar a nuestros hijos antes de la incertidumbre, o los cambios, o los momentos que anticipemos como difíciles. Esto no solo es efectivo, es lo más ético. No podemos exigir a nuestros hij@s que se comporten igual que si fueran adultos, o adultos neurotípicos, cuando no lo son y, en muchos casos, la incertidumbre les causa un subidón de adrenalina y una serie de efectos neurológicos que no pueden evitar.

Pero sí te invito a que prestes atención también a lo tuyo. Yo, por ejemplo, soy una viajante curtida - tengo muchos años de viajar por el mundo - nunca en plan mochilero, siempre con un mínimo de confort y de seguridad. Y sin embargo, aun me pongo bastante nerviosa ante un viaje. Primero porque no me encanta volar, segundo porque lo desconocido me tensa. Incluso, la posibilidad de volver a Madrid (de donde soy) pero que surjan imprevistos, me ataca bastante a los nervios. El mindfulness ayuda, desde luego. ¿A qué? A darte cuenta de que estás nerviosa y, sobre todo, a no tomarla contigo ni con los demás.

6. Acepta que el aburrimiento también es parte de la vida; haz partícipe a tu hij@ en las decisiones. 

Está bien. El aburrimiento, como otros estados emocionales, es normal y tiene aspectos positivos para todos. Para nuestros hijos puede ser más difícil de gestionar por debilidades en el juego imaginativo.

Ahí has de estar pendiente, pero al final, el aburrimiento puede llevarles a ellos y a nosotros a nuevas experiencias. Haz las paces con el aburrimiento y entiende qué te está queriendo decir. Una sencilla pregunta es “¿qué necesito?” O “¿qué necesitas?” Si se la haces a tu hij@. 

7. Prioriza el descanso a todos los niveles y para todos en casa.

Y finalmente, cierro el círculo por donde empecé, invitándote a que dejemos de exigirnos tanto.

Como padres de hijos con necesidades especiales, en verano nuestra mente entra en pánico al querer RELLENAR los supuestos “vacíos” con más, más y más. A menudo queremos “aparcar” a los hijos para retomar los mil pendientes que pululan por nuestra mente, ya sean de la casa, del trabajo, o incluso de actividades consideradas como hobbies.

¿Cuántas veces te das permiso para descansar en los momentos en los que tu hij@ está ocupado o fuera de casa? ¿Cuántas veces te quitas pendientes de encima, ya sean tuyos o de tu familia, para que TODOS bajemos un poco el ritmo?

Y te dejo esta reflexión: ¿qué pasaría si fuésemos capaces de observar y dejar estar a nuestro nerviosismo o aburrimiento o cualquier emoción que surja en nosotros o en nuestros hijos? ¿Qué pasaría si aceptásemos que no podemos controlarlo todo? ¿Que tal vez, nuestro hij@ necesita expresar su frustración en la fila de embarque y nosotros también la nuestra?

Sí, ya sé, es difícil…. Por el qué dirán, por las miradas, por el pánico que nos entra cuando nuestro hij@ “monta una escena” en el aeropuerto o en el restaurante. Pero al final, mientras la seguridad y la integridad física de todos no se vea afectada, los momentos de crisis son sólo eso…. MOMENTOS de crisis. Para ti y para tu hij@. Pasarán. Y habrán cumplido su función. 

¿Podemos minimizarlos? Claro. ¿Podemos evitarlos con estrategias de prevención? Claro. De nuevo, para nosotros y para nuestros hijos.

Pero la clave sigue siendo que observemos y que aceptemos que lo que está sucediendo es un mecanismo de gestión emocional. La emoción no es mala; lo difícil es cuando se desborda.

Como madres o padres, este verano te invito a que tomes nota de como experimentas TÚ los cambios y las incertidumbres de las vacaciones. 

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Gestión emocional Magüi Moreno Gestión emocional Magüi Moreno

El enfado como aliado

¿Gritas o castigas a tus hij@s? ¿Te sientes después culpable o avergonzada? ¿Es malo el enfado? ¿Te sientes fracasada como madre cuando te enfadas, sobre todo con tu hij@ con necesidades especiales? Y, ¿qué pasa con las rabietas de tus hij@s? ¿Cómo puedes gestionar el enfado en tu casa, el tuyo y el de todos?

¿Gritas o castigas a tus hij@s? ¿Te sientes después culpable o avergonzada? ¿Es malo el enfado? ¿Te sientes fracasada como madre cuando te enfadas, sobre todo con tu hij@ con necesidades especiales? Y, ¿qué pasa con las rabietas de tus hij@s? ¿Cómo puedes gestionar el enfado en tu casa, el tuyo y el de todos?

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A todas estas preguntas y muchas más da respuesta Inma Buitrago en este episodio que es una auténtica masterclass sobre la ira y el enfado en la crianza. Porque la comprensión es el mayor desactivado del enfado. Inma es coach de crianza respetuosa y mamá de una niña de 7 años con alta sensibilidad (al igual que ella misma).

Aquí tienes los puntos principales de nuestra conversación:

2:30 ¿Por qué nos cuesta gestionar el enfado, sobre todo cuando somos padres?

6:10 Aceptación del conflicto en las relaciones

6:40 El rechazo a nuestros enfados viene de nuestra propia infancia

9:05 Ira vs. Enfado

11:40 El enfado cuando tu hij@ es diferente

11:45 La información que te trae tu enfado

15:40 El peso de las expectativas

18:40 Elegir como vivir la crianza y redefinir las reglas

27:00 ¿El enfado como confirmación de nuestro fracaso como madres?

30:10 El enfado cuando tu hij@ es diferente no es malo, es necesario

32:00 Cómo poner objetivos en positivo siempre

34:00 Qué hacer en el momento para liberar la energía del enfado

41:20 Estrategias para ayudar a los hij@s con sus enfados

48:10 Expresar el enfado sin agresividad

53:00 El enfado y el amor incondicional

54:35 El enfado como oportunidad y como aliado

1:03:34 Dónde encontrar más información

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Crianza Magüi Moreno Crianza Magüi Moreno

Apoyos en la escuela

En esta entrevista me acompaña la psicóloga y técnico de educación especial Bea Diaz, especialista en TEA, sobre el apoyo escolar en las aulas para nuestros hijos con necesidades educativas diferentes o adicionales.

En esta entrevista me acompaña la psicóloga y técnico de educación especial Bea Diaz, especialista en TEA, sobre el apoyo escolar en las aulas para nuestros hijos con necesidades educativas diferentes o adicionales.

¡Escúchala aquí!

Hablamos de los distintos tipos de modelos de apoyo dentro de las escuelas, de la falta de recursos, de las diferencias de curriculum, e incluso tocamos el tema de la reforma educativa, tan necesaria para crear una educación más inclusiva para todos. Además Bea nos da recomendaciones para que los padres tengamos una relación más constructiva con los profesionales de la educación.

Aquí tienes los puntos principales de nuestra conversación:

1:05 Presentación del trabajo de Bea

4:20 La terapia ABA

4:50 La terapia asistida con animales

7:36 Diferencias entre las terapias extra-escolares de apoyo

9:05 ¿Qué es un técnico de educación especial? ¿En qué consiste tu trabajo?

10:08 ¿Con qué tipos de especificidades del aprendizaje se trabaja en un colegio ordinario?

12:15 Modelos de apoyo a la educación especial en las aulas.

15:09 Falta de recursos públicos

17:20 Modelos combinados de apoyo

19:50 Diferencia entre técnico de educación especial, una terapeuta ocupacional y una logopeda

21:16 ¿El mismo curriculum o adaptado?

22:08 Limitaciones del apoyo escolar

23:35 Preparación en necesidades educativas especiales de los maestros en general

27:23 El problema de la continuidad en el apoyo de año a año

37:23 La reforma educativa 

42:03 Los colegios de educación especial

45:05 Recomendaciones para los padres de cara al colegio

47:00 Dónde encontrar a Bea y más info sobre su trabajo

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Crianza Magüi Moreno Crianza Magüi Moreno

La sobre-protección a los hijos

En esta entrevista me acompaña la psicóloga Raquel Parra, especialista en intervención familiar y terapia sistémica, sobre un tema que nos atañe especialmente a los padres de hijos diferentes: la sobre-protección de nuestros hijos.

En esta entrevista me acompaña la psicóloga Raquel Parra, especialista en intervención familiar y terapia sistémica, sobre un tema que nos atañe especialmente a los padres de hijos diferentes: la sobre-protección de nuestros hijos.

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Es una conversación potente y llena de llamadas de atención para que entendamos las consecuencias negativas de los mensajes que damos a nuestros hijos al defenderlos y al hacer cosas por ellos en exceso. Consecuencias como la pasividad, la baja autoestima, e incluso la depresión. En específico, para los hijos con déficits sociales, hablamos sobre cómo fomentar la autonomía y los pasos para trabajar esto en nosotros mismos, los padres.

Aquí tienes los puntos principales de nuestra conversación:

1:18 Presentación del trabajo de Raquel

6:40 La importancia de trabajar cambios en la figura de referencia de la familia

8:25 Los enfocamos mucho en los problemas de los niños y nos olvidamos de los de los padres

11:40 ¿ Qué es la sobre-protección y que mensaje damos con ella a nuestros hijos?

17: 25 Sobre-protección a los hijos diferentes

24:36 ¿Qué necesidades cubrimos los padres cuando sobre-protegemos?

26:10 Cómo influye el sistema familiar

27:25 La diferencia del hijo como excusa de por vida para sobre-proteger

36:10 Si te das cuenta de esta tendencia en ti, investiga tu propia historia

39:10 Los hijos con problemas como mensajeros para ajustar todo el sistema

43:20 La sobre-protección como relación de dependencia mutua

44:20 Pasos para trabajar este tema

47:15 El coste de la sobre-protección: falta de auto-cuidado de los padres y falsas expectativas de los hijos

50:45 La disponibilidad emocional es más beneficiosa que la sobre-protección

52:30 Dónde encontrar a Raquel y más info sobre su trabajo

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Crianza Magüi Moreno Crianza Magüi Moreno

Qué es la terapia ocupacional

En esta entrevista me acompaña con Fabiana Martín, Terapeuta Ocupacional especializada en el apoyo a niños con necesidades especiales. Faby es una apasionada de su trabajo y, sobre todo, del acompañamiento y empoderamiento de los padres de los niños con los que trabaja. 

En esta entrevista me acompaña Fabiana Martín, Terapeuta Ocupacional especializada en el apoyo a niños con necesidades especiales. Faby es una apasionada de su trabajo y, sobre todo, del acompañamiento y empoderamiento de los padres de los niños con los que trabaja. 

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Es una conversación en la que hablamos sobre por qué la mayoría de niños con necesidades especiales necesitan terapia ocupacional, la importancia de la regulación sensorial (¡y hay más de los 5 sentidos que ya conoces!) y de entender las necesidades detrás del comportamiento de nuestros hijos. 

Aquí tienes los puntos principales de nuestra conversación:

1:55 Apoyo a los padres: no te sientas culpable

2:55 Por qué Terapia Ocupacional y con qué tipo de niños se trabaja

4:27  Por qué la mayoría de niños con necesidades especiales o diferencias neurológicas necesitan terapia ocupacional

7:08 Juegos electrónicos vs. Juegos espontáneos y sociales

9:35 El juego grupal para el desarrollo de las habilidades sociales

15:21 Una sesión de terapia, ¿qué incluye?

20:16 Regulación sensorial y los 8 sentidos

28:45 Entender a los hijos: los comportamientos negativos son muy importantes

34:20 Por qué algunos niños aletean

37:14 Recomendaciones para los padres que buscan este tipo de terapia

45:45 Cómo usar las actividades corrientes de la casa de manera terapéutica

50:25 Dónde seguirle la pista a Fabiana

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bienestar Magüi Moreno bienestar Magüi Moreno

Meditación y mindfulness para padres

En esta entrevista me acompaña Mar del Cerro, guía de meditación y creadora de Medita Podcast, un programa gratuito con más de 2 millones de descargas. En esta charla hablamos sobre desafíos y recomendaciones específicas de meditación y mindfulness para los papás y mamás de hijos diferentes.

En esta entrevista me acompaña Mar del Cerro, guía de meditación y creadora de Medita Podcast, un programa gratuito con más de 2 millones de descargas. En esta charla hablamos sobre desafíos y recomendaciones específicas de meditación y mindfulness para los papás y mamás de hijos diferentes.

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Aquí tienes los puntos principales de nuestra conversación:

1:40 Presentación de Mar y su trabajo

3:20 Beneficios del escaneo corporal y la meditación desde niños

8:15 “Para llegar a los niños, hay que empoderar a los padres con herramientas sencillas, prácticas y fáciles de implementar”

11:00 Diferencias entre mindfulness y meditación

19:15 Ni uno ni otro son pastillas mágicas para eliminar el estrés del todo

21:32 “No tengo tiempo”: consejos prácticos

29:00 El poder real de las pausas para cambiar cualquier situación

30:00 “La meditación y el mindfulness son una fábrica de tiempo”

36:27 “Esto no me va a cambiar nada” o “Mi hijo no es capaz”

39:06 ¿Cómo te puede ayudar esto? Es una herramienta más

42:40 Despierta tu curiosidad y la de tus hijos: consejos prácticos

43:00 Qué hacer con las interrupciones de nuestros hijos

45:30 Recomendaciones para principiantes

47:22 Recomendaciones para padres que lo han intentado antes pero no les ha funcionado

51:50 Recomendaciones para padres que meditan pero quieren llevarlo a la familia

56:15 Dónde encontrar a Mar y todo sobre su nuevo curso “Mamá y Papá Mindful”


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