Los hermanos de mi hijo diferente
¿Qué pasa cuando tenemos otros hijos? Como padres, ¿cómo ayudamos a nuestro hijo típico a que entienda la diferencia de su hermano o hermana? ¿Debemos y cómo intervenir en la relación entre hermanos? ¿Qué hacemos con la culpa que sentimos si le damos más tiempo y atención a un hijo sobre otro u otros? ¿Si sentimos que nuestro hijo neurotípico está de alguna manera sufriendo o saliendo peor parado a nivel de disponibilidad nuestra por las exigencias en la crianza de su hermano/a?
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Hoy te quiero hablar de hasta qué punto las familias somos ecosistemas y como una parte afecta al todo. Pero también de cómo no podemos responsabilizar a una parte (en este caso a nuestro hijo neurodiverso) de gran parte o incluso TODO lo que sucede en el seno de nuestro hogar.
En este sentido los padres tenemos de hecho la responsabilidad principal sobre cómo van las cosas en nuestra familia pues somos los adultos y a menudo las relaciones entre nuestros propios hijos (y con nosotros mismos) podrían mejorar sustancialmente con un mayor grado de gestión emocional, autoconocimiento y comunicación asertiva.
Vamos por partes. Primero me gustaría explorar el tema de la diferencia entre tus hijos y cómo esto puede afectar a la relación entre sí mismos y con vosotros. En la segunda parte del post te quiero hablar del sentimiento de culpa que podemos llegar a tener los padres cuando sentimos que damos más atención a un hijo que a otros.
Con respecto a la dinámica en casa:
La apertura y la comunicación.
Como padres, es conveniente hablar entre vosotros y decidir cuando puede ser un buen momento para contarle a vuestro hijo neurotipico el por qué de ciertos comportamientos, dificultades o diferencias de su hermano.
Te recuerdo que este es un tema complejo por depender mucho de las situaciones individuales de cada familia. Pero resumiendo: entiende tus necesidades al respecto, las de tu hijo neurotípico, busca el mejor momento, espera si no crees que esté preparado…Pregúntate: “¿Le va a ayudar o no saberlo en este momento?” Recuerda que la información es poder, pero esto incluye pasar más allá de una mera etiqueta.
Requiere enseñar a tu hij@ neurotipico a que empatize con y a que acepte a su hermano tal y como es, con sus habilidades y sus desafíos. Que comprenda que las dificultades que puedan tener en casa no son culpa de nadie sino que el cerebro de su hermano está “cableado” de manera diferente. Y a que le quiera a pesar de que sus diferencias le causen comportamientos que el hermano neurotipico ve como peligrosos, impredecibles, misteriosos o problemáticos.
Consejos prácticos que te pueden ayudar:
Explicar con palabras sencillas y acorde con la edad por qué su hermano necesita cuidados diferentes y/o más tiempo.
Estimular las conversaciones familiares donde cada cual puede hablar abiertamente de sus sentimientos, emociones, necesidades y preocupaciones, tanto propias como en la relación con los demás. Como padres en esto podemos colaborar de muchas maneras:
a) siendo modelo de autoconocimiento emocional (que siento, donde lo siento, que necesito, etc)
b) ayudando a canalizar emociones de manera funcional y saludable, nombrando y ampliando el vocabulario emocional, diferenciando la emoción de su expresión, sosteniendo las emociones de nuestros hijos y ayudándoles a expresarlas de manera apropiada sin hacer daño a los demás,
c) evitando avergonzar, comparar, culpar o manipular a los hijos con respecto a sus emociones “eres demasiado mayor para hacer eso”, “no deberías llorar”, “mira como estas asustando a tu hermana”, etc.
Hay varios estudios sobre los efectos positivos para un hijo de tener un hermano con necesidades específicas, que incluyen una mayor adaptabilidad, capacidad de empatía, y tolerancia hacia los demás. Pero también hay que estar atentos a posibles niveles elevados de ansiedad, depresión o dificultades con niños de su edad. Afortunadamente, cada vez hay menos estigmatización social respecto a tener un hermano neurodiverso o con necesidades específicas pero siempre hay que tener muy presente el entorno social y familiar del niño neurotipico.
Ahora me gustaría tratar de la espinosa cuestión de la culpa paterna o materna cuando sentimos que damos más atención a un hijo que a los otros.
Aquí te invito a que te preguntes: “quiero menos a mi hijo o hija neurotípico por dar más tiempo, atención o cuidados a mi hijo o hija con necesidades específicas?”
El bienestar de nuestros hijos es fundamental, pero las necesidades son diferentes. Tal vez sean difíciles de compaginar en ciertos momentos, pero no tienes por qué elegir SIEMPRE entre uno u otro.
Aunque a nivel de tiempo o enfoque parezca que sí, es totalmente posible (y de hecho conveniente) que hables con tu hijo neurotipico sobre tu amor incondicional por él y a que piensas en maneras de traducir este amor en tiempo y atención (más adelante te doy algunas ideas prácticas).
Pero antes también quiero decirte que es normal creer que la mejor manera de demostrar nuestro amor a los hijos es cuidando de ellos, pasando tiempo con ellos, haciendo cosas por o con ellos, prestándoles atención. Y, claro está, esto es una de las maneras de demostrar amor. Pero ni es la única ni es siquiera la más efectiva, por decirlo de alguna manera. También hacemos cosas con y por ellos por obligación.
Y como madres y padres a menudo confundimos cantidad y calidad. Déjame que te explique. Cuántas veces estás en la misma habitación que tu hijo neurotipico pero no le prestas atención de verdad, porque estás pensando en lo que hacer de cena o en que tienes que llamar a la logopeda? ¿O por qué te pierdes con estados emocionales de ansiedad o de preocupación por tu otro hijo?
Puedes pasar horas al lado de tu hijo y no conectar con él. Cuidar no siempre equivale a la presencia y atención que son la base del verdadero amor. Confundimos estar físicamente con presencia y atención, y no es lo mismo. Si nuestra mente o nuestras emociones están en otro lado, si quisiéramos estar haciendo otra cosa, entonces no estamos realmente con ellos.
El mejor regalo que le podemos dar a los demás es nuestra presencia, es decir, nuestro tiempo y atención, pero hay que reconocer de una vez por todas que no podemos dar algo que no tenemos. No puedes darle a tu hijo paciencia, escucha, generosidad, presencia y amor si no los tienes en ti y para contigo misma.
Por eso, la comunicación de necesidades e invertir algo de tiempo a la semana en tu propio cuidado (aunque sean minutos aquí y allá) es tan importante. Es asegurarnos de que nuestra fuente de amor está repleta para que pueda fluir hacia los demás, sobre todo cuando tus hijos tienen necesidades diferentes.
Ok, muy bonito. Pero qué hago en los momentos en los que las necesidades de cuidado de mi hijo diferente son de hecho incompatibles con el contexto o con las necesidades de mi hijo neurotipico?
Consejos prácticos que te pueden ayudar:
1. Como padre, turnarse para dedicar tiempo exclusivo a cada hijo para hacer una actividad que les guste mucho y que no puedan (o no sea conveniente) hacer todos juntos.
2. También al contrario, y dentro de lo posible, intentar realizar actividades, rutinas y juegos juntos haciendo las adaptaciones necesarias.
3. Reconocer las habilidades, esfuerzos y logros a todos por igual y dentro de su desarrollo individual.
4. Evitar, como padres, echar demasiadas responsabilidades sobre el hijo neurotipico: que no sienta que se tiene que “hacer cargo” del hermano o hermana diferente. Dejemos que los niños sean niños! No cargamos con expectativas adultas a nuestros hijos neurotipicos.
5. Recurrir a profesionales como terapeutas de ABA (análisis conductas), terapia ocupacional, psicólogos e incluso psiquiatras si hay patrones recurrentes de agresión física entre hermanos. Recordad, como padres, que todo comportamiento es comunicación y que en esas circunstancias hay que investigar por qué se dan estas agresiones.
Al final, el factor más fuerte que afecta la interpretación de un hijo sobre la discapacidad o diferencia de su hermano es la interpretación que hacen los padres. Aborda la diferencia de tu hijo con amor, aceptación y como algo con oportunidades y no solo desafíos para todos en la familia, y los otros niños en casa tendrán una perspectiva más positiva.