Magüi Moreno | Maternidades Atípicas

View Original

La reunión semanal que no puede faltar en tu casa

Hoy exploramos una práctica muy sencilla pero potente: las reuniones de pareja semanales. No son salidas románticas sino conversaciones de crianza y de intendencia que permiten mantener un hogar día a día de una forma más fácil y que tienen un impacto positivo en la relación de pareja también.

¿Prefieres escucharlo? ¡Escúchalo aquí!

See this content in the original post

Cuando me convertí en madre (y además esto me costó 4 largos años) yo me creía ese cuento de que las mujeres lo podemos hacer todo de que somos multitaskers, de que puedes tener los tres trabajos a la perfección: la casa, tu trabajo y la crianza (por no hablar de la relación de pareja, y de tu vida social). Son muchísimos roles y y la verdad es que me encontré con que no quería soltar nada.

Quería ser la que elegía cada prenda de ropa que se iba a poner mi hijo y  que todo se hiciera a mi manera porque pues era la manera perfecta en la que yo había estudiado, la del libro y cuando no se hacían las cosas como yo quería decía bueno pues lo hago yo que no le cambiaste el pañal así o porque no comió lo que yo quería. Tal vez me daba satisfacción al tener las cosas como yo quería pero era algo que estaba cobrándose mi descanso y mi paz mental, porque me aumentaba la auto-exigencia y la ansiedad. 

Cuando además nuestros hijos son neurodivergentes, el descanso no existe aún más después del diagnóstico por precisamente la presión de buscar terapias, avanzar con las terapias, y porque corremos el riesgo de: 1) volvernos más terapeutas que madres y esposas, y 2) caer aún más en la necesidad de control, cuando parece que todo a nuestro alrededor se descontrola.

Desde hace años, desde muy poco después del diagnóstico de mi hijo Adrián, de hecho, no solo recibo mucha ayuda de mi marido sino que también he aprendido a pedirla. He vuelto a hacer viajes sola o con amigas, y sé que mi tiempo personal es el que más me recarga y hago lo posible por defenderlo, obviamente con mucha planeación y trabajo en equipo. Estoy de mejor humor, no solo con mi hijo, sino también con mi marido. He aprendido a soltar la culpa y a ponerme también en mi lugar que no siempre es la última mona del circo, la última de la fila.

Pero déjame que te diga que esto no es porque tenga un marido divino (aunque también lo tenga), o porque tenga un solo hijo (aunque obviamente las demandas son menos que si tuviera 5). Es porque me lo he currado. Nos lo hemos trabajado mi marido y yo como equipo. La organización de la casa y del funcionamiento de la familia no aparece como por arte de magia. Es trabajo. Hay que planear, hablar, negociar, a veces discutir para llegar a acuerdos de convivencia  y que las cosas salgan adelante lo mejor posible, y no siempre de manera caótica o con la crispación del último momento.

Así que hoy te voy a hablar del cómo, de una práctica muy sencilla pero muy potente, que hacemos semanalmente y que son las reuniones de pareja. No son reuniones ni salidas románticas (que también son importantes), son conversaciones de crianza y de intendencia que os permiten mantener un hogar día a día de una forma más fácil y por ende tienen un impacto positivo en tu relación de pareja también.

Esta herramienta no solo te va ayudar a empezar a soltar la carga sino también a  visibilizar todo el trabajo que ocurre dentro de tu familia (y que a menudo le toca mayoritariamente a uno dentro de la pareja).

Mira si algo me llamó a mí mucho la atención y fue que yo no sabía todas las cosas que hacía hasta que me puse a ponerlas en una lista o yo es que es que estoy agotada es que siento que se me fue el día y al final del día no sé qué tanto y visualicé dije: wow, es que estoy haciendo muchísimo es que esto es un montón de tiempo.

3 reglas bien importantes a la hora de sostener una reunión de planeación familiar:

1. El papel de tu pareja como madre/padre es independiente al papel de pareja.

Son dos papeles diferentes de cada persona en un hogar. Su rol de papá es independiente al rol de compañero emocional o romántico que tú elegiste. Si pasa tiempo con los niños, si se hace cargo de la inscripción del colegio, si va al supermercado, es parte del rol que asumió como co-líder de la familia, como padre, como proveedor, como adulto que está a cargo de una casa y de unos niños. Eso no es por que te ame, sino porque te está tomando en cuenta porque lo quiere hacer por ti. Es su responsabilidad como padre o madre, vale?

No caigas en la trampa de pensar: si me quiere, llegaría más temprano para cuidar de los niños. Si me quisiera, sabría que esto es mucho trabajo para mí. No necesariamente. Son dos roles distintos y a medida en la que lo podamos separar mejor vamos a poder decir OK tengo este momento con él como pareja y tengo este momento con él como mi socio de crianza mi compañero en esta vida de ser papás de familia.

2. El segundo es esta reunión que vayan a tener de planeación familiar es aparte a las salidas románticas.

Tú vas a decidir si la quieres hacer una vez a la semana una vez al mes una vez cada tres meses pero esto no reemplaza esas citas románticas a salir con los amigos. Son dos cosas separadas.

3. Conviene llegar a la reunión preparados.

Es decir, teniendo claridad sobre qué es lo que te está costando mucho trabajo y lo que te está desbordando. Esta claridad va a ser clave para poder tener una comunicación efectiva. Los seres humanos en general no tenemos una comunicación efectiva, tenemos una comunicación agresiva en donde solamente dices las cosas cuando ya te molestaron, cuando ya de verdad no puedes más y cuando explotas.

La comunicación asertiva es fundamental y te remito al episodio 108 en el que te doy pautas para empezar a practicarla. Porque la función de estas reuniones de planificación familiar no es la de sacar toda la basura el uno hacia el otro, y todo lo que queremos echar al otro en cara, sino la de anticipar problemas o puntos álgidos y prepararnos. Recuerda que tu pareja, por mucho que te quiera o mucho que te conozca, no puede leer tu mente ni tiene por qué estar leyendo entre líneas tampoco. Aunque parezca paradójico, a veces nos intimida decirle al otro lo que realmente necesitamos.

Tu pareja no está ahí para rescatarte y entender todo lo que te pasa. Una relación adulta se basa en el autoconocimiento de cada uno: pensar qué es lo que necesito, lo que me va ayudar y no esperar que la otra persona sea lo suficientemente empática o compasiva como para adivinar lo que está pasando en tu cabeza. Por eso reflexionar antes de la reunión para poder comunicarte mejor es la gran clave de este ejercicio.

¿Que pasa si lo decimos en varias oportunidades y vuelven a hacer lo mismo? Hay una gran diferencia entre decirlo en el momento en el que acaba de ocurrir y cuando tienes una reunión sentarte y hablarlo en esta reunión. Hay mucha estrategia de cómo lograr decir las cosas y ponerlas en la forma en la que veamos resultados. 

Se trata de visualizar a tu familia como una empresa: además del amor además de los cuidados además de lo que quieres lograr entender que tienes un socio que tienes un presupuesto y que tienen objetivos y metas. Y que ese socio estudio algo muy diferente a lo tuyo, o tiene otro tipo de visión que la tuya. Distinto a ti y por eso es que tiene decisiones, intereses y formas de ver las cosas totalmente distintas a ti. Cuando lo empiezas a ver así dices: vale como voy a convencer a mi socio tal vez yo soy la creativa y mi socio es el de las finanzas como vamos a tratar de llegar a un acuerdo en común que convenga a la familia a pesar de que los dos vemos todo esto tan distinto.  Eso ya de entrada te ayuda a ponerte en este papel en donde dices tengo que explicarme. 


¿Por qué son importantes las reuniones semanales? Pues precisamente por eso. Porque la anticipación es más efectiva que el reclamo. Una comunicación asertiva permite que los dos adultos de la casa se vean como parte de un equipo y de esa manera actúen con más compromiso ante los acuerdos.

Lo principal es tener presente el objetivo que tú quieres lograr con la reunión: dialogar, compartir una meta o un desafío para buscar soluciones conjuntas, y también cuidarse en conjunto - una puesta a punto de como está cada cual con sus respectivas responsabilidades.

Vale, entonces, ¿cómo estructuramos las reuniones?

Parte inicial que parece ser muy básica pero aquí es en donde está toda la clave es empezar preguntándole al otro cómo se siente  y es una forma muy distinta de tener una comunicación porque a veces empezamos con lo que nos molesta, a veces empiezas con él otra vez no hiciste eso y ya habíamos hablado si tú empiezas la reunión desde otro punto de entender en dónde está para de esa persona y entender qué tal vez tuvo la peor semana porque está pasando una situación médica y muy distraído o empiezas entendiendo que ha tenido la semana de mucho cansancio por viajes o lo que sea… Así que empezar hablando del estado emocional de cada uno. Esto fomenta la conexión y desde ahí puede surgir todo lo demás.

Parece no importante porque no te está llevando los objetivos pero es el recargarse el hablar claramente cómo puedes tú ayudarle a esa persona a recargar sus pilas, en vez de solo reclamarle que tus pilas están agotadas.

Fijaros que yo tuve una época en la que me quejaba con mi marido que él no ayudaba en las tareas de la casa… y llegó un momento que entendí que yo estaba reclamando porque yo me estaba exigiendo a mí unos estándares de limpieza y orden en la casa que eran demasiado altos. O como cuando sientes frustración porque la otra persona si se puede sentar en el sillón a leer, eso puede ser una vocecita que te está diciendo tú te tienes que sentar en el sillón a leer esa vocecita que dice el si se fue con sus amigos es una vocecita que te dice tú también te tienes que ir con tus amigas.

Entonces se trata de ser consciente cómo se está recargando el otro y como te puedes recargar tú. Y a veces tenemos que ayudar al otro recordándole que se tiene que recargar. Cuando vemos que nuestra pareja está constantemente de mal genio y frustrada, también podemos decirle “necesito que el sábado por la mañana te vayas a correr o a hacer ejercicio” (o lo que sea que le viene bien y le gusta y hace tiempo que no lleva a cabo).

Porque te prometo que la disposición de tu pareja para lo que después le vas a pedir va a cambiar, va a ser otra. Se está interesando por mí, por mi bienestar, en ese momento bajan las defensas y la mala disposición y es más probable que te escuche. Y a veces es el otro el que es modelo para nosotros, o incluso nos anima a que vayamos a realizar esa tarea que sabemos que nos recarga las pilas.

En esta reunión no venimos a pelear o contar - pues mira, yo llevo a veces el desayuno y tú solamente lo hiciste tres aquí venimos a tener una comunicación efectiva y la forma de hacerlo es abrir el corazón que bajen las armas y que realmente se sienta escuchado.

Clave importante: es clave tener estas reuniones en la mañana o en un momento en el que ambos estéis despejados y receptivos. A mí particularmente me funciona los fines de semana. Y también es importante tener en cuenta dónde estás tú, si eres mujer, en tu ciclo menstrual porque tu forma de reaccionar antes lo que te incomoda ante lo que has sentido que no está sucediendo no es la misma que cuando estás en otro momento del mes. 

Si no tienes acuerdos regulares hablados conscientemente, hazlo. De verdad, aunque te parezca incómodo, es algo que no se puede dejar en el aire. Todo eso que cada cual hace, habladlo de forma explícita. 

Pero volviendo a lo puntual si, por ejemplo, le toca viajar y él es el que lleva a los niños al cole por las mañanas, pues tal vez negociar que te de unas horas el sábado donde él se encargue de los niños para de alguna forma “recuperar” esas horas que te va a tocar a ti llevar a los hijos al cole y poder acabar con tu trabajo.

Claro que hay veces que va a salir la reclamación de pues mira es que tú no te corresponde sacar la basura y no la estás sacando entonces en el momento en el que te sientas a decir mira las últimas 10 veces no has sacado la basura y esto es algo que tiene que pasar porque si no se nos llena de cucarachas lo estás diciendo una forma tranquila.

Y si tu pareja sigue sin hacer lo que habéis acordado que le toca, otra cosa que es bien importante es entregar y soltar.

Una vez que tú entregas un pendiente como llevar a los niños al colegio no puedes estar dándole seguimiento a todas las partes del proceso. Si tú dices mira necesito que a partir de ahora tú te hagas cargo de llevar a los niños al colegio porque te queda cerca de tu trabajo y porque a mí no me rinde la mañana, tú ya entregaste esa tarea: si llegan tarde, si se les olvida el suéter, si no logran salir todos de casa a tiempo, te repito que es una tarea SUYA.

Tienes que dejar que el otro adulto responsable la resuelva sin que tú tengas que estar de guardia en plan ángel de la guarda tratando que todo ocurra perfecto. Porque ese es otro problema que a veces tenemos cuando delegamos: que queremos seguir controlando para que salga perfecto.

Y sí, ya lo sé, créeme por experiencia propia, porque a mí me cuesta mucho hacer las paces con la vocecita que te está diciendo no se van a despertar a tiempo tienes que decirles que ya abre la puerta llame al ascensor, pero si no lo haces tú sigues con ese pendiente en la cabeza y realmente no estás soltando nada.

Y tal vez en vez de pelearte por si recogió los juguetes de los niños o si sacó la basura (que son 5 minutos), te das cuenta y le dices oye a ti se te dan muy bien los trámites online, por qué no te dedicas tú a eso, y ahí tal vez te vas a ahorrar 5 horas a la semana. Y ojo, porque se trata de que la otra persona también esté en situación de pedirte a ti que te encargues de cosas. Es un toma y daca, no es una lista de peticiones exclusivas en una sola dirección. 

Es útil ir día por día con los eventos y actividades de cada semana, sobre todo si no son los regulares o puede haber cualquier conflicto de agenda. Y si hay que pedir ayuda a terceras personas (abuelos, etc) pues esto se ve en estas reuniones y hay tiempo de avisar (y responsabilidad de quien de los dos avisa) para evitar malentendidos y estrés de último momento. Y esto es muy común con los hijos que necesitan terapias y actividades específicas. Estas reuniones también son muy útiles para poner al día a tu pareja sobre cómo van las terapias y cualquier otra cosa que les ayude a mantenerse al día con los avances de tu hijo, aunque ellos no se encarguen directamente de estos temas (por acuerdo previo).

Si implementas estas reuniones, ya verás como empiezas a sentir que estáis remando hacia el mismo lado tú y tu socio de crianza. 

Vas a empezar a ver esto con unos ojos distintos vas a empezar a recuperar horas de tu vida y te vas a topar con cosas increíbles como que tu pareja tal vez te está empujando a que te recargues más a que vayas con tus amigas a que te leas un libro a que salgas a caminar porque ya le dijiste mira estoy bajo ceros no he dormido no he visto a mis amigas me siento abrumada estoy explotando con los niños y va a ayudarte de una forma distinta.

Otras claves prácticas:

  • Establece un día de la semana. Si se vuelve rutina será más fácil tenerlos con regularidad.

  • Comunica límites claros.

  • Ten la reunión de dia

  • Evita interrupciones (pon a los niños delante de la tele, etc)

Empieza a estar atenta a lo que haces que no te gusta o que sabes que te lleva demasiado tiempo (referencia a episodios anteriores) porque te comparas o piensas que es “lo que te toca”. Suelta porque puedes soltar mucho más de lo que piensas. Tal vez para dárselo a tu pareja, tal vez para automatizarlo o minimizarlo, o tal vez simplemente como liberación de algo que realmente ya no necesitas hacer ni tu familia necesita hacer.