Magüi Moreno | Maternidades Atípicas

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Manifiesto para una maternidad atípica

¿Alguna vez te has planteado qué tipo de madre querías ser? Y… ¿alguna vez te has planteado qué tipo de madre querías ser cuando la experiencia de la maternidad es muy diferente de la que te esperabas?

Muchas de esas intenciones de las que hablábamos antes de convertirnos en madres o padres se nos dificultan, sentimos que se quedan en aguas de borrajas. En este post, te invito a que escribas tu propio manifiesto de la maternidad atípica, tu mapa de ruta para ir por el camino de la maternidad que realmente quieres y no necesariamente el que te esperabas o el que todo el mundo te dice que tienes que seguir.

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Hoy, te invito a que escribas tu propio manifiesto de la maternidad atípica, tu mapa de ruta para ir por el camino de la maternidad que realmente quieres y no necesariamente el que te esperabas o el que todo el mundo te dice que tienes que seguir.

Un manifiesto es una declaración de intención, no es una lista de la compra donde vas tachando lo que has conseguido. La vida, y la maternidad, no se prestan a esa eficiencia. Puede ser un manifiesto corto o largo. Eso depende de ti. 

Te dejo aquí algunas preguntas para ir calentando motores.

Preguntas que tal vez te ayuden a descubrir lo que es más importante PARA TI en tu maternidad atípica. Porque recuerda que un manifiesto, tal y como lo estoy planteando yo, no es una serie de expectativas, y mucho menos sobre nuestros hijos neurodiversos.

Recuerda que ellos tienen su propia vida y no han venido a ella a satisfacer las necesidades emocionales de sus padres, o a hacer feliz a nadie más que a ellos mismos. Lo mismo se aplica en tu caso como su madre o padre.

Tu rol no es el de exigir a tu hijo que sea o no sea de cierta forma, igual que tampoco lo es exigirte a ti ser o no ser de cierta forma. Si quieres transformar tu vida empieza desde el centro, desde la transformación de tu perspectiva, desde la comprensión de tu mapa mental, de tus condicionamientos familiares y sociales, desde tu propia experiencia hasta la fecha. Pero atención a caer en algún tipo de perfeccionismo, o de idealización de la madre que tienes que ser.

Tú eres la madre que eres, con todas tus circunstancias, y si no te gustas como madre, puedes ir modificando poco a poco, con práctica, con información (interna y externa), con conexión, pero sobre todo con amabilidad hacia ti misma.

Algunas preguntas que te pueden ayudar a la reflexión previa a crear tu propio manifiesto son:

¿Qué te trae a la maternidad? ¿Por qué querías ser madre? Simplemente observa lo que surge al oír esta pregunta.

Si lo deseas, también puedes conectar con el momento en que te enteraste de que estabas esperando un hijo o en el momento en que decidiste quedarte embarazada.

¿Qué deseas cambiar o transformar en tu vida con tu maternidad? ¿Qué esperabas? ¿Cuáles eran tus expectativas? ¿Cuáles son tus expectativas ahora? ¿Qué es lo más importante para ti? ¿Por qué? Imagínate al final de tus días, después de una vida plena, ¿en que te enfocarías para considerar que tu vida ha sido plena?

¿Cómo sabrías que, independientemente de las circunstancias y de todo eso que no depende de nosotros, has hecho lo que considerabas correcto para ser sentirte satisfecha con tu vida y con lo que le has dado a tu hijos?. Observa si hay emociones, si hay pensamientos. Simplemente permanece con todo lo que surja, sea lo que sea.

Un manifiesto, o una serie de intenciones, nos marcan el camino pero NO son necesariamente el camino. El camino te lo va marcando la vida y la propia maternidad. No uses este ejercicio para criticarte, menospreciarte o hundirte por las decisiones ya tomadas, o por los patrones ya establecidos. Recuerda que todos tenemos el derecho y el poder de cambiar…. De opinión y de actuación.

Aquí te dejo el mío, que yo considero es un trabajo en progreso, como la vida misma. 

7 declaraciones de intención para la crianza de hijos con TEA, TDAH y otras neurodiversidades

1. Yo cuido de mi bienestar - para dar lo mejor a los que más quiero.

2. Vivo y educo en el momento presente - donde puedo llevar a cabo un impacto positivo en mi vida y la de mi hijo.

3. Suelto mis expectativas - y me enfoco en transformar la realidad desde lo que es

4. Me enfoco en necesidades - y no solo en comportamientos

5. Gestiono las emociones - las mías y las de mi hijo con amabilidad y aceptación 17

6. Veo oportunidades, no solo desafíos - porque mi hijo y yo nos merecemos crecer como personas 11

7. Acepto mi experiencia - sin victimizarme, me responsabilizo, y suelto lo que no depende de mí 57


Para despedirme, te recuerdo que la intención sin acción se queda en compromiso. Y el compromiso no manifestado no te cambia nada en tu día a día. La acción es clave. Saber no es suficiente. Hay que pasar a la acción. Hay que realmente trasladar cualquiera de tus intenciones a la realidad cotidiana. Porque es muy común caer en los viejos patrones. No es un defecto tuyo personal; en los viejos patrones caemos todos. El cerebro humano está diseñado así: preferimos lo malo conocido, los atajos, aunque acaben siendo trampas.

Aquí está la gran utilidad de tener un manifiesto personal de tu maternidad atípica. Te ayuda a recordar. Te ayuda a seguir poniendo atención sobre la intención. Y donde va nuestra atención, va nuestra energía, y nuestra acción. Un manifiesto te ayuda a no descolgarte. Te ayuda a volver a encontrar el camino, si te has perdido mucho o un poco.

De hecho te recomiendo que lo escribas de puño y letra y lo coloques en algún lugar donde lo puedas ver de vez en cuando.  o lo imprimas o lo tengas como fondo de pantalla. El caso es tenerlo a mano para que, en los momentos difíciles, o cuando te sientas abrumada o cansada o perdida, puedas recurrir a él, al manifiesto, para que te recuerde lo importante.