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Conócete mejor - te cambiará la vida -

Te cuento más sobre el coste de no conocernos, sobre cómo podemos conocernos mejor de manera práctica (y sin tener que hacer una licenciatura en psicología) y te doy varias ideas prácticas para que priorices la relación más importante de tu vida - la que tienes contigo misma.

Te cuento más sobre el coste de no conocernos, sobre cómo podemos conocernos mejor de manera práctica (y sin tener que hacer una licenciatura en psicología) y te doy varias ideas prácticas para que priorices la relación más importante de tu vida - la que tienes contigo misma.

¿Prefieres escucharlo? ¡Escúchalo aquí!

En realidad, el autoconocimiento es la base de una vida consciente para todos, pero ya sabéis que yo le hablo a los papás y las mamás de hijos con cualquier diferencia neurológica (autismo, TDAH, dispraxia, Downs....) ¡por aquello de que tenemos poco apoyo específico para nosotros como colectivo!

A menudo buscamos la felicidad, la paz interior, sentirnos bien a través de lo externo: éxitos, logros, tener, hacer, comprar... Pero imagino que ya sabes lo que te voy a decir, ¿no? 😜

Que, incluso cuando llegas a donde querías llegar, la satisfacción te dura poco y enseguida te pones a buscar otras metas. ¿Pensabas que ibas a ser feliz teniendo hijos? Cuando son bebés, piensas que serás feliz cuando hablen y caminen. Y cuando hablan y caminan, piensas que serás feliz cuando se independicen.... Y así, como el cuento de la lechera. De nunca acabar.

Pasado. Futuro. Memorias. Expectativas.

¿No sería mejor que explorases tu único presente? Con esto no quiero decir que te pongas a meditar y levites, ignorando que tu hijo no para de dar vueltas por el salón. O que te abstraigas de hacer la cena y te quedes sentada con los ojos en blanco durante horas (lo cual suena a tortura la verdad).

La invitación es a que te conozcas. A que uses todo lo que te da / arroja / escupe (según tu perspectiva!) la vida para entenderte mejor. Entender mejor tus patrones emocionales. Entender mejor tus obsesiones mentales. Entender mejor a tus ritmos y a tu cuerpo. Y ¿de que te va a servir eso?

¡Cuéntame tú!

Yo solo te digo esto: la mayor muestra de amor que le podemos dar a alguien, incluidos a nosotros, es nuestra total atención. Así que tú, ¿te atiendes o te ignoras?

Cuando eres madre / padre / cuidador de alguien, y sobre todo si ese alguien es diferente de alguna manera, ¿no te pasa que sientes que te desdibujas en tus roles y responsabilidades? ¿Que te pierdes en ellos?

Es como si la imagen que tienes de ti misma se desenfocase, perdiese nitidez. ¡Y de repente, no sabes dónde acabas tú y donde empieza tu hijo y sus necesidades!

Esto nos pasa a todas las madres, sobre todo cuando los hijos son pequeños. Pero lo más chocante es que muchas veces preferimos (aunque sea inconscientemente) dedicarnos a los demás a dedicarnos a nosotras mismas. Y esto va más allá de la culpa o de las expectativas sociales.

¿Que será? ¿Por qué nos da tanto miedo pasar ratitos con nosotras mismas? ¿Qué monstruo tememos se oculta en nuestro interior? ¿De donde viene esta resistencia? ¿La casi compulsión a buscar significado o propósito externamente (sean tus hijos, sea tu trabajo)?

Aaaah.... es que si pasamos algo de tiempo conociéndonos a fondo, tal vez nos demos cuenta de que no estamos viviendo la vida que nos pide el corazón. Y tal vez creamos que no podemos cambiar nada, que somos víctimas de nuestras circunstancias. O peor aún, que está en nuestra manos (por lo menos a nivel interno) y no queremos esa responsabilidad.

¿Te resuena esto que te cuento? O ¿te suena a chino?  

¿Pero como carajo hago yo para conocerme mejor?

Cómo conocerte mejor

Vale, vale, me siento un poco desconectada, abandonada, tal vez es sencillamente una sensación de no estar bien de algún modo. ¿Qué hago?

No se trata de que hagas una licenciatura en psicología ni que te pongas a hacer cursos como loca para aprender una metodología. En realidad te puedes volver loca haciendo tests sobre fortalezas, valores, que si el eneagrama, que si los arquetipos, que si los registros akhásícos, que si tu perfil astrologico. Pero al final estás dejando que otras personas te digan como eres TÚ en base a un esquema raquítico de tu vida.

Claro, también puedes contratar a un coach (servidora se dedica a ello ) para que te acompañe y te guíe. La que ha de subir la montaña eres tú, los coachs vamos al lado (normalmente haciéndote preguntas cual mercader en un bazaar bizantino... jejejeje).

Pero, ¿sabes qué? En realidad no necesitas a nadie (glups, vaya auto-promoción que me estoy haciendo). Tan sólo necesitas darte permiso para hacerte la pregunta:

¿Qué quiero?

Y, sobre todo, para escuchar la respuesta, aunque te llene de miedo.

Y, más aún, para devolverte la responsabilidad de lo que TÚ si puedes hacer por materializar esa respuesta. Aunque no sea de manera perfecta o ideal. 

La vida no es equilibrio perfecto. La vida es integración y adaptación.  

¿Estás de acuerdo?


Y aquí, señoras y señores, mamás y papás, la gran razón de peso para conocernos mejor. No podemos vivir mejor si no nos conocemos. No podemos cambiar lo que no vemos. O lo que no queremos ver.

Cada vez que nos negamos a aceptar nuestros sentimientos y pensamientos, por inquietantes que puedan ser, experimentamos una disonancia psicológica. 

O hablando claro, nuestro comportamiento no coincide con nuestra imagen de nosotros mismo o la imagen que creemos que otros pueden tener de nosotros. Cuando proyectamos nuestros "trapos sucios" a los demás nos estamos rechazando, nos distanciamos de nosotros mismos, nos perdemos en el proceso.

Al final no podemos vivir en paz si no nos conocemos y aceptamos, sombras, luces, "trapos sucios" e imagen de cara a la galería.

Con nuestros hijos pueden salir esas partes sombrías (que a menudo tienen que ver con nuestra propia crianza) y a veces esa es razón de mayor peso para escondernos más. 

No te escondas. Tu hijo te quiere igual.

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Autocuidado para madres estresadas

No hay nada más difícil en esos momentos de frustración, de vergüenza, de estrés, de angustia, de ira, de descontrol que tenemos como padres de hij@s diferentes que …. nuestras propias emociones. En este post te doy la clave más importante para gestionar nuestras emociones difíciles y una herramienta potente para ayudarnos en ello.

Si te aproximas a este tema como un “debería” más, lo único que haces es añadir estrés y alejarte aun más del bienestar que deseas. No se trata necesariamente de que hagas más cosas o cosas diferentes. Se trata de que observes tu estado físico, emocional, mental. De que reconozcas tu valía intrínseca. De que te regales atención y cariño hacia ti misma.

¿Prefieres escucharlo? ¡Escúchalo aquí!

¿Por qué autocuidado?

Porque no puedes dar de donde no tienes. Es como la famosa instrucción de que te pongas la mascarilla de oxigeno tú antes de ayudar a nadie mas en las demostraciones de seguridad de los aviones. Priorizar tu bienestar te permite dar lo mejor de ti mismo a aquellos seres que más quieres. Cambia tu perspectiva: que prefieres ser (y recibir de tu propia madre)? una madre presente y transparente que de vez en cuando pide tiempo a solas para descansar, pero que es capaz de estar para lo bueno y para lo malo porque se cuida? O una madre agobiada, estresada, constantemente de mal humor e irritable que está pero no está?

Ten en cuenta que, como madres y padres, somos a menudo el centro o el corazón de nuestro hogar. Y, como dice el refrán “cuando mamá no está contenta, nadie en casa está contento”. Acepta tus necesidades de auto-cuidado como lo harías con las de tus hijos. Porque no son mutuamente exclusivas. En realidad son las mismas. Tan solo se trata de tenerlas en mente para ti, como lo haces para tu hijo.

Porque nos cuesta diferenciar nuestra identidad como personas en general de la identidad como madres. Y la identidad como madres nos exige (erróneamente) que relegamos nuestras necesidades al final de la lista. Esto nos puede llevar a un sentimiento de descontento que se va profundizando a lo largo de los años y finalmente desemboca en resentimiento, fatiga, impaciencia e irritabilidad hacia los demás (cuando ellos no son los responsables).

Porque nos estamos ahogando en una cultura de “fardar”, de quedar bien ante los demás.. pero que es difícil de sobrellevar porque es de puertas afuera, a través de las redes sociales, de las expectativas. Es la presión de vivir en base al “debería”. Esto nos lleva a elevados niveles de estrés e incluso depresión al compararnos continuamente a los demás sin reflexionar sobre lo que nos hace felices a nosotros como individuos.

Porque como padres estamos, nos demos cuenta o no, dando pautas de comportamiento a nuestros hijos. Si somos modelos de auto-cuidado estamos demostrando a nuestros hijos que cuidarse es importante, que respetar las necesidades propias y ajenas es importante, que es crucial poner en marcha hábitos saludables para cuidarse regularmente. Cuando tus hijos vean que te cuidas a todos los niveles, no solo les demuestras que es compatible con cuidar de ellos, sino que ademas les animas a que sean responsables de su propio bienestar también. 

Lo que es el autocuidado

No es solo baños calientes con velas o que te den un masaje. Al final va sobre construir una vida de la que no sientes la necesidad de escapar.  

Es reconectar contigo mismo. A menudo esto nos da miedo. Es como un miedo irracional a conocernos mejor. Porque entonces nos daríamos cuenta, en muchos casos, de que no estamos viviendo la vida que queremos. De que estamos rellenando el tiempo con actividades marcadas por otros o que no nos traen satisfacción ni nos hacen crecer como personas.

Con esto no quiero decir que las distracciones no tengan su lugar. Lo tienen. Pero a menudo las distracciones nos ponen en estado vegetativo (ver la tele), o nos roban más energía aún (los compromisos sociales).

Cómo llevar a cabo el autocuidado


No es una cuestión de tiempo. Todos tenemos el mismo tiempo. Tu, el Papa, Donald Trump y la vecina. Lo que hacemos con nuestro tiempo depende de muchos factores, pero el mas importante es tu mentalidad. Incluso la gente que tiene a mucha gente que le ayuda necesita gestionar su tiempo. 

Podemos gestionar nuestro tiempo desde el victimismo de “me faltan las horas”, desde el avestruz de “mañana, mañana” o desde la claridad que viene de la priorizacion. De esto te hablo un poco más abajo.

Las creencias que no nos ayudan con este tema:

1. Que estoy perdiendo el tiempo.

2. Que no valgo para darme este tiempo.

3. Que esto no me va a ayudar a llevar a cabo todas las tareas que necesito hacer.

4. Que no me va a cambiar nada, de cómo me siento.

5. Que no va a ayudar a mi hijo con su autismo o sus necesidades especiales.

Priorizar

Todos nos podemos dar unos minutos aqui y alla. La primera clave es darnos permiso. Muchos de nosotros ni siquiera traspasamos este umbral. Nos sentimos culpables o egoístas tan solo de pensarlo. Lo segundo es empezar poco a poco pero ser constante.

Practicar

Las 3As: auto-conocete, acepta, y adapta.

Haz check-ins regulares a lo largo del día (ir al baño es un buen momento para hacerlo). ¿Como me siento? ¿Estoy en piloto automático? ?Estoy siempre pensando en lo que tengo que hacer a continuación? ?Estoy operando en base a la culpa y a la obligación? ?Son esos mis motores para actuar a lo largo del dia?

Acepta que, incluso cuando hayas identificado las actividades que te gustaría llevar a cabo para recargar tus pilas, no siempre las vas a poder realizar de la manera o forma o con la duración que te gustaría. Ejemplo de ir al gimnasio o hacer ejercicio en casa.

Adapta tus practicas de auto-cuidado para que se ajusten a tu vida. Ejemplo de la respiraron consciente mientras conduzco. Pide ayuda si es necesario.

No te machaques cuando no lo lleves a la practica. ¡Eso también es una forma de auto-cuidado!


Con esto quiero decir que no veas el auto-cuidado como otra cosa que añadir a tu lista de deberes. Si te aproximas a este tema como un “debería” mas, lo unico que haces es añadir estrés y alejarte aun mas del bienestar que deseas. Se trata de una toma de conciencia, de un cambio de patrones mentales y de comportamiento, de una transformación de perspectiva. No se trata necesariamente de que hagas mas cosas o cosas diferentes. Se trata de que observes tu estado físico, emocional, mental. De que reconozcas tu valía intrínseca. De que te regales atención y cariño hacia ti misma. 

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Autismo y emociones difíciles

No hay nada más difícil en esos momentos de frustración, de vergüenza, de estrés, de angustia, de ira, de descontrol que tenemos como padres de hij@s diferentes que …. nuestras propias emociones. En este post te doy la clave más importante para gestionar nuestras emociones difíciles y una herramienta potente para ayudarnos en ello.

No hay nada más difícil en esos momentos de frustración, de vergüenza, de estrés, de angustia, de ira, de descontrol que tenemos como padres de hij@s diferentes que …. nuestras propias emociones. En este post te doy la clave más importante para gestionar nuestras emociones difíciles y una herramienta potente para ayudarnos en ello.

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Este es un tema “candente”. ¿Por qué? Porque te puedo asegurar (por experiencia propia) que no hay nada más difícil en esos momentos de frustración, de vergüenza, de estrés, de angustia, de ira, de descontrol que…. Pues eso, tus propias emociones. 

¿Qué hace que una situación la clasifiquemos como buena o mala? Lo que sentimos al experimentarla. En realidad nuestras emociones son como el compás, el GPS interno, de todo lo que experimentamos internamente ante una situación.                         

Y, como padres y madres, el autismo de nuestros hijos suele ser el foco de algunas emociones que son francamente difíciles de gestionar: la culpa, la vergüenza, la ira, la tristeza, la envidia… etc.

Una de las problemáticas que más trabajo con los padres y las familias de una persona con autismo es cómo gestionar estas emociones difíciles. Yo misma he sufrido de patrones de represion, en particular de la ira, que he tenido que trabajar conscientemente desde hace años (y que sigo trabajando).

Es normal que sintamos que estas emociones son difíciles porque al sentirlas, también sentimos que hay algo “malo” en nosotros. Estas emociones nos sacan de nuestra zona de confort porque más o menos conscientemente tenemos una relación con la emoción - nos disgusta, nos avergüenza, nos asusta. ¿Por qué? Pues porque de pequeños establecimos una relación disfuncional con la emoción, a través de cómo se nos educó, de las experiencias que tuvimos y que no pudimos procesar, de las condiciones que se nos impusieron (si te enfadas no te compro un helado, etc).

Y empezamos a asociar a ciertas emociones como buenas, como seguras (la alegria, etc.) por las reacciones de los seres queridos y a pensar en otras emociones como malas, o peligrosas - lo mismo, por la reacción de nuestros seres queridos. Malas si dábamos un disgusto a nuestra mamá, por ejemplo. Peligrosas si provocábamos la ira de nuestro padre, por ejemplo.

Déjame que empiece por decir que no hay emociones ni buenas ni malas. Todas tienen su función que, bajo mi punto de vista, es doble: a) proporcionarnos un mensaje sobre algo que necesitamos o que experimentamos. Y b) procesar cualquier experiencia y darle un significado interior.

Por eso lo mejor que puedes hacer con las emociones es tomar conciencia de ellas, darte cuenta de que las estas sintiendo, y DEJARTE SENTIRLAS en la medida de lo posible. Ya lo sé, ya lo sé…. Estabas pensando:

1. Pero ¿cómo voy a dejarme sentir esa ira furiosa que me abrasa por dentro? ¿Qué pasa, que entonces, puedo lanzarme a tirar cosas al suelo o a gritar o a comportarme como un poseso?

Sentir no es lo mismo que desbordarte. Sentir no necesariamente implica que hagas nada, que tomes una accion externa… ni extrema. Y desde luego no justifica la agresividad ni la agresión, ni siquiera cuando es pasiva.

Lo que pasa es que con las emociones difíciles, solemos echar “balones fuera”. La culpa la tienes tú, mira lo que me has hecho hacer, no te puedo sacar a ningún lado, etc. Y de lo que se trata es justamente de lo contrario, de hacer un giro de 180 grados y enfocarte en ti, en lo que estas sintiendo, en tu experiencia interior.

2. Ya pero también pernsarás “yo no puedo estar con mi tristeza porque me hundo” o “si me dejo sentir mi ansiedad me va a dar una taquicardia”. Lo cierto es que la emociones esta diseñadas para ser sentidas en y a través del cuerpo, se procesan de esta manera, y también se disipan de esta manera.

O sea que si te aproximas a tus emociones difíciles como la tristeza o la vergüenza con apertura, curiosidad y compasión y te dejas sentirlas en el cuerpo veras que, contrario a lo que podrías pensar, no te vas a perder en ellas, sino que van a perder intensidad, poco a poco.

Hay estudios que dicen que la vida de una emoción en el cuerpo, el tiempo que perdura en tu cuerpo, puede ser muy corto - de menos de 2 minutos. El problema es que mantenemos las emociones “vivas” porque entra la mente a pensar sobre ellas, a rumiar, a obsesionarse con ellas… y entonces no hay manera de que se procesen rápidamente y saludablemente a través de nuestro cuerpo como estamos diseñados la mayor parte de los mamíferos.

Bueno, entonces vamos a aterrizar esto a nuestra vida como padres de hijos con autismo.
¿Oportunidades para sentir todas estas emociones difíciles a lo largo del día? ¡Hay un porron! ¿Y qué pasa? Que cada vez nos vamos sintiendo peor, y todo esto contribuye a nuestro estado general de ansiedad y a una pobre calidad de vida.

Ya, pero ¿entonces qué hago cuando mi hijo reacciona de una manera totalmente imprevista o inapropiada en una situación social?? ¿O cuando es “maleducado”?¿ O cuando dice algo que me causa vergüenza, o me deja en evidencia?

Lo primero, diferenciar entre SU accion (o reaccion) y la TUYA. Intenta no responsabilizar a tu hij@ de tus emociones. Esto es difícil, lo se. Por lo que decía antes de que constantemente echamos balones fuera. Y porque, como padres, a menudo mezclamos la intensidad de nuestra reacción con nuestro deseo de ayudar a nuestros hijos. No porque grites mas o te enfades mas, vas a poder evitar el comportamiento de tu hijo.
Los castigos no funcionan y no son moralmente validos, y mucho menos con personas que no siempre entienden las reglas sociales.
Si tu hijo necesita ayuda para comprender lo que es socialmente aceptable y lo que no, ayúdale (con historias, con terapias, con juego imaginativo, etc.). Pero no vincules su comportamiento a TUS emociones. “Si haces esto, mamá se va a enfadar o se va a poner triste”. El cerebro de nuestros hijos funciona de manera diferente y el chantaje emocional es poco eficaz y puede incluso llegar a ser cruel con ellos, pues hay ciertos comportamientos que o no pueden evitar o les cuesta entender.

Lo segundo, es que des ese giro de 180 grados y te enfoques en TU experiencia interna de tus emociones. Aqui te quiero dejar un método que a mi me gusta mucho de la psicologa y profesora de meditación Tara Brach:

R - reconoce

A - acepta

I - investiga

N - nutre

Finalmente, insistir en lo importante de la compasión hacia nosotros mismos. No es lo que sucede fuera, es lo que sucede dentro, en nuestro interior. Desafortunadamente, muchos de nosotros, estamos acostumbrados a huir de nuestras emociones y sobre todo de las difíciles. Es normal que no nos fiemos de ellas, que no queramos pasar un ratito con ellas. Pero esta es la fuente de nuestra libertad - darnos cuenta de que si no aceptamos lo que estamos sintiendo, no podemos cambiar nuestra realidad interior, y mucho menos, la exterior.

Darse permiso para sentir las emociones difíciles no significa que no las vamos a volver a sentir. Significa que, cuando vengan, se van a ir antes y vamos a poder entender el mensaje que nos traen y por lo tanto, decidir como queremos actuar. Y actuar desde la integración de nuestras emociones es como tener super-poderes cuando antes ibas cojeando. Te permite tener una visión más completa de tu vida y dejar de perder tanto tiempo y energía en luchar contra ti mismo. 

¿Qué harías con toda esa energía extra?¿ En que te podrías enfocar? ¿Qué podrías conseguir?

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¿Qué hago con mi ansiedad?

Como padres de hijos con autismo o diferencias significativas, sufrimos de elevadísimos niveles de estrés y ansiedad. En este post te cuento qué se esconde detrás de esa ansiedad y te doy 5 pistas de sencilla práctica para gestionarla mejor en tu día a día.

Como padres de hijos con autismo o diferencias significativas, sufrimos de elevadísimos niveles de estrés y ansiedad. En este post te cuento qué se esconde detrás de esa ansiedad y te doy 5 pistas de sencilla práctica para gestionarla mejor en tu día a día.

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La ansiedad es muy común en nuestro mundo actual. La mayoría de nosotros vivimos con elevados niveles de una ansiedad que, en casi todos los casos, no está justificada a nivel de luchar por nuestra supervivencia o integridad física. 

Pero con esto no te quiero agobiar aun mas. La ansiedad es una reacción fisiológica normal a unas mentes hiperactivas y a unas vidas super ocupadas. Llevamos unos ritmos a menudo frenéticos, día si y día también. Pero en este post te quiero empedrar para darte cuenta de que quien decide si se agobia o no, eres tú.  Con esto mi ánimo no es que te machaques aun más, o que uses este deseo de no agobiarte tanto para agobiarte mas. ¿Ves la paradoja? Pues empecemos.


¿Por qué nos agobiamos?

Sencillamente, por dos razones.

1) Porque vivimos pendientes de las expectativas ajenas (y la propias que son expectativas ajenas - de nuestros padres, de nuestra sociedad - que hemos interioridad, que hemos echo nuestras). Vivimos en un estado permanente de auto-evaluación: “no llego”, “no me da tiempo a todo”, “esto me va a salir mal”, “ya estamos otra vez con los problemas en el trabajo”, etc.

2) Porque vivimos en el futuro. Mira, yo siempre he sido una persona super ansiosa. En gran parte por importarme demasiado lo que pensasen los demás de mí y también en gran parte por estar siempre anticipando problemas o temas que resolver. Esto también es una tendencia de la mente. La mente es como un martillo y lo que mas le gustan son los clavos. Los clavos son los problemas. ¿Lo ves?? Estamos constantemente anticipándonos a lo que puede salir mal.

Los padres, más aún ansiedad.

Los padres de hijos diferentes, aún más. ¿Por qué?
Primero porque la mente se obsesiona con que es un problema. Un problema gordísimo y sobre el que a menudo sentimos que no tenemos control.
Lo segundo porque la distancia entre lo que nos esperábamos y lo que tenemos se puede volver en un diálogo interno rumiativo sobre el merecimiento, sobre el por qué a mí, sobre si hemos hecho algo mal, sobre quién tiene la culpa, etc. Esto es normal. Nuestra mente funciona así.
Te recomiendo que veas mi video titulado ¿“Por que a mí?” Como parte de mi Kit de Primera Ayuda
Y lo tercero por la grandísima incertidumbre sobre cómo va a ser el futuro tanto de nuestro hij@ como nuestro y de si podremos, tanto el o ella, como nosotros, vivir con una buena calidad de vida, si podremos llevar una vida “normal”, etc. etc.
Enfocarse en el futuro siempre crea mucha ansiedad, y con esto ya te adelanto una de las claves.

Vale, ¿entonces, cómo empiezo yo a deshacer esta maraña de ansiedad en mi vida? Te cuento lo que me ha servido a mi que siempre he sido la “señorita ansiosa”.

5 prácticas para gestionar la ansiedad

1. Vive tu presente.

1) Date cuenta de que patrón de pensamiento te lleva al patrón emocional de ansiedad
2) cuando te notes agobiándote por algo en el futuro, ya sea cercano o lejano repite “pero, ahora, en este momento, estoy bien”. 

2. Dí “no” - establece límites.

Esta es la fundación más importante del auto-cuidado. El bien mas preciado y al mismo tiempo limitado que tenemos es el tiempo. Reflexiona como lo usas. A quien se lo regalas y si esto te merece realmente la pena.
Aquí hay muchos ejemplos de la vida cotidiana con y sin nuestros hijos. Por ponerte uno - la vecina que se enrolla en el portal mientras que tu hijo se pone a tocar los buzones o a aletear porque lleva todo el dia en el colegio y necesita soltar su propio estrés. Y a ti eso te crea ansiedad por el que va a pensar la vecina o porque tienes mi cosas que hacer y no puedes perder el tiempo hablando.
No se trata de ser maleducado, sino de defender tus bienes mas preciados que son tu energía y tu tiempo. Y defender también las necesidades de nuestros hijos diferentes. Esto ademas a menudo supone una liberación de muchas convenciones sociales - el poder decir, mi hijo está cansado o estresado o no le gusta este sitio, perdona pero nos tenemos que ir a casa.

3. Conecta con tu cuerpo.

Básicamente se trata de: a) darte cuenta de cómo se manifiesta la ansiedad en tu cuerpo, b) sentirla y aceptar que nos trae un mensaje, escucharla y c) ayudar a que se disuelva en nuestro cuerpo. ¿Cómo? La técnica más sencilla es respirar conscientemente. Si quieres tener a la manos varias meditaciones en las que te guío para conectarte con tu respiración y con tu cuerpo, puedes conseguirlas aquí

4. Simplifica tus decisiones

Mira, esto de las decisiones es una trampa mental tremenda. Un agujero negro en el que una entra y luego es difícil salir. Yo personalmente siempre he sido super indecisa por el miedo a equivocarme, a elegir la opcion equivocada y a perderme algo.
Y nosotros, padres de hijos con autismo y otras diferencias neurológicas, a menudo tenemos que tomar decisiones con respecto al bienestar de nuestros hijos y eso nos estresa un montón.

5. Recuerda por qué vives.

¿Vives para pasar los días en un sin-vivir? ¿Por qué le das el poder a lo que pasa allá fuera?
Todos los seres humanos queremos dar y recibir amor. Toma conciencia de que dar y recibir amor empieza por una misma, por uno mismo. En el fondo nos agobiamos porque estamos demasiado pendientes de satisfacer a los demás, y las expectativas ya sean propias o ajenas, en vez de querernos independientemente de nuestros resultados, de nuestra posición social, de nuestro dinero en el banco, de nuestros títulos. No digo que esto no sea importante o parte de nuestra vida funcional como adultos en el mundo actual. Tan solo te invito a que no bases tu bienestar en todo eso que no puedes controlar y que no es un reflejo de tu valía como ser humano. 

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5 claves para aumentar el bienestar de las familias con autismo

Te doy 5 sencillas pero potentes claves y su aplicación práctica para incrementar tu bienestar como madre o padre de un hijo con diferencias neurológicas o de desarrollo.

Te doy 5 sencillas pero potentes claves y su aplicación práctica para incrementar tu bienestar como madre o padre de un hijo con diferencias neurológicas o de desarrollo.

¿Prefieres escucharlo? ¡Escúchalo aquí!

En este post recojo las 5 claves que, en base a mi experiencia personal y profesional hasta la fecha, son fundamentales para aumentar el bienestar de las familias con autismo desde ya mismo. Están sacadas de una video entrevista bastante más larga que me realizó la coach de crianza Inma Buitrago.

Para cada clave te doy también una sugerencia de actuación - una herramienta concreta que te ayude a aplicarla en tu vida. Comenzamos.

5 claves para aumentar el bienestar de las familias con autismo

1. La aceptación.

Si, es de perogrullo, pero es fundamental - no podemos mejorar, cambiar, superar o sencillamente estar presentes con lo que no aceptamos. Si no lo aceptamos, no lo queremos ver ni considerar. Eso cierra la puerta a cualquier conexión basada en lo que hay. Y lo que hay es lo que hay. 

Como digo siempre, aceptación no significa resignación. Al contrario, es el paso previo al coraje de pasar a la acción, de buscar apoyos, de modificar lo que sea en nuestras vidas para vivir mejor, para sentirnos mejor, para estar con las personas que realmente nos importan. Pues desde la aceptación podemos ver opciones que antes, desde la negación, ni siquiera estábamos dispuestos a considerar.

La aceptación lleva su tiempo. No es cosa de un día ni de un mes. Y pasa por tomar conciencia de las expectativas tanto propias como ajenas. Si no has leído mi post sobre el duelo te recomiendo que lo hagas, pues hablo del gran agujero negro que suele abrirse entre nuestras expectativas de los hijos y su realidad.

Mi consejo práctico con respecto a esta clave es que te des permiso para pasar un proceso de duelo que muchos negamos. Básicamente date permiso para sentir lo que sientes y no le tengas miedo al duelo.

2. Reconecta contigo para reconectar mejor con tu hijo.

¿Por qué están las dos relacionadas? Porque, en esencia, estoy hablando de presencia y la presencia se tiene con todo o con nada. O estamos presentes o no lo estamos. Si no estás presente contigo mismo, si no te das cuenta de como te sientes tú, de como está tu cuerpo, de como esta tu ánimo, de qué pensamientos recurrentes tienes… etc… pues es muy difícil que puedas estar presente con alguien más.

Porque estamos ejercitando el mismo “músculo” de la atención, por llamarlo de alguna manera. Y hoy en día tenemos todos muchas distracciones y mucho movimiento y caos en nuestras vidas, lo cual nos impide pausar, respirar y conectar con nuestra experiencia interior. Y mucho menos conectar de verdad con otra persona. A fondo. No solo en la superficie de lo que hacen o dicen, de lo que nos hacen o nos dicen, sobre todo los hijos.

Aquí es fundamental darse cuenta de, entender y hacerse amigo de las emociones propias (y ajenas, claro). Este es un tema que iré ampliando en próximos episodios. Pero enfocarte en lo que sientes es la mejor manera de conectarte con tu cuerpo y con tu momento presente (y el de tu hij@).

Invierte en irte conociendo mejor dia tras dia. El auto-conocimiento es la base del amor propio y del auto-cuidado. A menudo luchamos contra nuestros pensamientos, emociones y contra nuestra vida porque realmente no estamos siendo nosotros mismos, sino la version que creemos que tenemos que ser para los demás. Y esto se puede convertir en una guerra continua, donde nos desgastamos luchando contra nosotros mismos.

Así que, mi consejo práctico es que te enfoques en el auto-cuidado diario y que reflexiones sobre que significa esto para ti.

¿Unos minutos a solas en silencio? ¿Una llamada de 45 minutos con alguien con el que aliviarte y que no te va a juzgar? ¿Distracción e inspiración a través de la lectura o de cualquier otra actividad que disfrutes? ¿Escribir tus reflexiones diarias? Lo que sea. Pintarte las uñas o invertir en tu aspecto físico. No tienes por que seguir las reglas de nadie. Es tu propio cuidado de tus necesidades, para sentirte mejor.
Establece cómo te quieres sentir y qué necesitas para cuidarte cada día, aunque sean unos minutos.

3. Perdónate.

No porque hayas hecho nada mal con respecto al autismo de tu hijo sino porque seguro que te hablas bastante mal por dentro ¿a que sí?

Todos tenemos una voz interna hiperactiva critica que nos machaca constantemente. Que juzga todo lo que pasa, y todo lo que hacemos y no nos da tregua. Este es el peligro de las etiquetas - nuestra mente esta diseñada para analizar y para clasificar todo lo que ocurre a nuestro alrededor como positivo o negativo, como bueno o como malo. Y de ahí a que nosotros mismos nos clasifiquemos como listos o tontos, como malas madres o buenas madres, como inútiles o no… hay un pasito muy corto. La mayoría de nosotros no hablaríamos a nadie como nos hablamos por dentro.

Así que, perdónate, porque esto parte de la condición humana - tener mentes hiperactivas que no dejan de hablarse mal a ratos. Lo cierto es que lo haces lo mejor que puedes en las circunstancias que tienes y con los recursos de que dispones. Si sientes que esa voz interior te esta llevando a cambiar algo en tu vida que ya no te vale, decide si pasar a la accion o no. Pero no te sigas auto-machacando.

Como sugerencia practica, te invito a que prestes atención a aquellas ocasiones en que te das cuenta de que estas pensando algo “negativo” sobre ti misma o sobre tu realidad y que le des la vuelta. Que te hables como a una amiga o amigo que se acaba de dar cuenta de que se ha equivocado.
¿Puedes demostrar un poco de compasión y de empatía hacia ti mismo? Todos cometemos errores y a todos nos salen mal las cosas en ocasiones. Cambia tu chip y háblate bien, pues tu eres la única persona con la que estas destinada a pasar TODO el tiempo de tu vida.

4. No te compares ni compares tu situación.

Esto es una gran trampa mental que no te lleva a ninguna parte nada mas que a un callejón de amargura sin salida.

Cada cual tenemos nuestro propio camino y, aunque a menudo pensamos, proyectamos que los demás tienen mejores vidas o menos dificultades, lo cierto es que TODOS absolutamente todos sufrimos en la vida.
Todos estamos desconformes e insatisfechos con lo que nos ha tocado vivir en algún o en muchos momentos de nuestra vida. Compararnos con los demás no sirve para nada a no ser que nos impulse a cambiar algo en nuestra vida. Esa es la única parte productiva o adaptativa de la comparación. El usarla como trampolín y no como trampa. Como trampolín para modificar algo en nuestra que sabemos no funciona ya.

Finalmente si compararse te hace sentir fatal. No lo hagas. Esto, como todo, se puede practicar. ¿Cómo? Enfocándonos en nuestro presente, sin juzgar. En todo momento presente ya hay lo que tanto buscamos - la paz y la presencia interior que todo lo ve y todo lo acepta sin la cacofonía mental de la comparación y del agravio comparativo.

A nivel práctico, te diría que lo importante es la claridad sobre lo que TÚ quieres en tu vida, para ti y para tu hij@ con autismo en base a tus valores, a tus necesidades y a tus deseos. No en base a lo que tiene o deja de tener menganita o Fulanito.
Lucha por lo que deseas pero aprecia las libertades o las oportunidades de hacer las cosas de manera diferente que tu situación familiar de da. El que crea tu vida con cada decision eres tú - libérate de la comparación y te liberaras de muchos cosas que ni te van ni te vienen.

5. No pospongas tus sueños ni tus deseos.

Mira, aquí te estoy hablando como madre de un hijo con autismo. En eso tenemos unas dificultades y unas responsabilidades bastante comunes. Pero lo cierto es que tanto tu como yo somos mas que nuestros diferentes roles, como madres, como padres, como profesionales, como amas de casa, como lo que sea… Somos todo eso y mas allá de todo eso.
Los roles son los paquetes de expectativas y de responsabilidades que la sociedad nos asigna, muchos de los cuales debemos cumplir de manera funcional para llevar adelante una vida “normal” y sacar adelante a una familia. 

Pero, tú, ¿tú realmente que deseas en esta vida?
No te pregunto cuál es tu propósito ni que significado le quieres dar a tu vida Menudas preguntas filosóficas!! No. Es mas sencillo que eso.
¿Tú qué quieres de la vida? ¿Experimentar mucho? ¿Tal vez vivir con paz y serenidad? O más bien diversión? ¿Conectar con los demás? ¿Conocerte a fondo mejor? Da igual.
Sea lo que sea, enfócate en vivir desde ahí. Desde lo que te pide el corazón y no solo desde los dictados de la mente.

Recuerda que no puedes dar a los demás si no te das a ti mismo. ¿El qué? Amor, cariño, atención, tiempo.

Así que, a nivel practico te sugiero que comuniques tus necesidades. De todas estas cosas o lo que quieras priorizar en tu vida. Si te explicas y tienes claridad, tanto de cara a ti misma como a los demás, verás que recibes más apoyos y que eres capaz de establecer límites con más facilidad.
Cuidarse también implica protegerse - marcar pautas de lo que necesitamos y lo que no necesitamos. Y no es egoísmo, es pura generosidad. Porque primero, estamos siendo honestos con todos, y segundo, estamos invirtiendo en nuestro bienestar para poder luego compartirlo con los demás, y sobre todo con nuestros hijos.

Si tú no estás bien, tu hijo tampoco lo estará.

¿Qué te parecen estas claves? ¿Tienes alguna otra que quieras compartir?

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Gestión emocional Magüi Moreno Gestión emocional Magüi Moreno

El duelo por la diferencia de tu hij@

Nuestro duelo surge por la gran diferencia entre la idea que teníamos de quién iba a ser nuestro hij@ y la realidad de quién es realmente. Te doy 5 claves para que hagas tu duelo consciente y te des permiso para pasar por él.

Nuestro duelo surge por la gran diferencia entre la idea que teníamos de quién iba a ser nuestro hij@ y la realidad de quién es realmente. Te doy 5 claves para que hagas tu duelo consciente y te des permiso para pasar por él.

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¿Has aceptado tu duelo?

¿Qué duelo?

Pues el de tener un hijo diferente a lo que te esperabas.

Es inevitable. Todos los padres y las madres nos imaginamos cómo va a ser nuestro pequeñín desde casi el momento en que nos enteramos que vamos a ser padres. Lo hagamos más o menos conscientemente, empezamos a acumular expectativas, proyectamos imágenes al futuro, nos imaginamos escenas a veces super detalladas. Yo, por ejemplo, tengo en la mente por alguna razón una imagen de estar bailando con mi hijo en su boda. ¡En su boda! El que tenga autismo no significa que no se vaya a casar tal vez, pero cuando lo pienso lo de visualizarme bailando con él de aquí a 20 o 25 años es una pérdida de tiempo y de energía que tal vez emplearía mejor anclándome en el momento presente con él.

Entonces todo este amasijo de ideas preconcebidas, de planes a corto, medio y largo plazo, de proyecto profesionales y personales para nuestros hijos… de repente se esfuman, como el humo que eran, el día que nos damos cuenta de que nuestro hij@ no es el que queríamos o nos imaginábamos. Sino que es el que es.

Y esto es duro. Es un sopetón para nuestra mente que todo lo quiere controlar, anticipar, y planificar. Y, lo cierto es que le pasa a todos lo padres y madres, y no solo a los que tienen hijos con diferencias marcadas. Pero cuando se trata de algo como el autismo, el sopetón es brutal. La distancia entre lo que nos esperábamos y lo que hay puede llegar a resultarnos insoportable por insalvable.

Y aquí, caemos en el duelo, seamos conscientes de ello o no. Lo queramos o no. Porque, para decirlo bien clarito, ha “muerto” el hij@ que teníamos en mente para ser reemplazado por una personita a menudo bien diferente.

Además, entramos en duelo no solo por esa diferencia en nuestros hijos sobre lo que nos esperábamos, sino también (y muchas veces ante todo) por esa diferencia en NUESTRA experiencia como padres o madres de lo que nos esperábamos. 

Y aquí también hay un duelo por el cambio tan radical en nuestra vida que compartimos con todos los padres y las madres. Es normal pasar de ver la maternidad con los filtros de color de rosa que nos venden ANTES de ser madres, a ver que tiene tantas sombras como luces. Si a esto le añades las dificultades intrínsecas de ser la madre o el padre de alguien con problemas de comunicación, o de socialización, o con comportamientos difíciles, o con necesidades sensoriales muy especificas pues… es un duelo que podemos arrastrar de por vida y que, en el peor de los casos, se puede llegar a convertir en resentimiento, en sufrimiento e incluso en una rabia que contamina nuestra vida.

Entonces ¿qué hacemos con este duelo? Si de alguna manera es inevitable pasar por este proceso, ¿cómo podemos hacerlo de manera consciente? ¿Cómo aceptar nuestro duelo para que no se vuelva tóxico? 

5 claves para hacer un duelo consciente

1. El duelo no es malo.

No te avergüénces de sentir pena, de sentir que has perdido algo. Porque lo has perdido, como te comenté antes (aunque solo existiera como proyecciones en tu mente). Tu duelo y tu dolor es la maxima expresion de que te importa el bienestar de tu hijo y también el tuyo. Es un reajuste necesario a todos los niveles (emocional, mental y psicológico) que te señala esa discrepancia entre lo que esperabas y lo que hay. Ese es su mayor mensaje y ahi está la puerta que te permitirá seguir adelante - aceptar esa discrepancia.

2. Cada uno lleva su ritmo con el duelo.

Esto es así para todos los duelos. Antes se pensaba que había 5 estadios progresivos del duelo basado en el trabajo de la psiquiatra americana Elisabeth Kubler-Ross. Ella habló de: negación, ira, negociación, depresión y aceptación, pero su trabajo estaba enfocado en los pacientes terminales. Hoy en dia se tiende a hablar mas de un proceso de recuperación del duelo que implica pasar por todos estos estadios del duelo de manera a veces caótica, sin progresión, o recaer en estadios que pensábamos teníamos superados.

3. Te tienes que dar permiso para sentir lo que sientes.

No puedes evitar sentir lo que sientes y todas las emociones tienen un mensaje para nosotros. No hay emociones positivas y negativas. Todas son válidas. Claro que algunas son muy difíciles de sobrellevar y creemos que nos vamos a hundir. Pero las emociones solo son “peligrosas” cuando las reprimimos, cuando las negamos, porque se esquistan en el cuerpo y en nuestra psique - se vuelven inconscientes y nos pueden controlar la vida sin que nos demos cuenta. Siempre ayuda tener apoyo, ya sea profesional o simplemente de nuestros seres queridos. Y ese apoyo ha de ser en forma de escucha. Las personas en duelo necesitan ser oídas, al igual que nuestras emociones necesitan ser oídas tambien.

4. No se le puede meter prisa al duelo.

Si quieres pasar de puntillas y rápidamente, más tarde o mas temprano te darás cuenta (tal vez cuando tu hij@ este pasando por una mala racha o cuando tengas problemas a nivel de pareja) de que aún andas empantanada en el duelo.

Muchos amigos y familiares con las mejores intenciones del mundo nos animan a que pasemos la página, a que nos enfoquemos en el futuro de nuestros hijos… y , por supuesto que esto ayuda a tomar perspectiva. Pero nunca a costa de negar nuestras propias emociones o procesos emocionales. Podemos estar presentes con nuestras emociones, por difíciles que sean, y presentes con los demás.

En realidad lo hacemos a menudo de manera inconsciente o semi-inconsciente, reprimiendo al máximo lo que nos duele. Es una reacción común. Pero nadie se muere de dolor emocional, sino más bien del dolor emocional no sanado que se puede convertir en dolores físicos, enfermedades ya sea físicas o mentales. La única manera de sanar el dolor emocional es aceptarlo y pasar por él - con la ayuda que haga falta, por supuesto.

5. Cuando la vida nos duele, y lo hace para todo el mundo, tarde o temprano… darnos permiso para sentir nuestro duelo nos conecta con nuestra vulnerabilidad.

Eso es exactamente lo que cada uno de nosotros quiere evitar. Porque se nos ha ensenado que ser vulnerables es peligroso, que te abres a que te echen sal sobre la herida… sin tener en cuenta de que la herida, una vez aceptada, es inmune a cualquier sal. Porque al final nadie puede herirte sin que tu te dejes herir. Pero lo mas importante es que al abrirnos a sentir nuestro duelo, nos abrimos a conectar con tantas personas alrededor.

La vulnerabilidad llama a la vulnerabilidad y a menudo se materializan apoyos de todos los lados cuando somos capaces de ser honestos sobre lo que estamos sintiendo, sin cargar o manipular a los demás.

Yo, personalmente, desde que he hecho las paces con mi duelo (y no digo aqui que sea un proceso acabado; en realidad tal vez no se acabe nunca), me siento mucho mas arropada. He creado y encontrado comunidad.

No te pueden llamar si no das tu número. No te pueden ayudar si no estas dispuesta a que te ayuden. Sea de la manera que sea. Esa vulnerabilidad también te permite tener empatía de otras personas en situaciones de duelo, sean parecidas o no. No es egoísta ni egocentrico.

Un corazón en duelo es capaz de sentir compasión hacia cualquier otra persona que está pasando por un momento de dolor emocional.

Mi experiencia personal con el duelo por el autismo de mi hijo es gradual, como para casi todas las madres y padres en esta situación. Pero también te puedo decir que, a través del mindfulness y de criar y vivir con mas conciencia y presencia, llegó un momento en el que me “liberé” del enganche mental de querer que mi hijo fuese diferente o de lamentar todo lo que (a dia de hoy) es su realidad. Mi hijo Adrián es hijo único y nunca conoceré de primera mano lo que es criar a un hijo neurotipico. Y sin embargo para mi no es una pérdida. ¿Cómo puede ser una pérdida cuando tengo a Adrian?

Finalmente te recuerdo que, si el duelo es la señal de que hemos perdido algo y que sufrimos por ello, cuando los hijos son diferentes lo único que hemos perdido es la idea que teníamos de ellos y que no se ajusta a su realidad. No hemos perdido a nuestros hij@s, sea cual sea la gravedad de su condición. Así que te invito a que tengas esto en cuenta para aceptar tu duelo pero no quedarte estancada en él… pues tu hij@ te espera.

Un fuerte abrazo.

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Gestión emocional Magüi Moreno Gestión emocional Magüi Moreno

La importancia del enfoque

En este post te cuento la importancia del enfoque, las 3 actitudes que tenemos ante las dificultades y la pregunta que te lo puede cambiar todo en la relación con tu hij@.

En este post te cuento la importancia del enfoque, las 3 actitudes que tenemos ante las dificultades y la pregunta que te lo puede cambiar todo en la relación con tu hij@.

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¿Le prestas atención a tu hijo o más bien a los pensamientos que tienes sobre tu hijo?

Es una distinción sutil. La mayor parte del tiempo estamos prestando atención a (y creyéndonos) lo que pensamos. Pero nuestros pensamientos son interpretaciones, sin más. Tienen su valor, claro, pero son percepciones parciales de la realidad. Ah, pero ¿es que esto del mindfulness te da superpoderes para apreciar LA REALIDAD? No, claro que no.

La realidad nos llega a través de filtros sensoriales y mentales. Nada pasa en un vacío. Ante un mismo evento, pregúntale a todas las personas que estaban alli y te dirán cada una algo diferente.

Esto ni siquiera tiene que depender de algún tipo de interpretación de la física cuántica u otras ideas que sé que algunos de ustedes pueden encontrar difícil de invertir, es bastante evidente por sí mismo una vez que te das cuenta. Si mi estado de ánimo habitual es de cinismo y desconfianza, entonces la probabilidad de que me dé cuenta de las oportunidades de conexión y relación, de oportunidad o buena fortuna, será muy pequeña. Mi estado de ánimo afecta tan profundamente a lo que percibo, a cómo me relaciono con los demás, y mucho más a lo que puedo hacer, que lo que es posible en cualquier momento se abre y se hace posible, o se cierra y se limita por mi actitud, mis pensamientos y mis sentimientos.

¿Cómo podrías crear hoy más espacio en ti mismo para el tipo de experiencia, relaciones y mundo que deseas?

¿Cómo podrías cambiar sutilmente tu disposición, tu actitud, para generar más posibilidades?

Profundiza en el tema escuchando el episodio completo de mi podcast.

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Gestión emocional Magüi Moreno Gestión emocional Magüi Moreno

Cuando los amigos no entienden

¿Sientes que tus amigos no te comprenden, que no entienden las dificultades de tu situación? En este post te doy 6 claves para mejorar la comunicación, tener claridad sobre lo que quieres de tus amigos y qué hacer cuando no recibes el apoyo que necesitas.

¿Sientes que tus amigos no te comprenden, que no entienden las dificultades de tu situación? En este post te doy 6 claves para mejorar la comunicación, tener claridad sobre lo que quieres de tus amigos y qué hacer cuando no recibes el apoyo que necesitas.

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Hace tiempo tuve un malentendido con una amiga que también vive en Washington. El malentendido me causó mucha decepción, y en la posterior conversación telefónica para aclararlo surgieron muchos hilos de los que tirar. Temas de apoyo (o falta de), de estilos de comunicación, de toma de conciencia.

En base a esto, aquí te resumo los puntos principales de fondo que me llevé y que, por ser bastante universales, creo que te puede ser de utilidad al reflexionar sobre tus propias relaciones de amistad, en general, y como las vives en lo particular con el autismo de tu hijo.


6 reflexiones sobre la comunicación

1. Nadie tiene la información completa en ninguna situación. Todos operamos desde nuestra perspectiva, y nuestra perspectiva es parcial.  Por ejemplo, un amigo te puede cancelar un plan sin saber que tu tuviste que dejar de hacer algo a causa de ese plan. Resultado: tu sales perdiendo, te enfadas, te sientes menospreciado, etc, etc. Pero tal vez tu tampoco sabes que tu amigo ha tenido un impedimento que no deriva de el o de ella (una bronca con su mujer o marido, o un imprevisto que a tus ojos no es para tanto, pero a los ojos de tu amigo o amiga si). Cuando además vivimos unas situaciones familiares muy cambiantes o que nos exigen mucha flexibilidad (o al contrario mucha consistencia) - como con los hijos con autismo, se pueden crear grandes dosis de estrés. Y mucho resentimiento - es que con todo lo que tengo encima, ni siquiera puedo contar con mengana o fulana…. etc. Vale, mengana o fulana no tendrá un hijo con autismo (o lo mismo si!!) pero también tiene sus problemas y sus dificultades. El agravio comparativo no ayuda a tener relaciones de apoyo honestas.

2. No podemos leer los pensamientos de nadie. Muchos de nuestros argumentos cuando tenemos una discusión o malentendido con alguien vienen de desconocer la verdadera motivación de la otra persona. Aqui no hay culpa ajena que valga: si tu amigo pensaba que el plan era medio informal y tu pensabas que el plan estaba totalmente confirmado, va a haber conflicto. Y cada cual es responsable de su falta de comunicación hacia la otra persona con respecto a lo que pensaban.

3. A menudo no tenemos claridad sobre nuestros por qués. ¿Por qué queremos hacer plan familiar con nuestra amiga y sus hijos, aun cuando sabemos que nos resulta estresante? A nosotros por el agravio comparativo de sus hijos y los nuestros. A nuestros hijos porque no se integran o ves que no se sienten arropados e incluso se pueden sentir “abandonados” temporalmente por nosotros porque estamos mas pendientes de nuestras conversaciones de adulto. Aqui te aconsejo que reflexiones mucho y bien sobre tus compromisos sociales y lo que buscas y necesitas en cada uno de ellos. A mi me pasaba que me sentía muy sola cuando mi hijo era pequeño (antes y después de su diagnóstico) y me encantaba quedar con mis otras amigas mamis. Pero en esos ratos realmente no le prestaba atención para nada a mi hijo y eso me hacia sentir culpable. Hasta que tome conciencia de que era crucial decidir si quería quedar solo con amigas, y sin hijos, para hablar, desahogarme, pasarlo bien, etc. O quiera quedar con mis amigas y sus hijos para fomentar que mi hijo pasase tiempo con otros niños neurotipicos de su edad.

4. Las expectativas son la fuente de todos los malentendidos. A menudo pensamos que porque alguien ha sido una buena amiga desde que teníamos 8 años, o desde la universidad, o desde que empezamos a trabajar, o incluso desde que tuvimos hijos, va a seguir siendo tan buena amiga siempre. Y es más, vamos a poder traspasar esa amistad a nuestras parejas y las suyas, a nuestros hijos, en fin…. Que vamos a poder pasar sin solución de continuidad de amiguitas a amigas con toda la familia detrás. Y esto no tiene por que ser así. Y tampoco hay que echarle la culpa al autismo, o las diferencias neurológicas, de comportamiento y de comunicación de nuestros hijos. Lo cierto es que nos montamos unas películas muy bonitas en nuestras mentes sobre como queremos que sea la amistad con una cierta persona (y esa persona seguro que también), pero lo único que eso hace es causarnos decepciones, malentendidos, conflictos y rencores.

5. Hay que distinguir a la persona de las “maneras”. Siguiendo a lo que acabo de decir, tú puedes pensar que la amistad de esa persona siempre se manifestó de tal manera y que por lo tanto debería de seguir así. Pero todo cambia y todos cambiamos. Tal vez ese amigo era buenísimo para hablar de temas profundos pero desde que tuvo a su familia, ya no encontráis momentos para ese tipo de charlas. O que tu amiga la que siempre vivió lejos de ti, pero estuvo super pendiente de tu vida, resulta que se muda a tu ciudad y casi no le ves el pelo. Seguramente tus amistades han evolucionado porque tu ahora necesitas otro tipo de apoyo y la manera en la que cierto amigo te lo daba ya no te sirve. En este caso, la amistad sigue ahi, y tu cariño por esa persona no tiene por que cambiar por el mero hecho de que ya las cosas no sean como antes.

6. Si necesitas ayuda pídela, de manera explicita. Si no te la dan, acepta que por ahí no la vas a recibir. Si te duele, date permiso para sentirlo y expresarlo (incluso a la propia persona), pero recuerda que el apoyo verdadero se regala, no se exige. Si esa persona no te entiende, es que no es la mejor persona de tu entorno para entenderte. Te sugiero que busques apoyo en otro lugar y que reflexiones sobre que papel quieres que tenga esa persona en tu vida (y puede ser “ninguno”). También recuerda que esa persona puede estar pasando por un momento difícil del que no eres totalmente consciente o tienes toda la información.

Por todo esto te diría que lo más importante con los amigos es la comunicación asertiva y no agresiva. No uses el autismo de tu hijo como razón para que los demás tengan que estar pendientes de ti y leyéndote la mente. Si, es verdad, el autismo te exige que “eduques” a las personas de tu entorno. Y eso es super cansino. Y un rollo. Una auténtica losa. Porque muchas veces no queremos hablar del autismo, queremos que nos entiendan, que nos escuchen, que nos den un abrazo. 

Pero también hay que ponerse en la piel de los demás - seguramente se sienten muy inseguros e incómodos preguntando sobre el autismo de tu hijo. O sencillamente no lo hacen no porque no les interese, sino porque no saben cómo. O por que en algun momento, algun comentario tuyo les hizo pensar que no es un tema del que quieras hablar. O porque piensan que lo tienes todo “bajo control”. Hay 1001 razones por la que el autismo de nuestros hijos se puede volver en el elefante que está en la sala con nuestros amigos - todo el mundo lo ve, pero nadie quiere hablar de él.

Volviendo a mi experiencia personal, una de las cosas que mas me hirió de lo que me dijo mi amiga fue “es que no sabia que el cambio de planes a ultimo momento le pudiese afectar tanto a tu hijo”. En un principio me hirió porque pensé precisamente: “claro! Como nunca me preguntas por él ni por cómo vamos con ese tema!” Pero acto seguido, me dijo “como nunca me cuentas nada de eso, pues no siento que te pueda preguntar al respecto”. Aunque eso también me molestó, al reflexionar me di cuenta de que yo no me he abierto con ella al respecto tanto (en parte por falta de oportunidad, pero también porque una parte de mí quiere aparentar como que todo esta bajo control). Y que si YO quiero desahogarme al respecto, es mi responsabilidad abrirme primero yo y no esperar a que ella me pregunte y que su falta de preguntas no se debe a una falta de interés sino a una incomodidad al respecto. La incomodidad es su problema. La falta de apertura el mio.

Mucho de lo que he dicho aquí por supuesto también se aplica a las relaciones con los padres, hermanos y otros familiares cercanos. Pero este ámbito suele tener un trasfondo emocional mucho mas potente por lo que hablaremos de esto en otro post.

Ahora te dejo con esta pregunta: ¿Como comunicas tus necesidades a tus amigos? Te invito a que lo reflexiones y a que, si te surge, me dejes un comentario.

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La diferencia nos da perspectiva

Las diferencias neurológicas o de desarrollo de nuestros seres queridos es uno de los mayores desafíos pero también es una oportunidad... ¿de qué? De conocernos mejor, ampliar nuestra perspectiva y librarnos de todo aquello que ya no nos sirve. Te cuento las 4 preguntas que te ayudan a "abrir tu visor" y a reducir tu estrés.

Las diferencias neurológicas o de desarrollo de nuestros seres queridos es uno de los mayores desafíos pero también es una oportunidad... ¿de qué? De conocernos mejor, ampliar nuestra perspectiva y librarnos de todo aquello que ya no nos sirve. Te cuento las 4 preguntas que te ayudan a "abrir tu visor" y a reducir tu estrés.

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Beneficios de la perspectiva/empatía (la diferencia entre las dos):

1) Esto también pasará. Todo es pasajero. Tus pensamientos, tus emociones, las circunstancias concretas de tu situación en este momento. Nada es estático. EJ: Adrian no hablaba y a mi me causaba mucha angustia. Ahora ya habla.

2) Libertad. Tus expectativas o las expectativas de los demás ya no te dictan qué o que no hacer. Ejemplo: En las situaciones sociales ya no me estreso por si Adrian se comporta como los demás o no. 

3) Apertura y humildad. Tu sabes lo que esta pensando otra persona? Las motivaciones de otro ser humano? Sus necesidades? Incluso si ese ser humano es tu hij@? Podemos y debemos intentarlo desde luego, pero a menudo nos equivocamos porque estamos haciendo una interpretación según nosotros. Ej: Nuestro hijo puede estar erre que erre con que quiere llevar estos zapatos y no esos otros. Y nosotros, desde nuestra perspectiva de padres, podemos pensar que es la rigidez mental propia del autismo por ejemplo. Y a lo mejor no, a lo mejor los otros zapatos le molestan y simplemente no es capaz de decírnoslo, o de explicarse. Tenemos que no solo entender sino vivir el hecho de que ni lo sabemos todo ni lo podemos saber. Esto no equivale a ser ignorante sino todo lo contrario.

4) Menos estrés. Al no imponer siempre nuestra interpretación a todas las situaciones, nos ahorramos muchos malentendidos, conflictos y agresividad innecesaria.

5) Nos ayuda a vivir en el aquí y el ahora. Cuando tu hijo te necesita en un momento de crisis emocional, de comportamiento o sensorial, todo lo demás pasa a segundo plano. Y hay muchas cosas que pueden pasar a segundo plano en todos los momentos del dia si estamos realmente sintonizados con nuestras necesidades.

6) Claridad. Al conocernos mejor, y suspender a esa parte “sabelotodo” que vive dentro de todos nosotros podemos darnos cuenta de las incongruencias o incoherencias de nuestras vidas y ponerles remedio.

Al final, recuerda que todos los acontecimientos son neutros: lo que los hace buenos o malos son nuestras interpretaciones y nuestra perspectiva sobre ellos. Aprender a distinguir entre un hecho o suceso neutro y nuestra interpretación del mismo nos permite asumir un papel activo y responsable.

Si nuestra perspectiva es amplia, podremos encontrar en ese paisaje ampliado, muchas salidas que antes no veíamos.

Entonces a nivel práctico ¿cómo ampliamos nuestra perspectiva?

Prestando atención a todo aquello que nos molesta, que nos duele, que nos cuesta, que nos chirría. Todo eso marca el camino por donde explorarnos, y de ahi poder abrir nuestro visor y… ver mas. Pues todo aquello que nos hace sufrir es señal de que hay algún límite, alguno dolor, alguna tension o apego a algo que no hemos procesado y que por lo tanto podemos explorar y transformar.

El Trabajo es meditación. Se trata de abrirte a tu corazón, no de intentar cambiar tus pensamientos. Haz las preguntas, luego entra en tu interior y espera a que afloren las respuestas más profundas.

  1. ¿Es verdad? (Sí o no. Si la respuesta es no, pasa a la 3.)

  2. ¿Puedes estar absolutamente seguro de que es verdad? (Sí o no.)

  3. ¿Cómo reaccionas, qué ocurre, cuando crees ese pensamiento?

  4. ¿Quién serías sin ese pensamiento?

Te dejo con esta pregunta: ¿Que significa el autismo de tu hijo PARA TI? No para él o ella, no te enfoques en SU vida… sino para ti, para tu vida, para tus planes, para tus expectativas.

Explorar nuestra sombra, todas aquellas zonas de dolor, cuesta y lleva tiempo. Te invito a que te hagas esta y otras preguntas con amabilidad, paciencia, compasión y mucho amor propio.

Todos los seres humanos sufrimos, y todos queremos dejar de sufrir. En esto, como en tantos otros aspectos, estamos en el mismo barco.

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Gestión emocional Magüi Moreno Gestión emocional Magüi Moreno

¿Por qué nos estresamos tanto con los hijos?

Estudios demuestran que los padres y madres de hijos con autismo y otras diferencias neurológicas sufrimos los mismos niveles de estrés que los soldados en activo. En este post te explico por qué y cómo puedes gestionarlo mejor.

Estudios demuestran que los padres y madres de hijos con autismo y otras diferencias neurológicas sufrimos los mismos niveles de estrés que los soldados en activo. En este post te explico por qué y cómo puedes gestionarlo mejor.

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Cuando hablo del mindfulness, de la presencia, de la conexión con nuestros hijos no me refiero a estar siempre tranquilos, ni perfectamente compuestos, ni sintiéndonos en un océano de paz. 

  1. Eso es imposible y nos crea culpa por ser un ideal.

  2. Para conectar con los demás, y particularmente nuestros hijos con sus necesidades diferentes, tenemos que ser capaces de conectar con nosotros mismos y con nuestras emociones. Y, como todo ser humano, vamos a sentir ira, enfado, frustración, impaciencia y estrés. Solo si entendemos y honramos nuestro propio estrés podemos entender, honrar, acompañar y en ocasiones aliviar el estrés - muy real, por cierto - que sienten nuestros hijos en un mundo que no les entiende.

Pistas sobre el estrés de la crianza

1. Sistema nervioso es contagioso.

2. Los niños, sobre todo cuando son pequeños, son menos capaces de auto-regular su sistema nervioso.

3. Como padres y madres, tenemos que encargarnos no solo de la regulación de nuestro propio sistema nervioso en situaciones de conflicto o estrés con nuestros hijos, sino que también tenemos que regular SU sistema nervioso.

4. Los niños con diferencias neurológicas significativas, como el autismo, o el TDAH, o el síndrome de Down, pueden llegar a experimentar niveles más elevados de estrés por diferencias de procesamiento de sensaciones, de lenguaje, de socialización, de función ejecutiva (que tiene que ver con la planificación, la organización y la ejecución de tareas) o por toda una serie de diferencias de capacidad y de procesamiento.

5. Los padres y las madres de hijos con estas diferencias, sufren de mayores niveles de estrés que otros padres y madres. En un estudio del 2009 en EEUU se comparó a un grupo de madres de adolescentes y adultos con autismo…

6. Con esto y con todo, es fundamental entender que existe un peligro real de que el estrés madre o padre-hijo se convierta en una espiral de la que nos es muy difícil salir.

¿Qué podemos hacer?

Lo primero es entender que muchos de estos procesos son automáticos. Nuestro cuerpo y nuestra mente, lo que a menudo llamamos el cuerpo-mente, es una maquina-combinación de respuesta a nuestro entorno y muchas de estas respuestas son procesos  del sistema límbico que afectan a nuestro sistema nervioso autónomo y a nuestro sistema endocrino. Es decir a nuestras emociones y a nuestras hormonas (como el cortisol, la llamada hormona del estrés).

Estamos diseñados para sobrevivir, y muchos de estos procesos automáticos y somáticos - donde la respuesta se origina en nuestro cuerpo a pesar de no darnos cuenta - tienen que ver con esto. Percibimos una amenaza y nuestro cuerpo-mente responde normalmente de 3 maneras: o huyes, o luchas, o te paralizas.

El estrés es la señal de que algo “está mal” (bajo el punto de vista de nuestro cuerpo-mente) y nos lleva a reaccionar.

Darnos cuenta de todo esto ayuda. Como? Pues disminuyendo nuestra carga y sensación de culpa. Y sobre todo, dándonos opciones para evitar reaccionar siempre de la misma manera.

Ni es fácil ni es instantáneo. Para algo se llama instinto de supervivencia. Pero lo importante es tomar conciencia, no solo a nivel mental, sino a nivel emocional y corporal, de que lo que pase alrededor nuestro no es - en la mayoría de los casos - un peligro para nuestra supervivencia.

Lo difícil de la gestión del estrés crónico es precisamente que, aunque lo entendemos e incluso podemos aprender diferentes técnicas para gestionarlo, en el momento de la pataleta de tu hijo, o de la vergüenza que te surge ante uno de sus comportamientos, no somos capaces de aplicarlo.

Por ello, hoy te invito a que sientas tu cuerpo en esos momentos de estrés. A que lo sientas y tomes nota de cómo se manifiesta. Porque el cambio verdadero empieza por vivirlo diferente y para eso hay que tomar conciencia de cómo se manifiesta.

Por hoy espero que te sirva esta corta explicación del origen de nuestro estrés y de cómo, a pesar de ser un proceso automático de nuestro cuerpo-mente, tu SI puedes crear las condiciones para que tu estrés salte menos:

  1. Dándote cuenta de cuando estás en ese estado.

  2. tomando nota de cómo lo sientes en tu cuerpo.

  3. dándote cuenta de cuando estas a punto de saltar

  4. tomando nota de cómo lo sientes en tu cuerpo.

  5. Y finalmente, haciendo una brevísima pausa que te permita ELEGIR como quieres responder, desde tus valores y no desde el automatismo.

En vez de preguntarte “Como puedo defenderme de esto que no me gusta?” (Que es la pregunta a menudo inconsciente que nos hacemos). Pregúntate “¿Cómo puedo calmar mis nervios para calmar los de mi hijo?” 

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