Magüi Moreno | Maternidades Atípicas

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Tareas escolares y funciones ejecutivas

Aprovechando el proyecto de fin de curso de ciencias de mi hijo, te doy 4 pasos generales para apoyar a nuestros hijos neurodivergentes con sus tareas escolares enfocándonos en mejorar sus funciones ejecutivas (¡y las nuestras!).

¿Prefieres escucharlo? ¡Escúchalo aquí!

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Como me habéis pedido que veáis un poquito más de información sobre nuestra experiencia ayudando a Adriana en tareas escolares que exigen del desarrollo de funciones ejecutivas, os quiero dar algunos apuntes aquí en este episodio del podcast. De nuevo tenéis más información con respecto a la aplicación de funciones ejecutivas por ejemplo para las tareas del hogar en el episodio 72.

Pero vamos a empezar con una recapitulación sobre lo que son las funciones ejecutivas, porque seguramente me habrás oído hablar a mí de ellas y a muchas otras personas que hablan de cómo ayudar a nuestros hijos en general y como lleva nuestros hijos y no me divergentes en particular, pero tal vez no tengas muy claro aún en qué consisten las funciones ejecutivas.

Las funciones ejecutivas son las funciones de nuestro cerebro que controlan la atención y el comportamiento. Hay bastante unanimidad en considerar que el control de la atención y el comportamiento es la base de la actividad ejecutiva del cerebro.  Una lista más extensa de las funciones ejecutivas podría incluir: 

  • Atención 

  • Iniciativa 

  • Inhibición 

  • Flexibilidad cognitiva 

  • Relevancia 

  • Planificación 

  • Organización 

• Gestión del tiempo

• Memoria
• Auto-monitorización

• Control emocional 

• Resolución de problemas
• Establecimiento de objetivos 

Ya como ves es un tema potencialmente complejo, pero que yo siempre os animo a que lo afrontéis desde el sentido común puesto que somos padres y no educadores ni profesionales terapeutas, desde el punto de vista del sentido común que es: la capacidad de completar tareas de principio a fin. Es como la voz interna que nos da retroalimentación e instrucciones. LO CRUCIAL ES ENTENDER QUE funciona principalmente de forma visual y por eso a todos nos viene bien utilizar cosas como agendas, planificadores, calendarios, notitas Post It, recordatorios en el teléfono etc, porque todo esto es visual. 

Por eso cuando le dices a tu hijo que ordene su habitación, si no es capaz de visualizar cómo es su habitación ordenada y los pasos para llegar a eso, esa frase no la computan. No les sirve de nada. Repetírselo mil veces no ayuda y es contraproducente de dos maneras: te causa frustración a ti (y encima cuelgan el sambenito de desordenado a tu hijo), y además tu hijo se vuelve dependiente de que se lo recuerde constantemente.

Según Paula Moraine, autora del libro “Las funciones ejecutivas del estudiante”, las funciones ejecutivas se desarrollan lentamente, alcanzando su madurez sólo cuando han transcurrido cerca de tres décadas. Y en el caso de nuestros hijos ND hay dificultades, diferencias y/o pre requisitos adicionales, así que tenemos que ajustar nuestras expectativas. A menudo pensamos que si enseñamos algo, está aprendido, y que si decimos algo, lo han oído. Las funciones ejecutivas requieren un tiempo para establecerse, desarrollarse y ser generalizadas, por lo que es importante tener en mente una visión a largo plazo. 

Entonces te voy a poner un ejemplo de cómo se oiría el diálogo interior de un niño con buenas funciones ejecutivas cuando la maestra pide que la clase realice una tarea:

“Vale, tengo que sacar mi cuaderno y lápiz, lo abriré en una nueva página, escribiré la fecha, haré un gran gráfico con una cara sonriente a la izquierda, triste a la derecha, luego pensaré por un minuto y anotaré 3-5 ideas en cada columna. Espera, que a lo mejor tengo que afilar mi lápiz.”

Y ahora como puede que se escuche el diálogo interior de un alumno que tiene dificultades en las funciones ejecutivas:

“Estos pantalones me molestan. ¿Qué acaba de decir la maestra? ¿Necesito un lápiz? Estamos haciendo algo que hay que escribir. Me pregunto qué hay en mi lonchera hoy. ¡Realmente espero que sea un queso a la parrilla! Espera, ¿qué tenemos que hacer?”

¿Ves la diferencia? En el segundo caso, la principal dificultad del niño está en poder dirigir su atención a la tarea en cuestión. Encima esa tarea es compleja y cuanto más mayores se hacen nuestros hijos obviamente más complejas en las tareas escolares y más proyectos con una duración en el tiempo tiene que llevar a cabo pues más frustración va a ver y más dificultades para todos. Te quiero insistir que el tema de las funciones ejecutivas no tiene nada que ver con la inteligencia de tu hijo ni es un problema de comportamiento.

Entonces en este episodio voy a utilizar el ejemplo del proyecto final de ciencia de mi hijo Adrián para ilustrarte para darte ejemplos de todos estos pasos que voy a comentar.

Un paso previo, digamos el paso 0, es empezar por los puntos fuertes y no los débiles. Es decir, empezar por hacer la experiencia de la tarea significativa para nuestros hijos. Eso a veces es complicado porque ellos no siempre entienden la significación de lo que se les está enseñando o no tienen ninguna vinculación emocional con respecto al contenido de lo que se les está enseñando.

Raramente preguntamos a nuestros hijos: ¿en qué eres bueno?, ¿qué te gustaría hacer? O, ¿cuál es tu estrategia para aprender? Un estudiante puede ser bueno con los ordenadores, otro puede ser bueno con las matemáticas, escribiendo o en artes. ¿Qué pasa si los puntos fuertes del estudiante no son en las asignaturas académicas, pero sí en un deporte, o con los animales, o en que es buen amigo? Éstos también son sus puntos fuertes y tenemos que reconocerlos como tal. 

Entonces volviendo al ejemplo de mi hijo: Él sí tuvo la posibilidad de escoger su propio tema para investigar hacer un experimento científico y presentar sus observaciones y sus conclusiones.Entonces a él se le dió una lista de temas en base a áreas de interés.Y como uno de sus grandes pasiones es son los coches él decidió que quería hacer un experimento con un coche que funcione con energía solar.

Así que empezamos bien, porque él tenía la motivación intrínseca para llevar a cabo este proyecto. Pero incluso cuando no tienen margen de decisión, o es dentro de parámetros más establecidos, como padres siempre podemos encontrar una manera de vincular la tarea o proyecto con algún punto fuerte de nuestros hijos.

En definitiva, siempre es más fácil para nuestros hijos comprometerse en una actividad si: 

✓ Entiende las opciones que tiene antes de decidirse a actuar.

✓ Reconoce cómo le afecta esta acción o cómo le hace sentirse.

✓ Puede ver cuál sería la mejor opción para esa acción. 

Entonces, el primer paso es ayudar a nuestros hijos a visualizar el resultado, como se ha de ver acabado y que tiene que hacer. Porque aunque parece evidente para nosotros no debemos asumir que entienden qué exactamente se espera de ellos - hay que hacerlo explícito. En el caso de mi hijo, el resultado final era un poster con los principales hallazgos del experimento, para presentar en base a ello al resto de su clase. Aquí mismo ya hay dos resultados: uno físico, el poster, y uno oral, una presentación en vivo y en directo.

Aquí pasamos a la segunda parte, que sería identificar los pasos hacia atrás para llegar a ese resultado. Y aquí es donde muchos de nuestros hijos, por no decir la mayoría, van a necesitar ayuda. 

Poder encontrar los elementos necesarios para realizar una tarea escolar es un prerrequisito para poder realizar esa tarea. Y el hecho incontestable es que en muchos ámbitos escolares se da por sentado que los niños aprenden a ser organizados o a realizar tareas complejas por observación del entorno, pero esto no es así para la gran mayoría de alumnos neurodivergentes. Hay que enseñar estas habilidades de forma explícita. 

Una estrategia que es particularmente útil es el modelo “Get ready, do, done” de la especialista en funciones ejecutivas Sarah Ward. Es un método que enseña a los estudiantes a desarrollar conciencia de la situación y del objetivo al que se quiere llegar para ser capaz de integrar todos los componentes (materiales, tiempo y acciones) que se necesitan para completar una tarea.

Ayuda muchísimo con la capacidad de visualizar en el futuro, aunque sea un futuro inmediato o de corto plazo. Para que nuestros hijos se IMAGINEN y VISUALICEN el resultado final. Y puedan empezar a planear, a desmenuzar los pasos que se requieren para llegar ahí. Y lo bueno es que se puede usar con tareas complejas pero también con algunas que son bien sencillas, como llevar una cosa de un lugar a otro.

Lo importante es recalcar que la planificación empieza al final es decir empieza con esa visualización de cómo será la tarea una vez que está realizada y hacemos un planning hacia atrás desde el final hasta el momento presente con el primer paso que tenemos que tomar para llegar a ese punto final es decir la planificación es hacia atrás y la ejecución es hacia delante pero primero hacemos la planificación.

Para serte sincera, toda esta parte la realizó la maestra de mi hijo porque en su escuela se especializan en este tipo de apoyos de funciones ejecutivas.

Entonces Adrián ya vino a casa con todos los materiales visuales de su “get ready, do, done”: una hojita donde se veía en miniatura como quedaría el poster y donde iría cada cosa, cada sección de su presentación. Y una hoja donde había una lista de todo lo que necesitaba para estar listo (materiales), las acciones que debía de llevar a cabo (comportamientos), y cómo ponerlo todo junto para crear ese poster final. Entre las acciones había de dos tipos: uno montar el coche y hacer el experimento, y dos, escribir las observaciones para el poster.

Lo tercero es mapear los pasos en un calendario y esto se aplica sobre todo a los proyectos más largos o complejos y puede no ser necesario para tareas más cortas. En el caso de mi hijo de nuevo el vino de la escuela con un par de hojas una para abril y otra para mayo con dos calendarios mensuales digamos en los que estaban marcados los días de preparación en amarillo de acción en verde y en rojo hacia el final de la preparación de la presentación que sería el resultado. Con el día final de entrega marcado también en rojo.

Los calendarios son apoyos visuales que todos usamos. Así que te invito a que le saques todo su partido tanto en tu vida como en la crianza neurodivergente también. A menudo pensamos que los apoyos visuales son algo o complejo extraño o específico del autismo pero esto no es así todos utilizamos apoyos visuales como los calendarios. Y hoy en día puedes imprimir calendarios vacíos semanales o mensuales o anuales sin coste alguno.

Una de las funciones de los calendarios es darnos márgenes de tiempo para incluir errores, obstáculos, y tiempo extra en caso de que nuestros hijos tarden y tardemos nosotros más de lo previsto.

Entonces te cuento que nosotros por varias razones incluidas un viaje de una semana entera fuera de la escuela, y vamos un poco retrasados, y es verdad que dejamos todo un poquito para el final.

Y de alguna manera la responsabilidad es mía como madre porque yo soy la que estaba supervisando que Adrián estuviese al día de los preparativos. Entonces lo que sucedió es que al escribir, imprimir y preparar los materiales en papel para su póster, los textos eran muy pequeños y los recortó demasiado pegados al texto, con lo cual no se veían muy bien en el póster. Y también hacer explícito aquí que parte de su nota y va a ser por la calidad de la presentación del póster es decir lo bien que se leían si estaba decorado si se la presentación era creativa se utilizaba diferentes colores imágenes etc.

Entonces, al tener que volver a imprimir todo y hacerlo desde la oficina de su padre esto significó un día extra de retraso y muchas personas muchas familias diría esto es un error no nos hemos equivocado el niño se equivocado. Yo te invito a que lo mires como una oportunidad de aprendizaje. Sobre todo para tu hijo o hija. Porque le sirve para darse cuenta de cómo lo podría hacer mejor. Muchas veces no somos capaces de ver mejoras hasta que algo no sale mal o algo nos resulta insatisfactorio.

Muchas veces salimos al rescate de nuestros hijos cuando tienen que hacer proyectos escolares porque no queremos lidiar con las emociones nuestras (y suyas) que vienen por el estrés, por la frustración, por la falta de tiempo o por ese sentimiento de que no van a llegar o de que no son capaces. Darse cuenta de esto es muy importante para empezar a fomentar la autonomía y la independencia desde un lugar de empoderar a nuestros hijos y esto incluye darles espacio para analizar, borrar, recomenzar y practicar la retroalimentación consigo mismos. Y siempre por supuesto con nuestro apoyo y que también sea empoderante. En vez de decir: “Quita que ya lo hago yo que tú no eres capaz” cambiar ese discurso que les hace sentir inútiles por algo asi: “veo que esto no te gusta o veo que esto te frustra quieres que busquemos una solución juntos o quieres que te ayude para que puedas volver a empezar de cero?”

Entonces volviendo al ejemplo concreto de mi hijo yo le ayude con las nuevas hojas a colocarlas pero él decidió dónde y de qué color quería que fueran las cartulinas en el póster.

La ejecución final de pegarlo todo se lo dejé a él. Y la práctica de la presentación oral también la hizo él, tres veces ni más ni menos, delante de su padre y mío. E insistió en  presentar siempre desde el principio. Nosotros minimizamos los comentarios y las sugerencias, y celebramos (con algunos aplausos) su esfuerzo y el resultado. De nuevo, aunque con nuestra mente adulta identifiquemos lagunas o cosas que podrían ser mejores. No seamos tan adulto-céntricos, es importante también entender que es SU proyecto, SU trabajo y no un reflejo de nuestra valía como padres (que es lo que solemos hacer inconscientemente y por eso resulta un tema tan emotivo).

Y aquí hay un tema importante que es que yo también he tenido que soltar mi necesidad de control y de perfeccionismo para dejarle que lo haga él a su estilo aunque no sea como lo haría yo.

Los pasos finales incluyen el monitoreo de tareas, la revisión y la confirmación de que está todo hecho como se había identificado al principio (o si no, es porque algo se ha ajustado sobre la marcha). En este sentido también los apoyos visuales ayudan muchísimo ejemplos son las listas de las que marcamos lo que ya está hecho, o colocamos las cosas donde tienen que ir, etc.

Entonces volviendo al ejemplo de mi hijo, él tenía ya su lista de comprobación y después de haber practicado la presentación con los dos en casa, colocamos el póster cerca de la puerta de casa junto con el coche que iba a llevar al día siguiente al colegio para su presentación.

A ver, está claro que como personas adultas algunos tenemos mejores funciones ejecutivas que otros y por lo tanto, nos puede frustrar más o menos ayudar a nuestros hijos con las suyas. La clave con las funciones ejecutivas es que se pueden y se deben aprender y sobre todo práctica porque facilitan mucho la vida. En general. Así que si tienes que ayudar a tu hijo neuro divergente en esto y resulta que ves que tú también lo necesitas pues es otro regalo más que te da la maternidad. Hazlo por tu hijo. Hazlo por ti.