Magüi Moreno | Maternidades Atípicas

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¿Por dónde empiezo?

1. Empieza por ti

Te sugiero que empieces por ti. Aunque pueda parecer muy egoísta (y te diré que eso son condicionamientos sociales), ya sabes lo que dicen en las demostraciones de seguridad del avión “ponte TÚ primero la mascarilla de oxígeno, antes de ayudar a los demás”. La razón es muy sencilla - no puedes dar lo mejor de ti mismo si no tienes lo mejor EN ti mismo (es decir, si no estás bien).

 

2. ¿Qué necesitas AHORA?

¿Qué necesitas en este momento? Necesitas…. ¿Pasar a la acción?, ¿Empaparte de información?, ¿Aislarte del mundo?, ¿Pasar tiempo sola?, ¿Sentir el constante apoyo de tus seres queridos?, ¿Llorar y dar rienda suelta a tus emociones?, ¿Recobrar un cierto sentido de control….? Dedícate unos días a afinar la frecuencia de tu radio interna y sintonizar contigo misma. Ten en cuenta que necesitar no equivale a querer. La mayoría de nosotros querríamos que el trastorno o diferencia de nuestro hijo desapareciera de un día para otro. Algunos queremos salir corriendo.

 

Pero aquí estoy hablando de lo que necesitas realmente… no de lo que piensas que necesitas.

 

¿Cual es la diferencia? Lo que realmente necesitas no requiere justificaciones, no surge de la mente, sino de una parte más profunda de nosotros. Algunos lo llaman intuición o sabiduría interior. Es algo que sabes que es lo acertado, aunque no siempre sepas ni por qué ni cómo explicarlo. Aquí te dejo un PDF descargable donde puedes indagar más sobre lo que necesitas en este momento.

 

3. Mantén la conexión contigo mism@

Lo que necesitas irá cambiando según pasen los días, los meses, y también en base a las circunstancias de tu familia (si tu hijo está pasando por una época dura, etc.). Así que te aconsejo que mantengas esa sintonía interna con tus necesidades, con tu estado anímico y emotivo, con tu esencia y con tu paz interior (la que siempre está ahí pero no siempre sentimos). ¿Cómo? Te doy varias sugerencias:

  • Mindfulness

  • Meditación

  • Escritura

  • Lectura (¡pero por favor no sobre temas del diagnostico de tu hijo! ;-)

  • Momentos de silencio y soledad

  • Paseos por la naturaleza (playas, montañas, bosques, parques, etc.)

  • Cualquier hobby o ocupación “creativa”

  • Ejercicio (yoga, kick-boxing, correr, andar... hay tantos tipos como personas)

  • Risas (vete a ver alguna buena película cómica)

  • Lágrimas (si te cuesta llorar vete a ver alguna buena película dramática)

Prueba una, prueba varias, mézclalas, hazlas tuyas... Es probable que en diferentes momentos el cuerpo te pida diferentes herramientas para tu reconexión. Entiende que re-conectar contigo es lo opuesto de distraerte. Las distracciones tienen su lugar en nuestras vidas, pero no te van a nutrir.

 

Reconexión es nutrición, es cuidarte sin huir de ti. Y significa cuidar de la totalidad de ti, no sólo prestar atención a lo que te dice tu mente.

 

4. Conócete mejor

Hay 3 tipos de “personajes” según nuestro enfoque hacia lo que nos pasa: activista, avestruz, y víctima. Entiende cual es el tuyo para entender mejor tus reacciones y como te comportas. El activista tiene que estar siempre en acción, consiguiendo y luchando por sus planes, objetivos o sueños. El avestruz planea mucho pero no acaba de pasar a la acción, o se auto-sabotea con facilidad - es la persona que da "dos pasitos pa alante, dos pasitos pa atrás". La víctima está en enfado permanente con la vida, todo le viene mal, todo le "pasa" a él/ella; es más reactivo que activo y tiene tendencia a quejarse.  

¿Cuál es tu zona de comfort? Muchas personas se sienten mejor haciendo… yo soy una de ellas. Si tu también eres así, toma conciencia de ello. No es ni mejor ni peor, simplemente es un comportamiento-hábito que nos provoca emociones que vemos como positivas (satisfacción, sensación de control, motivación, sentido de propósito, etc.). Muchas personas se sienten mejor yendo poco a poco - buscan avanzar pero no lanzarse sin una red de seguridad. Otras personas tienen tendencia a reaccionar, a defenderse, a quedarse en la retaguardia buscando así sobre todo patrones emocionales de búsqueda de seguridad, de amor, de conexión con otros que les guieran... 

Repito, todos caemos en estos patrones en ciertos momentos.

 

Yo siempre digo que no es lo que nos pasa sino cómo reaccionamos ante lo que nos pasa.

 

Los patrones emocionales y mentales son hábitos de comportamiento, filtros a través de los cuales interactuamos con la realidad que nos rodea. Observa y comprende los tuyos (el mindfulness ayuda).

 

5. La información es poder

Y lo es, tanto de cara a conocerte mejor a ti mismo, como de cara a conocer mejor cómo el diagnóstico afecta a tu hijo.

 

Las diferencias de desarrollo neurológico son conceptos paraguas, engloba a un espectro muy amplio de síntomas y de variación en el diagnóstico.

 

Averigua lo menos posible sobre la diferencia de tu hijo en general, y lo mas posible sobre los síntomas específicos de tu hijo. ¿Cómo? Lee los artículos mas breves y sintetizados sobre las áreas genéricas de sus déficits. Y observa a tu hijo. Observa como encaja o no dentro de estas áreas, como se manifiestan sus diferencias, y -sobre todo- pide ayuda a profesionales competentes de cara a establecer un perfil único, individual y ajustado de las necesidades y dificultades, así como de los puntos fuertes, de tu hijo.  

Todo esto puede sonar a perogrullo, pero no puedo insistir lo suficiente sobre lo CRUCIAL que es conocerse bien (a si mismo) y conocer bien (sin prejuicios sobre lo que debería de ser) a nuestros hijos. Es la base desde la que podemos ajustar, cambiar, buscar, encontrar, conectar y crecer.

 

6. Prioriza

Para no saturarte es necesario que priorices lo que necesitas tu, lo que necesita tu hijo, lo que necesita tu familia. Si estas necesidades no siempre encajan (y no lo harán), busca compromisos que te permitan maximizar la satisfacción de tus necesidades y de las de los demás. Te invito a que seas totalmente honesta - ¿realmente te importa o te nutre tanto eso que mantienes en tu vida? Por ejemplo, para mi siempre ha sido muy importante el apoyo social de amigos y el tener una vida social bastante activa, sin embargo me di cuenta de que no todos mis amigos sabían o podían apoyarme con el tema del autismo… entonces decidí ser consciente de por qué y para qué (y cómo) quedaba con mis amigos. Si una tarde me apetecía (y podía) evadirme con una amiga que nunca me preguntaba sobre mi hijo pero que era muy divertida, pues lo hacía por satisfacer esa necesidad en mi. Pero si lo que quería era apoyo emocional o buscaba a otros amigos o directamente me quedaba en casa meditando o leyendo o dándome un baño caliente. O llorando. Al conocernos mejor podemos priorizar y ser mas efectivos no perdiendo tiempo buscando apoyo donde en el fondo sabemos que no nos lo van a dar. O sintiendo la obligación de hacer cosas o ver a gente simplemente porque es un hábito o porque siempre lo hemos hecho así.

 

Recuerda: no eres estático, tienes todo el derecho a cambiar de opinión, a cambiar de prioridades, a cambiar de estilo de vida…. O no. El poder es tuyo.

 

7. Cuídate

Volvemos a este punto para cerrar el circulo… Volvemos a ti. Volvemos a nosotros. Volvemos a los padres y a las madres. Conócete, sí… pero ¿para qué? Para cuidarte. No sirve de nada conocernos, preguntarnos “¿qué necesito?” si luego vas a ignorarte y seguir como antes. Si necesitas tiempo solo, míralo no como un fracaso o como algo negativo (egoísta o débil), míralo como una rutina de auto-cuidado. Si necesitas estar rodeado de gente, asegúrate de que esas personas te pueden y quieren dar lo que necesitas (comunícaselo... ¡yo aún no conozco a nadie que tenga la capacidad de leer las mentes ajenas!). Mira estas rutinas de auto-cuidado como un regalo que te haces no solo a ti mism@, sino a tu hijo y al resto de la familia… pues esos momentos de soledad, por ejemplo, te van a permitir recargar las pilas para volver al ataque y luchar por lo que necesita tu hijo y para sacar al resto de tu familia adelante.

 

No entres en el juego de la culpa. Desgastarte no ayuda a nadie.

 

 

Espero que estas 7 claves te ayuden a enfocarte en lo que realmente es importante para ti. Recuerda que donde ponemos el foco ponemos la energía. Conoce y honra tus necesidades, conoce y honra las necesidades de tu hijo, prioriza y suelta aquello que ya no te sirve.

 


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