La vuelta al curso escolar
Hoy te quiero dar claves de cara a ayudar a que tu hijo o tu hija se reincorpore a su rutina escolar del curso escolar. Pero también te quiero dar claves para hacer que este momento de transición sea más llevadero para ti como madre, padre, familiar o cuidador de esa persona neurodiversa.
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Hay mucha información ahí fuera en redes sociales sobre todo lo que podemos hacer y lo que debemos hacer para ayudar a nuestros hijos a reincorporarse a la escuela o en cualquier otro momento de gran transición. Pero lo cierto es que hay poca información sobre cómo esto nos afecta a nosotros los padres y sobre cómo una actitud más presente y una mejor gestión de nuestras emociones, una mejor preparación emocional nuestra, puede llevarnos a mejores resultados no solamente para nosotros sino también para nuestros hijos… así que vamos a ello.
6 claves para ayudar a que tu hijo o tu hija neurodiverso se reincorpore a su rutina escolar del curso escolar
1.Como madres y padres, podemos y debemos crear una sensación de seguridad en medio de todos los cambios.
Ser la roca en medio de la oleada. Precisamente la vuelta al colegio es un momento de mucho estrés y nervios para todos y al mismo tiempo también puede ser un momento de esperanza o de alivio.
En particular para las familias de niños neurodiversos, es un desafío importante por todos los cambios que conlleva sobre todo cuando le sumamos el reto que tienen las personas dentro del espectro con la incertidumbre, con los cambios de planes, con lo desconocido.
Esto se hace aún más difícil cuando hay un cambio de colegio o incluso cuando hay simplemente un cambio de profesor o profesora. Y NOSOTROS tenemos un papel fundamental de cara a disminuir la ansiedad de nuestros hijos.
Recuerda que la ansiedad es muy contagiosa, si tú estás nerviosa constantemente, tu hijo/a lo notará aunque no sepa muy bien por qué. Con esto no te quiero hacer sentir peor, sino que entiendas que ponerte nerviosa por tu hijo/a no solo no le ayuda a él ni a ti, sino que hace daño al ambiente en casa y a todos. Practica las respiraciones conscientes, planifica si eso te hace sentir mejor, haz ejercicio aunque sea caminar brevemente todos los días… en los episodios 10 y 16 te doy más claves al respecto del estrés y la ansiedad.
2.Involúcrate y fomenta una buena comunicación con la escuela y el personal docente.
No podemos simplemente llevarles a la escuela, soltarles y esperar que todo vaya a ir bien
Uno de los principales escollos en este tema es precisamente el hecho de la adecuación del colegio a las necesidades de nuestros hijos.
Nosotros como padres tenemos que estar involucrados, tenemos que de alguna manera intentar hacer equipo con el entorno escolar. Por ello mantener una comunicación constante, fluida y asertiva con el colegio es súper importante. Por ejemplo, estar al tanto de los emails, los boletines, las fechas es crucial y al final es nuestra responsabilidad.
Y también intentar buscar soluciones a los problemas que puedan surgir sobre todo al principio del curso escolar, cuando nos demos cuenta de que hay algunas situaciones nuevas, hay algún cambio de comportamiento… porque hay que tener en cuenta que no siempre nuestros hijos exhiben los mismos comportamientos en el colegio y en casa entonces mantener esta comunicación fluida es súper importante para ambas partes, tanto nosotros en casa como los profesores en la escuela.
Algo concreto que te pueda ayudar en esa comunicación con el colegio y que depende 100 % de ti es la creación de una ficha o un perfil sobre tu hijo. Sobre cómo se manifiesta ese diagnóstico en tu hijo de manera que puedas dar esa información al colegio y a la nueva profesora. Información que puede incluir cosas como sus rutinas, sus preferencias y las cosas que no le gustan los disparadores de crisis.
Esto además hace que cada año al principio del curso escolar nosotros como padres nos sentemos y reflexionemos sobre cómo ha cambiado nuestro hijo desde la última vez que lo hicimos. Y es importante actualizar esta ficha por lo menos una vez al año o incluso más veces pero si lo hacemos una vez al año te invito a que lo hagas antes del comienzo del curso escolar.
Es un momento para sentarte y reflexionar qué habilidades nuevas tiene mi hijo o qué habilidades ha mejorado por ejemplo en torno a la comprensión a la lectura en torno a las habilidades sociales. Cómo se manifiestan ahora sus crisis puede que haya cambiado puede que sea capaz de utilizar ciertos mecanismos de autorregulación puede que utilizando fidgets o chewys o herramientas sensoriales le ayuden en estos momentos de crisis. No tiene porque ser algo muy largo, no tiene porque ser una ficha muy larga pero sí que hay pautas muy prácticas y muy concretas que puedan utilizar también los docentes en la clase para ayudar a tu hijo.
3.Observa y entiende las necesidades sensoriales de tu hijo/a y, de paso, también las tuyas.
¿Para qué? Para ayudar al cuerpo y al sistema sensorial de tu hijo (y el tuyo) a calmarse y relajarse físicamente. Si nuestros hijos tienen estrés que está generado por estas nuevas demandas sociales y/o académicas. Si está nervioso, si lo notamos más inquieto por las tardes o al contrario muy cansado, que utilicemos la observación, que observemos, seamos buenos detectives para intentar entender sus necesidades. Y que tengamos empatía, sobre todo que tengamos esa comprensión de que hay nuevas demandas.
Si está nervioso o cansado pues por la tarde, ofrecerles actividades tranquilas o actividades que le ayuden a regularse. No exigirle más, no exigirle objetivos adicionales durante por lo menos esta primera etapa de adaptación o de readaptación.
Es importante validar sus estados emocionales y sus necesidades kinestésicas de movimiento. Puede que sea al contrario. Anima a tu hijo a jugar, moverse, trepar, saltar y moverse mucho. Algunos niños buscan y prefieren la presión de contacto profundo, mientras que otros buscan actividades musculares y de resistencia para ayudar a calmarse y asentarse. Si aún no tienes un espacio sensorial para él o ella en casa, un lugar donde pueda ir a soltar energía o regularse, este es un buen momento para crearlo y ayudarle a usarlo.
Y si no estás segura de cuál es la mejor dieta sensorial para tu hijo, una evaluación sensorial de terapia ocupacional puede ayudarte a través de este proceso.Todo esto que te acabo de contar también se aplica a ti, como persona, aunque seas neurotípica y seas adulta. Entender nuestras necesidades sensoriales nos ayuda a ser empáticos con las de nuestros hijos.
4. Apoyemos mediante herramientas cognitivas como la anticipación.
Esto también se aplica a nosotros mismos. Anticipar nos ayuda también a nosotros. Es importante el uso de apoyos visuales que pueden ser fotos pueden ser Pictogramas pero también pueden ser visitas a la escuela incluso aunque no podamos entrar dentro el mero hecho de ir de rehacer o hacer el camino que vamos a llevar todos los días.
Sobre todo si tu hijo hija tienen problemas de rigidez mental en cuanto por ejemplo a los trayectos puedes empezar con esto desde casi el principio del verano alternando rutas para ir al colegio y explicando que a veces vamos a ir por esta parte y a veces vamos a ir por esta otra parte incluso dándoles nombres o hablando de este es el camino donde pasamos por la tienda que vende libros, por ejemplo. Y este es el otro camino en el que pasamos delante de la casa de la abuela por ejemplo.
Es importante que adaptes toda esta anticipación a al grado de comprensión y al grado de desarrollo de comunicación verbal de tu hijo o hija pero que también de alguna manera estés ampliando su nivel de tolerancia y por eso de hecho el tema de los trayectos es un muy buen momento para probar diferentes trayectos y ver cuáles son las reacciones y las dificultades.
La anticipación se puede hacer con cosas desde como el trayecto que lo que acabo de comentar ahora hasta con calendarios con horarios con códigos de colores aquí de nuevo donde es muy importante la comunicación con el centro para que de la medida de lo posible tengas esta información incluso antes de que empiecen las clases y puedas adaptar esa información a un soporte visual que le funcione a tu hijo y puedas probar a ver cuál es el que mejor le funciona todo esto con tiempo se puede hacer.
También se puede hacer con fotografías de las profesoras o incluso de los compañeros si es posible o fotografías del comedor dentro del colegio del patio se puede hacer con muchísimos aspectos no todos van a ser igualmente importantes para tu hijo de aquí lo importante que conozcas bien a tu hijo y de conozcas bien esos momentos de mayor tensión mayor estrés para él o ella durante el día escolar y puedas de esa manera enfocarte en familiarizarse lo más posible. Otra idea es que uses las llamadas “historias sociales” en las que creas una narrativa sobre la vuelta al cole con palabras y también imágenes.
Te recuerdo que, aunque todo esto se aplica a tu hijo/a, también se aplica a ti y a tu bienestar. Anticipar, preparar, organizar, investigar, probar no solo le ayuda a él o ella, sino que también te ayuda a ti. Te enfoca en lo importante, te da opciones, te adelanta posibles problemas o desafíos y finalmente te da la oportunidad de que practiques tus propias herramientas de gestión de tiempo, de emociones, de comunicación con los demás, etc.
5. Crea una adaptación de la rutina y de los horarios en casa
Esto es igualmente importante para tu hijo y tu hija para ti y para el resto de la familia no podemos esperar al último momento para realizar cambios por ejemplo en los horarios de acostarse por la noche esto es algo que si ya sabemos que no estoy Jose va a tener que levantar antes de lo que lo está haciendo ahora pues ir realizando estos cambios poco a poco.
Y no solamente para ellos sino también para nosotros. Nosotros también tenemos que adaptarnos también tenemos que llevar a cabo cambios en nuestra rutinas. Este es un muy buen momento en el comienzo del año escolar, para replantearse si estamos durmiendo las horas que necesitamos o si estamos comiendo lo que realmente no sienta mejor qué es lo que estamos haciendo en esos momentos libres sobre todo al final de nuestro día.
6. Es importante validar sus emociones y crear oportunidades para que tu hijo/a se comunique contigo.
Entendiendo que todo comportamiento es comunicación y que por eso debemos estar muy atentos. Nuestros hijos se están constantemente comunicando con nosotros, nos demos cuenta de ello o no, sean verbales o no. De aquí la importancia, de nuevo, de que tú estés bien emocionalmente, de que estés bien físicamente y a nivel de energía, de que estés bien a nivel de comunicación con el resto de la familia y el colegio.
Te invito a que uses este comienzo del curso escolar como una oportunidad de hacer una auditoría general para poder realizar los ajustes necesarios. No sigas simplemente por inercia. Este es un buen momento para replantearte muchas cosas y realizar los cambios que sientas que necesites, tu, o tu familia.
Te repito las 6 claves:
1. Sé la seguridad y calma que tu hijo/a necesita y que tú misma necesitas también.
2. Involúcrate y fomenta una buena comunicación con la escuela.
3. Observa y entiende las necesidades sensoriales de tu hijo/a.
4. Anticipa y usa apoyos visuales.
5. Adaptación de las rutinas en casa (¡con antelación!).
6. Valida sus emociones y fomenta la comunicación en casa.
Y te dejo esta reflexión: ¿qué pasaría si fuésemos capaces de observar y dejar estar al nerviosismo que surja en nosotros o en nuestros hijos? ¿Qué pasaría si aceptásemos que no podemos controlarlo todo? ¿Que tal vez, nuestro hij@ necesita expresar su frustración o ansiedad ante los cambios y las demandas sociales y académicas de la escuela? ¿y nosotros también necesitamos expresar y gestionar nuestra ansiedad?
Sí, ya sé, es difícil…. Por el que dirán las otras madres, por las miradas, por el pánico que nos entra cuando nuestro hij@ “monta una escena” en el patio del colegio. Pero al final, mientras la seguridad y la integridad física de todos no se vea afectada, los momentos de crisis son sólo eso…. MOMENTOS de crisis. Para ti y para tu hij@. Pasarán. Y habrán cumplido su función.
¿Podemos minimizarlos? Claro. Podemos evitarlos con estrategias de prevención? Claro. De nuevo, para nosotros y para nuestros hijos.
Pero la clave sigue siendo que, observemos y que aceptemos que lo que está sucediendo es un mecanismo de gestión emocional. Como madres o padres, en esta vuelta al colegio te invito a que tomes nota de como experimentas TÚ los cambios y las incertidumbres de otro año escolar más.