Autismo: ¿Intereses restringidos o intensos?
Muchos padres y profesionales ven los intereses supuestamente “restringidos” como otro síntoma poco deseable, por evidente, del TEA. En este post te cuento por qué esto no es cierto y cómo aprovechar los intereses intensos de nuestros hijos para su desarrollo a todos los niveles, desde el respeto, la empatía y un cambio de perspectiva por nuestra parte.
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Muchos padres y profesionales ven los intereses intensos de los autistas como otro síntoma poco deseable, por evidente, del TEA. La asunción, muchas veces implícita, a veces explícita, es que este tipo de intereses hará más difícil aún que se integren y a menudo se intenta desmotivar al niño de mantener el interés, redirigiéndolo a otros intereses más socialmente aceptados, o tal vez más convencionales.
Esto me parece equivocado por varias razones, muchas de las cuales no son solo mías, porque cada vez hay más evidencia de que los supuestos “intereses restringidos” no son tales.
Lo primero, porque querer desmotivar a un niño o joven con una gran pasión por un tema puede ser una forma de desmontar una estrategia que le hace sentir mejor y más regulado, al tiempo que le motiva a compartir su pasión con otros y por lo tanto, le ofrece oportunidades de socializar - eso que tanto buscamos los padres para nuestros hijos neurodivergente.
Lo segundo porque es hipócrita. Las personas neurotípicas también tenemos nuestros intereses, y a menudo son MUY restringidos. En unas stories que compartí en instagram hablaba sobre una de las mías: la comida. Lo hacía en tono de humor, pero el mensaje es el mismo.
Muchos de nosotros NO tenemos auténticas pasiones (el fútbol, los deportes, ver series de televisión, etc) en las que empleamos muchísimo tiempo, dinero y sobre todo atención. Y cuando éramos niños, jóvenes, o antes de tener hijos seguro que tenías pasiones más intensas aún, por la disponibilidad de tu tiempo. Y, sí, socializar en bares, fiestas y salidas nocturnas también puede ser visto como un interés. Lo que pasa es que somos nosotros, o la sociedad, la que determina lo que es aceptable a nivel del contenido del interés, y de la intensidad. Pero eso, de nuevo, es aleatorio y está también basado en lo que está de moda en ese momento de la historia. Y si no que se lo digan a las personas que cultivaban hierbas y hacían ungüentos y fueron quemadas por brujas; lo natural vuelve a estar de moda y ahora la gente hace jabones caseros y nadie tilda eso de raro.
Tercero porque demuestra que a menudo evaluamos a nuestros hijos con un doble rasero capacitista por el que asumimos que lo que hacen y dicen es por el autismo. Y, aunque es verdad que las personas autistas tienden al monotropismo, que quiere decir que procesan con mucho más detalle por una capacidad de hiperfoco, esto no quiere decir que esté mal. Creo que es importante dejar de patologizar.
Te pongo dos ejemplos:
Uno de los intereses de mi hijo son los medios de transporte en especial los trenes y los coches. Yo ya no uso el término restringido para referirme a sus intereses sino intenso; también se puede decir súper-interés.
Porque francamente ¿a quién le beneficia que yo evalúe que los intereses de mi hijo son restringidos?
Primero, no lo son ni tienen porque hacerlo cuando los usamos como trampolín para explorar temas asociados. Segundo porque pueden cumplir una función de regulación sensorial y por lo tanto ser muy útiles e incluso necesarios. Tercero porque nosotros los adultos nivel típicos también tenemos intereses restringidos así que bajarnos del pedestal.
En esas historias de Instagram puse el ejemplo de cómo agarramos un tren de alta velocidad para pasar el día en Segovia y poder disfrutar de un cochinillo. De esa manera estamos aún viendo intereses y pasiones de todos en familia.
El interés por los coches de alta velocidad. Y nuestro interés en la comida. Esto es lo que se conoce como una situación Win Win. Mi marido encantado de comer comida típica española, mi hijo encantado de ir de paseo en tren de alta velocidad.
Y yo encantada de enseñar a mi hijo parte de su herencia cultural gastronómica y vital.
Entonces, algunas claves para darle la vuelta a la tortilla y dejar de ver los intereses de nuestros hijos como una trampa y que se conviertan en un trampolín.
Usar su entusiasmo para expandir el horizonte del niño y mejorar por lo tanto su calidad de vida ahora. Ejemplo de mi hijo: nuestra pasión por viajar. Esto a menudo requiere que los adultos del entorno prestemos atención y validemos esos intereses. Por ejemplo: un interés en matrículas de coches puede llevar a conocer más sobre geografía o sobre matemáticas.
Todo el mundo necesita tener pasiones, hobbies, intereses: nos satisface, nos hacen sentir bien aunque no siempre entendamos por qué. Pero es parte del ser humano y es parte de la autodeterminación. Y si en el caso de tu hijo se manifiestan con una intensidad alta, mira ese entusiasmo como una fuente de potencial en vez de como un impedimento o un problema. Esto te abrirá las puertas a otro tipo de aprendizajes de formas que tal vez nunca hubieses imaginado. Ese viaje, por llamarlo de alguna forma, lo tienes que hacer tú y no solo tu hijo o hija.
Los intereses profundos e intensos pueden ayudar a nuestros hijos ND a participar más y a estar atentos en situaciones que de otra manera les resultaría muy difíciles. Puedes aprovechar esto para tu y su ventaja, por ejemplo con juguetes o actividades/intereses portátiles, que puede llevar en situaciones potencialmente difíciles, como restaurantes o salidas sociales. Esto no quiere decir necesariamente que por ejemplo mi hijo lleve su colección completa de coches de juguetes al restaurante, o que monopolice la conversación todo el rato hablando exclusivamente de Teslas. Significa que algo tan sencillo como llevar un par de revistas de coches ya le sirve para hacer la espera de la comida más llevadera (y no pedir por defecto el móvil de su padre o el mío).
Entiende que algunos intereses o pasiones son pasajeros, y que otros pueden durar mucho tiempo pero que seguramente también irán modificando. Por ejemplo, a mi hijo siempre le han gustado las luces y los sonidos: de bebé sus juguetes favoritos eran los trenes y coches que se movían, tenían luces y música (y por supuesto que había razones de procesamiento sensorial detrás de ello). De ahí pasó a los trenes de juguete y después a la fascinación con los coches. Pero ahora, con 12 años, le encantan las revistas y los programas de reseñas sobre coches, que pueden llegar a ser muy técnicos. Y también la Fórmula 1 y los coches de carreras, que es un interés socialmente aceptado para un preadolescente de su edad (y más mayor).
La pasión por los medios de transporte y por los coches ha ido evolucionado hacia formas convencionalmente más aceptadas, aunque de nuevo, el objetivo no es ese en sí mismo, sino que él se sienta entusiasmado por ello y que también sea capaz de modificarlo en base al entorno, a su edad y a lo que ve a otros niños hacer.
Los intereses y pasiones se convierten en un vector para que ellos conversen, compartan lo que saben y lo que les importa. Como para todos los seres humanos. No se lo podemos ni debemos negar, y siempre supone oportunidades para ir trabajando la toma de perspectiva del otro. Pero no solo la de nuestros hijos ND, que sean ellos lo que tomen la perspectiva de los NT y dejen ya de hablar de sus monotremas. No. También la nuestra: toma su perspectiva y es realmente interesante por eso que tanto le apasiona. Y si no sabes por qué, empieza por ahí: preguntando, con amabilidad y curiosidad real, por qué te gusta tanto? ¿Qué es lo que más te gusta de esto? De esta manera le estás demostrando que se puede confiar y compartir con otras personas. Recuerda que para muchas personas dentro del espectro, su interés o pasión es un lugar seguro desde el que empezar una conversación. Es una estrategia para CONECTAR. Aunque no sea la que tú usarías. No la descuides. ¿Quieres que tu hijo socialice? Deja que socialice desde su pasión, desde su lugar seguro. Por lo menos para empezar… y luego ver donde os lleva la conversación.
Un tema o interés intenso puede abrir la puerta a buscar soluciones diferentes a problemas, tanto en la casa, como en la familia, o con tu hijo o hija.
Ahora, bien, antes de acabar; también hay que mencionar cuando los intereses especiales o intensos de nuestros hijos pueden crear problemas y han de ser gestionados
1. Cuando llevan a comportamientos peligrosos o socialmente inaceptables (por ejemplo, tocar partes de los cuerpos de otras personas, o no respetar el espacio personal de la gente).
En tales situaciones, es importante ayudar a nuestros hijos a comprender las reglas y expectativas sociales sobre lo que es aceptable, pero hacerlo a un nivel que sea apropiado para sus habilidades.
Para un niño con un alto nivel de comprensión, podría ser útil crear una lista de comportamientos aceptables o esperados en situaciones sociales y hablar sobre cómo la otra persona podría percibir la situación.
Para los hijos con una comprensión más limitada, es importante establecer las reglas de una manera más directa, con énfasis en lo que deben hacer en lugar de lo que no deben hacer. Y para todos, es clave usar apoyos visuales como fotos, dibujos o incluso videos, en lugar de solo hablarlo. El objetivo a largo plazo es ayudarles a desarrollar un sentido de las respuestas apropiadas en diferentes situaciones sociales para que puedan inhibir comportamientos impulsivos relacionados con estas pasiones o intereses especiales.
2. Incluso cuando la fijación de un niño es más aceptable, la intensidad de algunos intereses pueden plantear desafíos. La queja más común de los padres es que su hijo se preocupa demasiado por un tema: dinosaurios, trenes, dibujos animados, ascensores y no que no para. Incluso si los padres entendemos y respetamos el interés particular de nuestro hijo, aún podemos sentirnos frustrados porque el niño no parece entender que no es apropiado hablar de eso sin parar, particularmente cuando los compañeros o las personas del entorno indican su disgusto o simplemente dejan de escuchar.
Todos tenemos temas preferidos, pero necesitamos aprender cuando hemos compartido demasiado. Si soy fluido en la lectura de señales sociales, puedo notar el cambio en el interés de mi interlocutor y cambiar mi comportamiento. Si tengo problemas para entender esos indicadores sutiles, podría continuar hablando de un tema mientras intentas escapar desesperadamente.
Y para ayudar a un niño o adolescente a entender esto, es útil usar lo que yo llamo una "estrategia de tiempo y lugar": a veces otras personas pueden querer escuchar sobre su interés particular, pero todas las veces están menos interesadas.
Los padres pueden explicarle al niño que no tiene nada de malo su entusiasmo por los horarios de los trenes o los cereales para el desayuno, pero no es de lo que debería estar hablando en su lección de matemáticas o en su cita con el dentista. Es una oportunidad para profundizar la comprensión social del niño. Juntos, el padre y el niño pueden escribir una lista de lugares y momentos en los que es apropiado concentrarse en un interés, aquellos en los que no lo es y con quién está bien hablar sobre ellos.
Pero la verdad es que no siempre funciona. Algunos niños y adolescentes aún no se encuentran en un lugar de desarrollo en el que puedan monitorearse a sí mismos y ejercer autocontrol, considerar la perspectiva de otra persona o reprimir su deseo de compartir información. Los padres pueden sentirse desesperados por encontrar una manera de lograr que el niño controle el impulso de concentrarse demasiado en un tema.
El problema con esa respuesta es que se enfoca en el comportamiento sin preguntar qué lo motiva. Es fundamental hacer preguntas: ¿hay veces que el niño se enfoca más en este tema que otras veces? ¿ves patrones? ¿podría ser cuando el niño se siente estresado? ¿Qué podría estar causando el estrés? ¿Cómo se puede aliviar la presión y la ansiedad? ¿Usa el niño este tipo de conversación para calmarse? si le funciona, ¿realmente es una prioridad eliminar este tipo de habladurías? ¿El niño es consciente de su propio comportamiento? ¿Cómo podemos hacerlo más consciente?
Recuerda que muchas personas en el espectro abren una conversación por temas de su interés porque les es más fácil y recuerda también que para las personas autistas las interacciones sociales suelen ser una fuente de ansiedad y confusión porque no tienen una estructura fija y uno no siempre puede predecir lo que va a decir la otra persona. Así que nuestros hijos están intentando de alguna manera crear algo más de previsibilidad al hablar de un tema que controlan.
Este es el gran cambio de perspectiva que nos exige este tema a nosotros, los padres. Y por supuesto darles apoyo para ir ampliando sus habilidades y experiencias sociales,