Magüi Moreno | Maternidades Atípicas

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Metodologías innovadoras en la escuela (1)

Primer post de una trilogía sobre metodologías innovadoras en la escuela y el ámbito educativo para alumnos neurodivergentes. En este episodio hablo de Las Zonas de Regulación (sensorial y emocional) y de algunas estrategias sobre funciones ejecutivas.

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En estos próximos tres post, os quiero hablar de metodologías innovadoras en la escuela y en la educación de nuestros hijos neurodivergentes.

Me voy a basar en la experiencia que tengo de la educación de mi hijo Adrián, que ahora tiene 12 años y está en lo que en EE.UU, donde residimos, se llama Middle School, la escuela media entre la elementaria y el instituto, bachiller o educación pre-universitaria.

Y la intención de estos posts no es la de agobiarte, saturarte, o hacerte sentir mal por la realidad limitada, frustrante, y poco satisfactoria de la educación básica para los alumnos con autismo TDA-H dislexia o cualquier otro perfil escolar específico.

Empecemos por ahí: se necesita una reforma educativa global tanto para los alumnos como para los profesionales de la docencia, porque francamente la educación a día de hoy en la mayoría de los países deja mucho que desear, y esto es así tanto para los neurotípicos como para los neurodivergentes. Pero obviamente, las necesidades de apoyo de los neurodivergentes son aún mayores y es una situación insostenible.

Pero hoy te voy a hablar de metodologías innovadoras en la escuela en la parte de regulación sensorial, emocional y funciones ejecutivas. En el siguiente post cubro la parte del lenguaje y las habilidades sociales. Como ves, no te voy a hablar de temas académicos, porque realmente nadie puede aprender a nivel cognitivo si no se siente regulado a nivel sensorial, emocional y si no puede comunicarse (y no me refiero solo a hablar). Esto es aún más así para nuestros hijos con autismo, TDAH y otras neurodivergencias.

El aprendizaje académico es segundo en importancia a la regulación y a las capacidades metacognitivas. ¿De qué le sirve a nuestros hijos saber de trigonometría si no son capaces de comunicar sus necesidades o entender lo que se requiere de ellos en el aula?

Tampoco te voy a hablar del formato de clases ni del tipo de escuela.

¿Aula específica en un colegio convencional?

¿Apoyos individuales en aula convencional?

¿Escuela pública de educación especial?

¿Escuela privada de educación especial? 

Eso va a depender de lo que tengas disponible y, sobre todo, del perfil de tu hijo.

Te voy a hablar de metodologías innovadoras que se pueden (y deben) aplicar en muchos y variados tipos de clases y escuelas. Y, antes de que te frustres si tu hijo o hija no tiene acceso a ellas en el presente, te recuerdo que la información es poder y, aunque nosotros somos padres y madres, y no docentes (a no ser que lo seas, y si es así, gracias por leerme), solo podemos pedir y reclamar lo que conocemos.

Así que vamos al lío.

Adrián asiste a una escuela privada de educación especial en cuanto que se especializa en alumnado con necesidades y perfiles específicos de aprendizaje. Su escuela combina instrucción en grupos pequeños con apoyos terapéuticos colaborativos de terapeutas ocupacionales y logopedas en las clases. Es decir, se prima la regulación de las necesidades sensoriales y una comprensión más sólida de las señales internas, la flexibilidad y la organización, así como el pensamiento social.

Te voy a hablar de dos metodologías: Las Zonas de Regulación y las estrategias sobre funciones ejecutivas. Y una aclaración: desafortunadamente, mucho del material disponible está en inglés y aun no en español, pero algunos recursos hay y ojalá que sean traducidos en breve. (Por cierto siempre puedes traducir cualquier pagina web o documento de manera gratuita con Google Translate).

Las Zonas de Regulación es un currículum diseñado por la terapeuta Leah Kuypers en el 2011 que ayuda a nuestros hijos (y a nosotros mismos!) a desarrollar una mayor conciencia de los sentimientos, la energía y los niveles de alerta al tiempo que les da una variedad de herramientas y estrategias para la regulación, las habilidades prosociales, el cuidado personal y el bienestar general.

Este plan de estudios brinda una manera fácil de pensar y hablar sobre cómo nos sentimos por dentro y clasificar estos sentimientos en cuatro zonas de colores: la zona azul cuando el nivel de energía es bajo y nos sentimos cansados o aburridos, o tristes. La zona verde es la zona óptima de regulación cuando estamos contentos, atentos, tranquilos, enfocados. La zona amarilla es la zona en la que sentimos frustración, excitación, o preocupación…

Hemos perdido la calma de la zona verde, pero aún no estamos del todo en la zona roja que es donde estamos enfadados, aterrorizados, y básicamente desregulados a nivel emocional y/o sensorial. No hay zonas buenas ni malas, todas nos tocan a todos a lo largo de los días, a menudo las 4 en un solo día. La premisa de este curriculum es que una vez que comprendemos nuestros sentimientos y zonas, podemos aprender a usar herramientas/estrategias para administrar nuestras diferentes Zonas a fin de cumplir metas como hacer el trabajo escolar u otras tareas, gestionar mejor las emociones intensas y relacionarnos mejor con los demás. 

La gran ventaja de este curriculum es su lenguaje simple y común y también su estructura visual en 4 colores primarios (que además de alguna manera tienen una correlación con el código de tráfico y vial). Esto ayuda a que la compleja habilidad de regulación sea más concreta para los estudiantes y quienes los apoyan.

Ejemplos de herramientas de regulación en las diferentes zonas:

  • En la zona azul: darse un descanso, hablar de cómo te sientes, pedir un abrazo (o algún otro input sensorial que ayude al niño), dibujar, beber agua, saltar en la cama elástica o moverse activamente de alguna otra manera (por ejemplo saliendo al patio a correr), etc.

  • En la zona verde: escuchar y prestar atención, ver lo que hacen los demás, ayudar a otros, completar los deberes o actividades escolares, etc.

  • En la zona amarilla: tomarse una pausa, hablar o comunicarse por escrito, usar fidjets o juguetes sensoriales, usar una manta pesada, ir a caminar, etc.

  • Y en la zona roja: marcharse de la situación, contar hasta 10, irse a un lugar a solas y en silencio, usar juguetes sensoriales o retirarse a un rincón sensorial, etc.

De nuevo, esto son solo ideas porque la lista de herramientas posibles es larguísima y dependerá del perfil sensorial individual de cada niño. Pero este programa da un marco de referencia para poner el tema de la regulación sensorial sobre la mesa y que todos podamos comunicarnos al respecto, aunque no sea de forma hablada. TODOS somos seres sensoriales y este curriculum normaliza este hecho, aun cuando subraya que los niños y las personas neurodivergentes pueden tener perfiles sensoriales con mayores desafíos y desregulación. No hay malas zonas y todos tenemos emociones y necesidades sensoriales.

Es una metodología que nosotros empezamos a usar en casa incluso antes de mudarnos a EEUU, desde que Adrian tenía 5-6 años y lo que te puedo contar aquí es que su desarrollo a nivel de autorregulación, de asertividad y de regulación diaria ha sido espectacular. Y de nuevo, en casa lo usamos todos, ¡no sólo Adrian lo cual también nos ha servido a su padre y a mí!

La segunda área de estrategias que te quiero comentar tiene que ver con las funciones ejecutivas. Pero te recuerdo lo que llamamos las funciones ejecutivas es la capacidad de completar tareas de principio a fin. Es como la voz interna que nos da retroalimentación e instrucciones y funciona principalmente de forma visual.

Por eso cuando la profesora le dice a tu hijo que ordene su escritorio, si no es capaz de visualizar cómo es su mesa ordenada y los pasos para llegar a eso, esa palabra no la computan. No les sirve de nada. Repetirlo mil veces no ayuda y es contraproducente de dos maneras: le causa frustración a la profesora (y encima cuelga el sambenito de desordenado a tu hijo), y además tu hijo se vuelve dependiente de que se lo recuerden constantemente. 

Pero es un tema muy complejo y que se sale del ámbito de este post porque tiene que ver con 3 áreas: la memoria de trabajo del cerebro (que es la memoria a corto plazo que nos permite mantener un paso o tarea en la mente mientras trabajamos en otras), la flexibilidad cognitiva (poder parar, evaluar y decidir cómo hacemos las cosas y si hay otra forma de hacerlo), y el control inhibitorio (básicamente la capacidad de controlar los impulsos que nos distraen cuando estamos realizando una tarea).

Una estrategia de la que ya hablé en el episodio 72 de mi podcast es el uso de apoyos visuales. Te refiero también aquí al episodio 56 en el que hablo de esto con una madre experta en este tema Maria Elena del Rio. Otra estrategia es lo que llaman hacer zonas o zoning. Básicamente es una representación gráfica o visual de donde va cada cosa, y es muy útil para tareas como recoger la mesa, guardar cosas en la mochila, o organizar los libros y papeles de los deberes por ejemplo. La idea es muy sencilla y es hacer una foto del resultado final y, en la medida de lo posible, demarcar áreas donde va cada cosa o tipo de cosa: los lápices aquí, la botella de agua, el cuaderno aquí, etc. Con una foto laminada.

Poder encontrar los elementos necesarios para realizar una tarea escolar, ya sea en la propia escuela o en casa, es un prerrequisito para poder realizar esa tarea. Y el hecho incontestable es que en muchos ámbitos escolares se da por sentado que los niños aprenden a ser organizados o a realizar tareas complejas por observación del entorno, pero esto no es así para la gran mayoría de alumnos neurodivergentes. Hay que enseñar estas habilidades de forma explícita. 

Una estrategia que es particularmente útil es el modelo “Get ready, do, done” de la especialista en funciones ejecutivas Sarah Ward.

Es un método que enseña a los estudiantes a desarrollar conciencia de la situación y del objetivo al que se quiere llegar para ser capaz de integrar todos los componentes (materiales, tiempo y acciones) que se necesitan para completar una tarea.

Ayuda muchísimo con la capacidad de visualizar en el futuro, aunque sea un futuro inmediato o de corto plazo. Para que nuestros hijos se IMAGINEN y VISUALICEN el resultado final. Y puedan empezar a planear, a desmenuzar los pasos que se requieren para llegar ahí. Y lo bueno es que se puede usar con tareas complejas pero también con algunas que son bien sencillas, como llevar una cosa de un lugar a otro.

Lo importante es recalcar que la planificación empieza al final es decir empieza con esa visualización de cómo será la tarea una vez que está realizada y hacemos un planning hacia atrás desde el final hasta el momento presente con el primer paso que tenemos que tomar para llegar a ese punto final es decir la planificación es hacia atrás y la ejecución es hacia delante pero primero hacemos la planificación.

Por ejemplo se puede usar para los deberes escolares pero también se puede usar para tareas rutinarias del día día como hacer la cama vestir se cepillarse los dientes poner la mesa dar de comer aún una mascota limpiar la habitación o cualquier otra cosa. Cuando los deberes no se realizan no es porque nuestros hijos son vagos suele haber varias razones una puede ser académica no se entiende el trabajo a realizar el contenido.

También puede ser de tipo organizativo es decir hay dificultades para por ejemplo llevar los deberes a casa para realizarlos y para devolverlos en alguno de sus puntos se pierden los deberes los papeles.

También puede haber dificultades de tipo motivacional demasiada información demasiados fracasos demasiada frustración con las tareas que se plantea.

También puede haber dificultades de situación no poder realizar los deberes en casa porque hay demasiado ruido o distracciones continuas o demasiadas actividades o demasiadas terapias o a lo mejor no se tienen los materiales requeridos para hacer la tarea en casa.

Y finalmente también puede haber dificultades personales ansiedad, problemas familiares, baja autoestima etc. son problemas más emocionales. La clave con los deberes las tareas escolares es que no debería de ser información nueva necesariamente una ampliación de lo que se ha visto en la clase, sino que debería de ser una manera de practicar la autonomía y también muchas de estas funciones ejecutivas que son funciones necesarias para aprender.

Entonces de esa manera vemos los deberes o las tareas escolares en casa como una práctica una manera de repetir este tipo de actuaciones de estrategias de métodos para que nuestros hijos y los vayan internalizando y de esa manera puedan incluso generalizarse a otras áreas de la vida que no tengan que ver con la escuela. La clave está en ser específicos, en usar la menor cantidad de lenguaje y en utilizar apoyos visuales, aunque sean mínimos. 

Antes de despedirme quiero recordarte que ambas áreas de apoyo, la regulación sensorial y las funciones ejecutivas son PRERREQUISITOS para que nuestros hijos aprendan a nivel académico, o de conocimiento.

Y también aclararte que yo no soy terapeuta ni especialista en ninguna de estas áreas pero que, como madre involucrada con la suerte de trabajar con profesionales muy actualizados y respetuosos con las neurodivergencias, he aprendido mucho y parte de esto te lo brindo aquí.

Para sugerencias, ideas, o recomendaciones de actuaciones concretas para los desafíos de tu hijo o hija, no me queda otra que recomendarte que te pongas en contacto con terapeutas porque estos temas son complejos y exigen de actuaciones individuales.


Para más info sobre las Zonas de Regulación:

Para más info sobre funciones ejecutivas (solo en inglés)