Magüi Moreno | Maternidades Atípicas

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Autocuidado para madres estresadas

Si te aproximas a este tema como un “debería” más, lo único que haces es añadir estrés y alejarte aun más del bienestar que deseas. No se trata necesariamente de que hagas más cosas o cosas diferentes. Se trata de que observes tu estado físico, emocional, mental. De que reconozcas tu valía intrínseca. De que te regales atención y cariño hacia ti misma.

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¿Por qué autocuidado?

Porque no puedes dar de donde no tienes. Es como la famosa instrucción de que te pongas la mascarilla de oxigeno tú antes de ayudar a nadie mas en las demostraciones de seguridad de los aviones. Priorizar tu bienestar te permite dar lo mejor de ti mismo a aquellos seres que más quieres. Cambia tu perspectiva: que prefieres ser (y recibir de tu propia madre)? una madre presente y transparente que de vez en cuando pide tiempo a solas para descansar, pero que es capaz de estar para lo bueno y para lo malo porque se cuida? O una madre agobiada, estresada, constantemente de mal humor e irritable que está pero no está?

Ten en cuenta que, como madres y padres, somos a menudo el centro o el corazón de nuestro hogar. Y, como dice el refrán “cuando mamá no está contenta, nadie en casa está contento”. Acepta tus necesidades de auto-cuidado como lo harías con las de tus hijos. Porque no son mutuamente exclusivas. En realidad son las mismas. Tan solo se trata de tenerlas en mente para ti, como lo haces para tu hijo.

Porque nos cuesta diferenciar nuestra identidad como personas en general de la identidad como madres. Y la identidad como madres nos exige (erróneamente) que relegamos nuestras necesidades al final de la lista. Esto nos puede llevar a un sentimiento de descontento que se va profundizando a lo largo de los años y finalmente desemboca en resentimiento, fatiga, impaciencia e irritabilidad hacia los demás (cuando ellos no son los responsables).

Porque nos estamos ahogando en una cultura de “fardar”, de quedar bien ante los demás.. pero que es difícil de sobrellevar porque es de puertas afuera, a través de las redes sociales, de las expectativas. Es la presión de vivir en base al “debería”. Esto nos lleva a elevados niveles de estrés e incluso depresión al compararnos continuamente a los demás sin reflexionar sobre lo que nos hace felices a nosotros como individuos.

Porque como padres estamos, nos demos cuenta o no, dando pautas de comportamiento a nuestros hijos. Si somos modelos de auto-cuidado estamos demostrando a nuestros hijos que cuidarse es importante, que respetar las necesidades propias y ajenas es importante, que es crucial poner en marcha hábitos saludables para cuidarse regularmente. Cuando tus hijos vean que te cuidas a todos los niveles, no solo les demuestras que es compatible con cuidar de ellos, sino que ademas les animas a que sean responsables de su propio bienestar también. 

Lo que es el autocuidado

No es solo baños calientes con velas o que te den un masaje. Al final va sobre construir una vida de la que no sientes la necesidad de escapar.  

Es reconectar contigo mismo. A menudo esto nos da miedo. Es como un miedo irracional a conocernos mejor. Porque entonces nos daríamos cuenta, en muchos casos, de que no estamos viviendo la vida que queremos. De que estamos rellenando el tiempo con actividades marcadas por otros o que no nos traen satisfacción ni nos hacen crecer como personas.

Con esto no quiero decir que las distracciones no tengan su lugar. Lo tienen. Pero a menudo las distracciones nos ponen en estado vegetativo (ver la tele), o nos roban más energía aún (los compromisos sociales).

Cómo llevar a cabo el autocuidado


No es una cuestión de tiempo. Todos tenemos el mismo tiempo. Tu, el Papa, Donald Trump y la vecina. Lo que hacemos con nuestro tiempo depende de muchos factores, pero el mas importante es tu mentalidad. Incluso la gente que tiene a mucha gente que le ayuda necesita gestionar su tiempo. 

Podemos gestionar nuestro tiempo desde el victimismo de “me faltan las horas”, desde el avestruz de “mañana, mañana” o desde la claridad que viene de la priorizacion. De esto te hablo un poco más abajo.

Las creencias que no nos ayudan con este tema:

1. Que estoy perdiendo el tiempo.

2. Que no valgo para darme este tiempo.

3. Que esto no me va a ayudar a llevar a cabo todas las tareas que necesito hacer.

4. Que no me va a cambiar nada, de cómo me siento.

5. Que no va a ayudar a mi hijo con su autismo o sus necesidades especiales.

Priorizar

Todos nos podemos dar unos minutos aqui y alla. La primera clave es darnos permiso. Muchos de nosotros ni siquiera traspasamos este umbral. Nos sentimos culpables o egoístas tan solo de pensarlo. Lo segundo es empezar poco a poco pero ser constante.

Practicar

Las 3As: auto-conocete, acepta, y adapta.

Haz check-ins regulares a lo largo del día (ir al baño es un buen momento para hacerlo). ¿Como me siento? ¿Estoy en piloto automático? ?Estoy siempre pensando en lo que tengo que hacer a continuación? ?Estoy operando en base a la culpa y a la obligación? ?Son esos mis motores para actuar a lo largo del dia?

Acepta que, incluso cuando hayas identificado las actividades que te gustaría llevar a cabo para recargar tus pilas, no siempre las vas a poder realizar de la manera o forma o con la duración que te gustaría. Ejemplo de ir al gimnasio o hacer ejercicio en casa.

Adapta tus practicas de auto-cuidado para que se ajusten a tu vida. Ejemplo de la respiraron consciente mientras conduzco. Pide ayuda si es necesario.

No te machaques cuando no lo lleves a la practica. ¡Eso también es una forma de auto-cuidado!


Con esto quiero decir que no veas el auto-cuidado como otra cosa que añadir a tu lista de deberes. Si te aproximas a este tema como un “debería” mas, lo unico que haces es añadir estrés y alejarte aun mas del bienestar que deseas. Se trata de una toma de conciencia, de un cambio de patrones mentales y de comportamiento, de una transformación de perspectiva. No se trata necesariamente de que hagas mas cosas o cosas diferentes. Se trata de que observes tu estado físico, emocional, mental. De que reconozcas tu valía intrínseca. De que te regales atención y cariño hacia ti misma.